«Tras las europeas habrá en España una especie de refundación de la legislatura»

–Por primera vez desde los años treinta del pasado siglo estamos viendo que en el 8% de los países del mundo que son plenamente democráticos se está cuestionando desde dentro la democracia. Eso está asociado con el populismo, cuya manera de entender la política es la búsqueda permanentemente de la confrontación, convertir a los adversarios en enemigos y buscar culpables a la hora de canalizar el enfado ciudadano. La democracia también está siendo cuestionada abiertamente por Putin, por China,… Incluso el debate de las elecciones europeas se tiene que dirimir en términos de democracia o no democracia. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Creo que la democracia ha dejado a mucha gente insatisfecha y ha cabreado a mucha gente porque hizo muchas promesas que no ha sido capaz de cumplir como la del ascensor social, la meritocracia, el esfuerzo o la justicia social, …. Y todo esto ha ido generando este caldo de cultivo de populismo antidemocrático.

–¿La sociedad actual es consciente de la situación que se está viviendo de cuestionamiento de las bases de la democracia?

–Creo que no. Se observa en esta campaña de las europeas, donde Europa se está jugando de una manera importante su futuro porque nos estamos jugando el modelo de sociedad que incluye, entre otras cuestiones, si seguimos siendo unas democracias liberales o no. El germen de la democracia liberal está a punto de romperse en Europa con el ascenso de la extrema derecha y esa basculación que está haciendo una parte de la derecha europea hacia pactar con lo que ellos llaman la parte buena de la extrema derecha. Y por otra parte, con una izquierda, con un PSOE, muy cerrado también a cualquier tipo de pactos o acuerdos con los otros demócratas.

–¿Sobre qué bases se debe incidir para revertir esta situación de cuestionamiento de la democracia?

–El pacto es entre demócratas. Es fundamental fortalecer a los demócratas y que asuman la necesidad de cuidar, proteger y defender a la democracia. Pero no sólo como un sistema etéreo, sino como un sistema útil para resolver los problemas de los ciudadanos, máxime en un momento donde nos enfrentamos a problemas novedosos como el cambio climático o la inteligencia artificial. La mejor manera de resolver los problemas de los ciudadanos es pactando y negociando. Hablar, discutir, negociar y pactar, eso es la democracia.

–Hay voces que alertan de la degradación de la calidad democrática de España, la polarización,… ¿ha perdido España calidad democrática?

–Diría que no es tan mala como dicen unos y no tan buena como nos gustaría a otros. España sigue estando en ese 8% de países que vivimos en una democracia plena. Sí hay aspectos y cambios para mejorar como por ejemplo regular determinados aspectos éticos para impedir que se pueda insultar en el Parlamento o que organismos independientes controlen el comportamiento de los cónyuges de los miembros del Gobierno como sucede en el Reino Unido. Pero hay un aspecto a mejorar que para mí es fundamental y es que en democracia hay que recuperar la idea de que quien no piensa como tú no es tu enemigo, es tu adversario, y, por otro lado, hay que llegar a pactos y acuerdos porque tenemos que abarcar contextos de convivencia para todo el mundo, no gobernar sólo para los míos.

–Hoy en España parecen imposible pactos de Estado. Se habló en un momento de una gran coalición entre los dos grandes partidos sistémicos. ¿Hace falta crear ese gobierno de coalición?

–No creo necesario que haya un gobierno de coalición. Sí es necesario que haya políticas de coalición, políticas de Estado. Uno de los problemas que hemos tenido en España no ha sido, como decían Podemos y Ciudadanos, el bipartidismo, sino la partitocracia, donde los partidos políticos han ido, poco a poco, perdiendo la idea de interés general y han ido priorizando cada vez más el interés particular de partido por encima de lo demás. Eso rompe la posibilidad de diálogo y la democracia es diálogo. Si tú rompes puentes y niegas la capacidad de interlocución a tu adversario estás debilitando la democracia. Entonces eso es mucho más importante que en la mesa del Consejo de Ministros se sienten un partido, dos o catorce.

–Usted fue asesor de Pedro Sánchez y le conoce, ¿cree que el presidente del Gobierno tiene un proyecto de país?

–Sí porque a pesar de todo, Pedro Sánchez hoy es el PSOE y el PSOE tiene un proyecto de país. Cuando el tema de la amnistía, Pedro Sánchez dijo que era hacer de la necesidad virtud, pero eso no es un proyecto de país. Tampoco lo es derogar el sanchismo que decía Feijóo. Hoy la política ni en un lado ni en el otro se está dirimiendo en términos de proyectos de país. Está todo muy en el regate en corto y en la visión de la política como un espectáculo.

–Suenan tambores de posibles adelanto electoral ante la actual situación política. ¿Usted cree que la solución pasa por unas nuevas elecciones generales?

–No. Creo que Feijóo hace bien en pedirlo porque es la culminación del discurso que él está haciendo de que la legislatura ya está agotada. No creo que esa sea la realidad ni desde luego la percepción que tiene el PSOE y Pedro Sánchez. Creo que después de las elecciones europeas vamos a vivir una especie de refundación de la legislatura. El presidente del Gobierno deberá retomar lo que dejó empantanado con los cinco días de reflexión y presentar un plan de regeneración democrática, un plan de recuperación económica del país en sectores como vivienda,agua... y en los que deberá llamar a colaborar al PP y Feijóo. Después de las europeas o como mucho en septiembre, creo que lo que planteará el presidente del Gobierno es que la legislatura empiece ahora de verdad. Hasta ahora hemos estado distraídos porque había elecciones, pero a partir de ahora empieza la legislatura.

–El 9-J hay elecciones europeas en un momento donde han vuelto los movimientos ultras, el reforzamiento del nacionalismo,… ¿Vamos hacia una Europa menos europeísta? ¿Se están dando pasos hacia atrás?

–Hay quien está proponiendo dar pasos hacia atrás, que en cualquier escenario serían negativos, pero en el escenario internacional que estamos viviendo ahora me parece que son directamente suicidas. Europa ha vivido en los últimos años con tres pilares fundamentales: gas barato procedente de Rusia; superávit comercial y China como fábrica del mundo, que permitía ganar mucho dinero y vender productos a precio barato; y de los problemas de defensa se ocupaba Estados Unidos a través de la OTAN. Esos tres pilares han saltado por los aires. Ya no hay gas barato ruso. China es el principal competidor del mundo y ha manifestado públicamente que quiere construir un orden internacional diferente al actual, por lo que se ha convertido en un como adversario estratégico. Y Estados Unidos ya no va a prestarnos el apoyo del paraguas militar justo en el momento en el que vuelva a haber una guerra en territorio europeo. En ese contexto, la Unión Europea está en pleno cambio estratégico de 180 grados. Este es el momento en el que necesitamos una Europa más europea y más federal. Sobre todo, cuando resurgen ahora los que quieren recuperar los nacionalismos y volver a una Europa no sólo menos federal, sino a menos Europa, y eso va contra lo que necesitamos. Nos estamos jugando si Europa quiere seguir pintando algo en el mundo o no; y si quiere seguir pintando algo en el mundo defendiendo los valores democráticos, que son los que han construido la Europa actual.