Málaga lidera el crecimiento de los autónomos con el empuje de las mujeres

Desde 2012, fecha más antigua del histórico del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, las personas que trabajan por cuenta propia suben un 45,8% en Málaga, al pasar de ser poco más de 92.000 a contarse en 134.354, lo que lo convierte en el quinto territorio del país con más autónomos, tras Madrid y Barcelona, donde son más de 400.000; Valencia, con más de 185.000; y Alicante, con 142.000.

Este crecimiento multiplica por más de cuatro el registrado en el país, donde se limita al 10%, al pasar de los 3,04 a los 3,35 millones.

Y Málaga también supera por mucho –más que duplica– a las provincias andaluzas que le siguen: así, el aumento de los autónomos en Cádiz, Granada o Sevilla oscila entre el 27% y el 21%. Y en afiliados a la Seguridad Social en el régimen del trabajo por cuenta propia Málaga está por delante de Sevilla, que es la sexta provincia en trabajadores por cuenta propia, con 118.300.

Pero el avance en el número de autónomas ha sido mayor. Ello, en Málaga y en el conjunto de España. Porque, en el país, su crecimiento, del 18,55%, es un 80% superior al 10% registrado por el conjunto de trabajadores por cuenta propia y más que triplica al aumento experimentado por los varones (5,8%). Con todo, el número de autónomos sigue superando al de autónomas: los 2,1 millones de hombres contrastan con los 1,23 millones de mujeres.

En Málaga, mientras tanto, las poco más de 51.000 trabajadoras por cuenta propia contrastan con los algo más de 83.000 hombres. Pero la relación de fuerzas ha variado de forma significativa en los últimos doce años de los que se dispone de datos. Así, en 2012, los hombres representaban el 65% de todos los autónomos, mientras que doce años más tarde, en 2024, ellos son el 60%. Las mujeres, con el 40%, se van acercando a la proporción que les corresponde al suponer la mitad de la población.

Así ha quedado el reparto de los trabajadores por cuenta propia después de que el número de ellas haya aumentado en Málaga un 60% en los últimos doce años, al pasar de las casi 32.000 de 2012 a superar las 51.000, mientras que la cifra de autónomos varones ha crecido un 38%, desde los 60.200 hasta los 83.200. Si Málaga encabeza el crecimiento del número total de trabajadores por cuenta propia, también es líder en aumento de la cifra de autónomas al igual que de autónomos. En España las trabajadoras por cuenta propia han crecido un 18,5% y los varones, un 5,8%.

Si bien en España hay un 10% más de autónomos que hace doce años, el crecimiento no ha sido la norma en todo el territorio: hay 23 provincias en las que su número es inferior al de hace doce años; por ejemplo, en Lugo, Palencia, Ourense, Zamora y León la caída oscila entre el 15% y el 10%.

Este despunte de Málaga es una dinámica que, a tenor de las cifras de UATAE (Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos), sigue produciéndose en el más inmediato corto plazo: si en el conjunto de Andalucía los autónomos crecieron un 2,4% en los últimos doce meses, en Málaga el ritmo fue del 4,1%. Y, desde ATA (Asociación de Trabajadores Autónomos), su presidente en Andalucía, Rafael Amor, valora que ello «no es fruto de la casualidad, sino de la inversión pública y del trabajo realizado para aprovecharla», para agregar que el Parque Tecnológico, el aeropuerto y el dinamismo de algunas zonas del interior de la provincia hacen de Málaga un lugar «perfecto para emprender».

Isabel Lavado, de UATAE, añade la importancia de programas institucionales para preservar el trabajo autónomo en el medio rural, como el de la Diputación para garantizar el relevo generacional, u otros que ayudan a quienes tienen una idea empresarial.

Rafael Amor relata que al crecimiento de los autónomos acompañan otros fenómenos en la provincia y en Andalucía. Por ejemplo, la mayor consolidación del tejido productivo que componen: el 75% de los trabajadores andaluces por cuenta propia llevan más de tres años activos y el 65%, más de cinco años. Y a esta circunstancia, afirma el presidente de ATA en Andalucía, ha contribuido el crecimiento de las autónomas porque, dice, las actividades que ellas ponen en marcha tienen «mayor durabilidad», «son negocios con planes de viabilidad más sólidos y contrastados», porque «hacen análisis más exhaustivos». Aunque ellas presentan una vulnerabilidad: en las crisis, como en la pandemia, hubo más destrucción de empleo autónomo entre las mujeres que entre los hombres, lo que se achaca al rol tradicional de cuidar atribuido a las mujeres.

En cuanto a sectores, las mujeres cada vez emprenden más en actividades profesionales, científicas y técnicas. Lavado incide en que ellas manifiestan mayor apertura a las nuevas tecnologías y presentan una mayor predisposición a la adaptación al cambio. «Los suyos son negocios más duraderos y también muestran un mayor desarrollo. Además, cuando emprenden, se pueden enfrentar a otros problemas, pero no a los techos de cristal o a las brechas salariales», concluye.