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El embalse de La Viñuela se encuentra al 10% de su capacidad. EUGENIO CABEZAS
Sequía: Málaga arrastra una decena de grandes obras pendientes para garantizar el agua
Sequía

Málaga arrastra una decena de grandes obras pendientes para garantizar el agua

La provincia se enfrenta a una nueva sequía sin las infraestructuras proyectadas hace décadas para generar nuevos recursos hídricos y optimizar los existentes

Domingo, 9 de octubre 2022

Málaga sigue mirando al cielo esperando unas lluvias que, en principio, no se prevé que sean persistentes hasta el invierno. Y lo hace con un déficit hídrico que ya es alarmante en la Axarquía porque el pantano de La Viñuela está prácticamente muerto (está a 10% de su capacidad). Pero también preocupa, y mucho, en el resto de la provincia por el bajo nivel de embalses y acuíferos pese al respiro que dieron las intensas precipitaciones del pasado mes de marzo. Ante esta realidad, en los últimos meses se han acometido una serie de actuaciones de emergencia para generar nuevos recursos (agua reciclada para regadíos o ampliar la capacidad de desalación tanto en Marbella como en la capital) y favorecer la transferencia de agua hacia la Axarquía desde otras zonas en mejor situación.

Pero las que siguen sin ver la luz por la histórica inacción de las distintas administraciones central y autonómica son una decena de obras de mayor envergadura, y mayor coste, que se plantean cada vez que la falta de agua aprieta pero que se desinflan en cuanto llueve pese a estar concebidas para reducir la dependencia de las nubes.

Cierto es que una de las prioridades del Gobierno andaluz del PP tanto en el anterior mandato como en el que acaba de empezar ha sido resolver los problemas de agua, pero para el escenario actual sólo se está llegando relativamente a tiempo con las citadas obras de urgencia. «Vamos tarde. La Administración andaluza tenía que haber acometido este gran plan hace muchos años, por eso desde que llegamos al Gobierno nos hemos tomado en serio los graves problemas de recursos hídricos que sufre la provincia tanto para garantizar el abastecimiento a la población y al turismo como a otra gran potencia económica como es el sector agroalimentario», afirma el delegado territorial de la Consejería de Agricultura y Agua, Fernando Fernández-Tapia.

En este sentido, destaca algunas actuaciones «de efecto inmediato» acometidas para paliar la grave situación en la Axarquía como la reutilización de aguas residuales o la mejora de capacidad de envío desde Málaga, además de otras de mayor calado y a años vista como la interconexión de las cuencas a través de la 'autovía del agua', el trasvase de Iznájar o la futura presa de Gibralmedina en el Campo de Gibraltar. Éste es el mapa de las principales infraestructuras hídricas pendientes para garantizar el abastecimiento en Málaga a medio y largo plazo.

Axarquía

Una desaladora como solución a un déficit hídrico alarmante

La Axarquía ofrece la cara más alarmante de la sequía en Málaga. El pantano de la Viñuela, que es el más grande de la provincia y que abastece a 180.000 personas y parcialmente a 6.200 hectáreas de cultivos (los riegos también proceden de aguas subterráneas y regeneradas), está al 10% de su capacidad con tan solo 16,5 Hm3 de los 165,4 que puede llegar a almacenar. Con el grifo cerrado desde esta semana a los regadíos y con medidas de ahorro urbano como la prohibición del uso de agua potable para el baldeo de calles, riego de zonas verdes, llenado de piscinas privadas o el lavado de coches fuera de los establecimientos autorizados, poco a poco van llegando los aportes generados por las actuaciones de emergencia impulsadas por la Junta, principalmente el envío desde Málaga capital para consumo doméstico y el aprovechamiento para riego de parte del agua reciclada en las depuradoras.

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Pero la verdadera solución que demandan tanto los ayuntamientos como los productores de subtropicales pasa por la construcción de una desaladora. A falta de que el Gobierno central se pronuncie, la iniciativa privada es la que ha movido ficha llevando a la Junta a activar los trámites para que pueda hacerse realidad. En principio, el paso lo ha dado la multinacional Acciona, que ha solicitado formalmente la concesión de aguas desalinizadas para riego y abastecimiento a poblaciones mediante una planta que se ubicaría en la desembocadura del río Vélez y que tendría capacidad para producir 25 Hm3 al año. Sin embargo, el proceso está abierto para que puedan optar otros operadores interesados.

Para hacerse una idea de ese recurso extra, los 15 municipios que se abastecen del pantano de La Viñuela (Algarrobo, Almáchar, Benamargosa, Benamocarra, El Borge, Comares, Cútar, Iznate, Macharaviaya, Moclinejo, Rincón de la Victoria, Vélez-Málaga, Totalán, Torrox y parcialmente La Viñuela) se bebieron en el último año hidrológico 16 Hm3 y el sector subtropical, otros 13. En cualquier caso, esta nueva infraestructura no estaría lista antes de cinco años, así que desde la Mancomunidad de Municipios de la Axarquía ya están planteando la posibilidad de buscar nuevos pozos e incluso de instalar desaladoras portátiles, como las que se utilizaron en la isla de La Palma para regar los cultivos que habían quedado aislados por la lava del volcán.

Costa del Sol Occidental

Ampliación de La Concepción, su alternativa en Cádiz y más agua desalada

Desaladora de Marbella JOSELE

La falta de agua no es sólo un problema puntual en la Costa del Sol como consecuencia de este ciclo de sequía. Va mucho más allá, hasta el punto de que en la franja litoral ya hablan de «continua sequía». ¿Por qué? Pues porque con un embalse de La Concepción de poca capacidad (61 hectómetros cúbicos, aunque ahora tiene 33,8), una desaladora que no da más de sí y unos acuíferos cada vez más explotados el déficit es permanente para atender a una población censada de 570.000 habitantes pero que alcanza picos de hasta 1,5 millones.

Con esta realidad sobre la mesa, el recrecimiento del embalse de la Concepción (el que da de beber a todos los municipios desde Torremolinos a Manilva) es la gran obra pendiente desde hace décadas para garantizar el abastecimiento, aunque las complejidades técnicas y ambientales tienen en punto muerto la construcción de un nuevo muro más abajo del actual para triplicar su capacidad de almacenamiento hasta los 180 Hm3. Sin llegar a quedar descartado oficialmente, lo cierto es que virtualmente sí lo está desde que el anteproyecto fue redactado en 2014.

El futuro pantano del Campo de Gibraltar gana fuerza frente al recrecimiento de La Concepción

De hecho, en la Junta de Andalucía ya miran abiertamente como alternativa al futuro pantano de Gibralmedina, previsto en el municipio gaditano de Jimena de la Frontera para aprovechar los recursos del Guadiaro, que es el único río importante de Andalucía que no cuenta con sistemas de regulación a pesar de ser unas de las zonas de la región con más precipitaciones. De momento, esta infraestructura diseñada para dar respuesta al Campo de Gibraltar está en fase de redacción del proyecto y su construcción se contempla en el periodo 2027-2033 con una inversión estimada de 239 millones de euros. En función de las distintas opciones que se están valorando, podría almacenar entre 45 y 60 Hm3. Las relaciones entre ambas comarcas siempre han sido buenas, como lo demuestra el acuerdo de compra que garantiza un mínimo de 7 Hm3 anuales a la zona malagueña siempre que no afecte al consumo en los municipios y regadíos gaditanos. Pero estando en juego un bien tan preciado en épocas de escasez, en la empresa pública de aguas de la Costa del Sol (Acosol) reclaman una toma directa para no depender de terceros.

Casi a la par que el recrecimiento de La Concepción, otro proyecto recurrente en cada ciclo seco es la desaladora de Mijas-Fuengirola, cuya construcción llegó incluso a ser adjudicada en 2008 para producir unos 20 Hm3 anuales, suficientes para atender a una población de medio millón de personas. Finalmente, quedó en nada por cuestiones técnicas y, sobre todo, las dudas sobre el modelo de venta del agua producida, que saldría muy cara. Ahora, el proyecto que vuelve a cobrar fuerza aprovechando el tirón de los fondos europeos Next Generation es la ampliación de la desaladora de Marbella, que fue construida hace 25 años para generar hasta 20 Hm3 anuales pero cuyo límite real se ha quedado en 12.

En la misma línea, Acosol también tiene en cartera la modernización de la planta potabilizadora de Río Verde (Marbella), levantada hace 50 años y que funciona a medio gas con un ritmo de 2 metros cúbicos por segundo cuando la necesidad en verano es de 3,3.

La gran tubería de la Costa

Pero además de buscar nuevos recursos, otro objetivo clave es optimizar las infraestructuras existentes para evitar fugas y averías. Y ahí es donde aparece la renovación de la gran tubería de la Costa del Sol, que además de poner fin al medio centenar de roturas que sufre cada año tras cinco décadas de servicio también potenciaría la conectividad y capacidad de transferencia tanto con Málaga capital y la Axarquía a través de la prometida autovía del agua como con el Campo de Gibraltar.

Distribuida en dos ramales que salen de la potabilizadora, buena parte de su trazado está fuera de servicio, de forma que el suministro depende casi exclusivamente de una conducción secundaria que se construyó a mediados de los 80 para ampliar la cobertura en alta y que con el paso del tiempo ha quedado convertida en principal. El hándicap, como siempre, es el económico, ya que la inversión rondaría los 150 millones. De momento, la Junta ha cogido el guante licitando la redacción del proyecto.

Málaga capital y Bajo Guadalhorce

Un azud en río Grande para que su caudal no acabe en el mar

El río Grande es el principal afluente del Guadalhorce

La situación en el Valle del Guadalhorce y Málaga capital no es tan preocupante, de momento. Los tres embalses de la comarca (Guadalhorce, Guadalteba y Conde del Guadalhorce) acumulan 159 Hm3, que suponen el 46% de su capacidad total y equivalen al agua que consume toda la provincia en un año y medio. A este volumen hay que sumar, en el caso de la capital, los aportes de las presas de laminación de avenidas en los ríos Guadalmedina (El Limonero, que contiene casi 9,7 Hm3) y Campanillas (Casasola, con 11).

Pero a pesar de esa situación más o menos cómoda, lo cierto es que en la recámara hay una batería de obras por hacer que llevan años previstas como soluciones ante la sequía que no han llegado a materializarse. La principal que ha vuelto a ser puesta sobre la mesa, en este caso por el Ayuntamiento de Málaga, ha sido el proyecto del azud (una pequeña presa) en el río Grande para aprovechar las aguas procedentes de la Sierra de las Nieves que surten al principal afluente del Guadalhorce y que acaban en el mar.

El Ministerio de Medio Ambiente -con el apoyo de la Junta- llegó a adjudicar en 2006 la construcción de este embalse, con un presupuesto de unos 54 millones de euros, que se iba a ubicar entre los términos municipales de Coín y Guaro con la previsión de que aportaría unos 20 Hm3 anuales. Sin embargo, un año después fue frenado por la oposición de varios alcaldes del Valle del Guadalhorce y de los movimientos vecinales y ecologistas por el impacto ambiental y sus efectos en los cultivos del entorno que se nutren de este caudal.

La ampliación de la potabilizadora de Pilones duplicaría la capacidad de tratamiento en la capital

Ahora, desde la capital se ha pedido al Gobierno que la retome como elemento clave para el abastecimiento tanto de los municipios del Bajo Guadalhorce (Alhaurín el Grande, Alhaurín de la Torre, Cártama, Coín, Álora, Pizarra y Málaga) como de otras grandes localidades de la provincia al poder transferirse el agua a la Costa o la Axarquía. Además, también defienden el papel que jugaría para prevenir inundaciones en caso de fuertes crecidas.

En la misma línea, también quedó aparcada la remodelación de la planta potabilizadora de Pilones, situada a espaldas del PTA. Esta obra, que llegó a impulsar el Ejecutivo central aunque sin llegar a concretarse, permitiría a la empresa de aguas de Málaga (Emasa) duplicar su capacidad de tratamiento al situar estas instalaciones al mismo nivel que la estación de El Atabal, la más importante de la ciudad y desde donde sale el agua con la calidad suficiente para llegar a los hogares.

A la espera de lo que acabe ocurriendo con estas dos grandes obras, en la capital ya se están preparando para poner a punto una serie de pozos existentes en el Bajo Guadalhorce como aportación extra a la de los pantanos. Los principales son los de Aljaima y Fahala, que ya fueron recuperados aunque sin llegar a utilizarse ante la anterior amenaza de sequía de 2018. A falta de una mayor concreción, se estima que podrían ofrecer entre 5 y 10 Hm3 anuales. Igualmente, también se están preparando los proyectos para que, llegado el caso, la Junta pueda contratar las obras de emergencia para aprovechar otros pozos antiguos de la zona como los de Perales, Puente del Rey, San Isidro, Amoniaco e Intelhorce para abastecer a la capital y al resto de municipios del entorno. Esta actuación ya fue planteada y valorada en algo más de 9 millones de euros en 2005.

Por aquel entonces también se llegó a contemplar, como solución extrema, la construcción de una canalización que desde el puerto permitiera descargar agua de los barcos e inyectarla directamente a la red impulsándola hasta la desalinizadora de El Atabal o hasta la presa del Limonero aprovechando parte de la tubería que también conecta con la Axarquía, por lo que esta comarca también podría recibir estos aportes.

Zona Norte

El trasvase de Iznájar, pendiente desde hace 25 años

El abastecimiento con camiones cisterna es frecuente en la comarca. archivo

En el interior de la provincia, las principales carencias apuntan a la zona norte, que padece un endémico déficit hídrico que se ha agravado por la sobreexplotación e incluso mala calidad de sus aguas subterráneas. Las restricciones y el abastecimiento con camiones cisterna se han convertido en un escenario habitual cada verano, de ahí que la docena de municipios de las comarcas de Antequera y Nororma con problemas de suministro (Alameda, Antequera, Archidona, Cuevas Bajas, Cuevas de San Marcos, Fuente de Piedra, Humilladero, Mollina, Villanueva de Algaidas, Villanueva del Rosario, Villanueva del Trabuco y Villanueva de Tapia) sigan esperando como agua de mayo que se desbloquee el trasvase desde el embalse cordobés de Iznájar. De esta interconexión empezó a hablarse hace 25 años y en su necesidad siempre han coincidido tanto el Gobierno central como la Junta de Andalucía, tal y como queda recogido en los planes hidrológicos de la Demarcación Hidrográfica del Guadalquivir (Estado) a la que pertenece el pantano, y de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas (Comunidad Autónoma).

En 2016, con la enésima amenaza de sequía, volvió a activarse este proyecto. Pero en cuanto las nubes descargaron fue devuelto al cajón. Hasta que a mediados de 2020 el Ejecutivo autonómico decidió tomar las riendas. Primero, comprometiéndose a poner los 50 millones que costarían los 142 kilómetros de la red de canalizaciones que formarían la toma principal hasta la comarca y los distintos ramales hacia cada pueblo. Y segundo, sacando a concurso en noviembre del año pasado la redacción del proyecto.

La Junta está dispuesta a financiar la obra, pero está pendiente del visto bueno del Gobierno central

Sin embargo, cualquier paso a partir de ahí sigue condicionado a que el Gobierno central autorice esta transferencia de 4,89 Hm3 que se destinarían íntegramente al consumo doméstico, no al riego. Esta cifra no es casual, ya que por debajo de los 5 Hm3 lo puede aprobar directamente el Consejo de Ministros, mientras que por encima de ese volumen debe tramitarse mediante una ley, lo que alargaría los plazos. Por ahora, sigue la incertidumbre sobre este proyecto que beneficiaría directamente a una población de 80.000 habitantes y, de forma indirecta, también al Valle del Guadalhorce y Málaga capital, ya que poblaciones como Antequera necesitarían menos agua de los embalses del Guadalhorce.

El pantano de Iznájar, que se abastece del río Genil, es el más grande de Andalucía con una capacidad de 981,12 Hm3, aunque actualmente se encuentra al 11,6% con un caudal almacenado de 114 Hm3. Tomando este volumen como referencia, el trasvase le restaría un 4% al año. Para hacerse una idea, todos los embalses de Málaga suman actualmente 230 Hm3 (su capacidad es de 616).

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