«La unidad de la izquierda no se puede decretar, hay que trabajarla»
Entrevista. ·
Entre sus retos está el «recuperar la alegría de militar» y preparar a la coalición ante desafíos como el auge de la extrema derechaEntrevista. ·
Entre sus retos está el «recuperar la alegría de militar» y preparar a la coalición ante desafíos como el auge de la extrema derechaEntre el «vértigo» y la «ilusión». Así está viviendo la malagueña Eva García Sempere estos primeros días como número dos a nivel federal de IU tras su recién estrenado cargo como responsable de Organización y Finanzas de la dirección encabezada por el andaluz Antonio Maíllo. ... La exdiputada en el Congreso se ha convertido en la primera mujer en ocupar este cargo en la coalición de izquierdas y lo asume con «responsabilidad», con «compromiso y humildad» y con una vocación de «capacidad de escucha y de buscar acuerdos» según destaca en la entrevista concedida a SUR.
Publicidad
–¿Cómo lleva ser la primera mujer al frente de Organización y Finanzas en IU?
–Con mucha responsabilidad porque es un reto por el área en sí y por ser la primera mujer en asumirlo. La de Organización y Finanzas, creo que esto es común a todos los partidos, es una de las áreas más masculinizadas. Por tanto, es un reto no sólo cambiar las personas que lo llevan y que asuman el cargo mujeres, sino feminizar y hacer más amable la organización.
–¿Cómo se feminiza una organización?
–Es uno de los retos más grandes porque atraviesa a toda la organización: desde la manera en la que nos relacionamos con la militancia, en la manera en que se toman las decisiones internas, facilitando los espacios de toma de decisiones, facilitando mayor transparencia, haciendo espacios más amables. Hacer espacios más amables puede ser desde que queden muy claras las horas de inicio y de finalización de las reuniones para permitir la conciliación hasta qué día elegimos para tener esas reuniones para garantizar que a todo el mundo le viene bien y pueda participar. Y por supuesto, en los liderazgos femeninos y teniendo planes de igualdad, de conciliación y de detección y lucha contra las violencias machistas.
–¿Qué encargo le ha hecho Maíllo al ponerle al frente de su área?
–La prioridad fundamental es dar respuesta a lo aprobado en nuestros documentos de feminizar la organización, de hacer un espacio mucho más amable para la militancia y para acoger a quien no es militante todavía. Y nos va a tocar carretera y manta para recorrernos la organización, recuperar la militancia, recuperar la alegría de militar y poner a punto la organización porque los retos que vienen requieren de una organización fuerte.
Publicidad
–¿Cuál es el principal reto político al que se enfrenta IU en esta nueva etapa?
–La recuperación de ese tejido social, sindical y político que ocupa el espacio de la izquierda en sentido amplio; recuperar otras formas de trabajar y de interrelacionarnos entre las distintas fuerzas políticas, sociales y sindicales para fortalecer ese espacio a la izquierda. Los retos que tenemos por delante, y desde luego las elecciones europeas fueron un aviso a navegantes clarísimo, son muy importantes. Estamos hablando de la irrupción de una fuerza en la extrema derecha que requiere que la izquierda esté fuerte y contrarreste con una necesaria batalla cultural, ofreciendo alternativas y construyendo una alternativa común para garantizar que esa extrema derecha no siga creciendo y, paralelamente, haya un crecimiento de la izquierda.
–Visto desde fuera, en los últimos años había una cierta percepción, sobre todo desde la irrupción de nuevos partidos, de que IU venía jugando en ese espacio ideólogico a la izquierda del PSOE un papel subalterno de otras fuerzas, primero de Podemos y después de Sumar, ¿el objetivo ahora es recuperar un rol más protagonista de IU?
Publicidad
–Una de las cosas que dijo Antonio (Maíllo) desde primera hora, es que la época de los hiperliderazgos debe pasar. Debe pasar porque no construyen algo permanente en el tiempo; eso se consigue con organización y un trabajo desde abajo. Hemos visto que ese modelo no funciona. No funciona un gran paraguas, donde todos nos encajamos y vemos cómo trabajar. Ahora toca horizontalidad y hablar de igual a igual todas las organizaciones. Por parte de IU sí vamos a reivindicar el peso que tenemos a nivel territorial, de militancia y de representación institucional. Y creemos que nos merecemos otro trato y otra forma de trabajar con nosotras. Sobre todo, con la mirada no sólo de reivindicar a IU sino también de reivindicar esa forma de hacer política radicada en el territorio y que esté en contacto total con la gente.
–En los últimos años hemos oído hablar mucho del tema de la unidad de la izquierda pero cuando se ha logrado ha sido en precariedad o ha terminando rompiéndose. ¿Es posible que se consiga esa unidad?
–Es deseable y es un objetivo que tenemos que plantearnos todas las fuerzas progresistas y de la izquierda transformadora que queramos enfrentar los retos que tenemos ahora mismo. Lo que ocurre es que hasta ahora la unidad ha sido una consigna vacía, muy bonita, pero se buscaba una suerte de decretar la unidad. La unidad no se puede decretar, la unidad hay que trabajarla. Y es evidente que hasta ahora no se ha trabajado, por lo menos en la forma adecuada y necesaria para conseguirla realmente. Habrá que hablar con todo el mundo, hablar de igual a igual y ser muy respetuoso con todos los espacios y con los tiempos. Y añado, esperando que se calmen los ánimos y no funcionando a golpe de tuit.
Publicidad
–En ese sentido, el reto es la unidad con Sumar y Podemos, ¿cómo se va a articular la relación de IU con ambos?
–Despacito y con buena letra. Tenemos que hablar con Sumar de igual a igual y relacionarnos no sólo con el movimiento Sumar, sino con las fuerzas políticas que conforman ese espacio e incluso con los que no están dentro del espacio Sumar, entre ellos, Podemos y otras fuerzas con las que consideramos que también habrá que hablar. ¿Cómo? De igual a igual, con mucho respeto y respetando los tiempos de cada organización.
–En estos días en Francia la izquierda se ha unido en un Frente Popular, ¿es el modelo a seguir?
Publicidad
–Es diferente. No creo que podamos extrapolar el modelo francés, porque la situación no es la misma, el sistema electoral no es el mismo e incluso la situación con el Partido Socialista tampoco es la misma.
–¿Qué le diría a aquellos que ven a su espacio político como la extrema izquierda y la contraponen a la extrema derecha?
–No es lo mismo. No puede haber ningún miedo en fuerzas políticas que, como IU, reivindican los derechos humanos, los servicios públicos que articulan una sociedad frente a los que quieren privatizarlos, que reivindica los derechos sociales, los derechos económicos o los derechos a la protección. No se pueden comparar; no son dos extremos.
Noticia Patrocinada
–¿Temen que el voto útil se vaya concentrando en el PSOE y debilite a su espacio ideológico?
–Creo que no. Sí creo que hay una necesidad cada vez más clara de ensanchar ese espacio de la izquierda. El PSOE se presenta como la izquierda que puede gobernar y por eso pide esa concentración del voto, pero la sociedad es consciente de que no es lo mismo que el PSOE gobierne en solitario a que lo haga aliado con una izquierda fuerte. Uno de nuestros objetivos es recuperar el ensanchamiento de ese espacio de la izquierda, que puede alcanzar el 15% o el 20% del electorado. No podemos quedarnos arrinconados en un espacio pequeñito, tenemos que crecer y recuperar ese espacio que existe socialmente.
–Usted milita en el PCE, ¿cómo le explicaría a los jóvenes la vigencia del comunismo en el siglo XXI?
–Ahora hay un debate alrededor del decrecimiento, el poscrecimiento o cómo este modelo no cabe dentro de los límites del planeta, que está abocado a un suicidio colectivo si seguimos por esta vía. Y en este contexto se vuelve a hablar de términos y conceptos que vienen del marxismo y son inseparables del comunismo: la planificación democrática de los recursos, de la producción y del consumo. Es decir hay una cierta vigencia de términos asociados al comunismo clásico. Si ampliamos el zoom, cuando hablamos de comunismo lo hacemos de la redistribución, del reequilibrio, de la planificación para garantizar que nadie quede atrás, del respeto por los derechos humanos, por lo tanto sigue estando muy vigente. Entiendo la pregunta, porque a mucha gente le puede sonar como viejuno, pero más viejo es el capitalismo y ahí está intentando gozar de una estupenda salud si nosotros no la evitamos.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.