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El pasado 21 de octubre, Toni Morillas (Torredonjimeno, 1982) se convirtió en la primera mujer al frente de IU en Málaga, en sustitución de Guzmán ... Ahumada, que dimitió cuando le faltaban dos años para concluir su mandato. La actual portavoz de Con Málaga en el Ayuntamiento de la capital ha configurado una dirección de perfil feminista y tiene ante sí retos como la consolidación de las confluencias de izquierdas y presentar una alternativa a un PP hegemónico en la provincia.
–¿Lo de ser coordinadora general era como se lo esperaba?
–No me lo esperaba. Tengo la suerte de dirigir una organización que tiene una larga trayectoria en la provincia, que tiene implantación territorial e institucional y hemos tenido la capacidad de conformar un equipo de dirección con muchas ganas de abordar algunos de los retos que tenemos por delante: mejorar y fortalecer a IU en los territorios; desplegar un proceso político que nos permita estar en mejores condiciones de cara a las elecciones municipales de 2027 y situar la centralidad de la acción política en la movilización y el conflicto social.
–¿Qué puede aportar su perfil político a la dirección de IU?
–Lo que yo aporto es compromiso militante con un proyecto político que aspira a que las transformaciones económicas y sociales que nuestra provincia necesita se abran paso.
–¿Cuáles son los objetivos que se ha marcado?
–El reto fundamental de la izquierda transformadora es ser capaz de encontrar fórmulas de colaboración entre las distintas organizaciones que formamos parte de este espacio que nos permitan ensanchar el espacio de la izquierda transformadora en la provincia y presentar una propuesta política que sea útil para la gente trabajadora y nos ponga en buenas condiciones de disputar los gobiernos locales en 2027.
–Se habla mucho de la confluencia, pero cuando la logran luego surgen diferencias y disputas internas. La impresión es que no encuentran la estabilidad.
–Los procesos de confluencia en los que estamos ahora tienen que ser herederos de los aprendizajes de los procesos de confluencia de los que venimos. Esa voluntad de confluencia de la izquierda no está exenta de contradicciones y de dificultades. En este momento hay dos premisas que son claves. Una tiene que ver con el reconocimiento mutuo de las organizaciones y de lo que representamos en el territorio. La otra tiene que ver con la convicción de que cuando generamos espacios de trabajo unitario desde los elementos en los que estamos de acuerdo, tenemos más capacidad transformadora y somos más fuertes. Por tanto, el proceso de confluencia que está en marcha, que hay que cuidar, mimar y permitir que se cocine a fuego lento, tiene que ser capaz de facilitar la convivencia de las organizaciones políticas diversas y plurales que formamos parte de ella y también debe impulsar y promover todo un despliegue social que permita el protagonismo popular del proyecto político.
–¿La marca Sumar va a aglutinar ese movimiento de confluencia tras años de cambios de nombres que han despistado a su electorado?
–Sumar y las organizaciones que formamos parte de la coalición hemos logrado algo que de alguna manera ha roto el guión que estaba escrito para el 23-J y que ha empezado a erosionar la hegemonía del PP. Ahora queda construir ese espacio y la aspiración es que Sumar sea un espacio político plural, diverso, con mecanismos que faciliten la toma de decisiones democrática, la construcción de programas políticos de una manera democrática y, sobre todo, tiene que tener capacidad de hablarle a toda la gente que se está organizando en torno a la defensa de la educación o la sanidad pública y ser una herramienta útil no sólo para la defensa de un programa político que permita proteger, defender y cuidar los servicios públicos, el empleo de calidad y la transformación del modelo productivo, sino también para ser un espacio útil para la organización popular.
–¿Las desavenencias en el seno de Sumar con Podemos puede afectar al nivel provincial en las instituciones donde compartís confluencia?
–Nosotras tenemos una relación excelentes con todas las organizaciones del espacio político. En Málaga todas las fuerzas políticas que formamos parte del espacio tenemos el compromiso y la convicción de cuidar la coalición en el ámbito provincial y estomas en la lógica de impulsar un proceso político compartido en el que en el que empecemos a disputar la hegemonía del PP en Málaga.
–Precisamente, el PP a día de hoy atesora su mayor cuota de poder en Málaga. En este sentido, ¿además de los méritos del PP, qué responsabilidad tiene la izquierda para que esta situación se haya producido?
–La mayor responsabilidad que hemos podido tener, y que debe ser el punto de partida para pensar el futuro, es no haber tenido la capacidad de traducir en un proyecto político que diera esperanza esa incertidumbre y ese malestar que existe en la ciudadanía. Hay un avance de posicionamientos políticos reaccionarios a nivel social que se expresan en que tengamos en nuestra provincia el primer gobierno local donde ha entrado a gobernar Vox (en Mijas) y también se expresa en esa deriva 'trumpista' del PP donde acaba ejecutando los discursos negacionistas o la agenda negacionista que le ponen sobre la mesa la ultraderecha.
–Si se miran los datos la impresión es que la izquierda no termina de calar en la provincia, ¿a qué cree que es debido?
–El elemento central es no haber tenido la capacidad política de traducir ese malestar social en un proyecto político de esperanza y que es lo que a lo que tenemos que dedicarnos en cuerpo y alma en el periodo que viene. Creo que en la provincia de Málaga, desde el mismo día de las elecciones generales del 23 de julio empezó a erosionarse la hegemonía del PP. Hay un malestar social latente que ya se expresa en forma de conflicto y de movilización social en el ámbito de la sanidad pública, la educación pública,... Por tanto, el papel que nos toca es traducir ese malestar en organización social y en un proyecto político que blinde los servicios públicos y garantice líneas estratégicas que nos permita un futuro de esperanza en nuestra provincia.
–¿Qué le exige IU al nuevo Gobierno para Málaga?
–Poner en el centro la agenda de derechos y seguir profundizando en el avance de los derechos sociales, laborales y feministas. Una agenda que tiene que ver con abordar el principal problema de nuestra provincia, que es la desigualdad desde un plano social y económico, y que también tiene que ver con las políticas de acceso a la vivienda y por seguir profundizando todo lo que tiene que ver con esa nueva generación de derechos feministas y del colectivo LGTBI.
–¿Van a presionar a sus ministros para vetar el proyecto de la Torre del Puerto?
–El hotel de puerto no es un proyecto que responda al interés general de la ciudad y, por tanto, no está suficientemente motivado se pueda cambiar la calificación del suelo para que ese proyecto sea levantado. Además es un símbolo de un modelo de ciudad que no compartimos. Por supuesto, vamos a darle traslado a nuestro grupo en el Congreso y haremos todo lo posible para que ese proyecto no salga adelante.
–¿Ustedes están a favor de que el Gobierno impulse el tercer carril en la zona este?
–Creemos que tiene que haber un debate entre todas las administraciones y también con los vecinos sobre cuál es la manera en la que se aborda la movilidad de la zona este y que pasa también por el tema del metro y no sólo por el tema del tercer carril.
–¿Van a trabajar para impulsar el proyecto de la prolongación del tren de la costa?
–Vamos a seguir haciendo lo que hemos hecho hasta ahora, que es impulsar y trabajar para que el tren litoral sea una realidad y pueda serlo pronto, porque realmente es una necesidad y una cuenta pendiente con esta provincia.
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