Es la hora de la pausa para el desayuno en su trabajo y por eso Irene Rivera acude a la cita con su uniforme de ... jefa de la patrulla de pilotos de helicópteros de la Dirección General de Tráfico (DGT) de Málaga y junto a una de sus compañeras, Beatriz. El encuentro es en El Kiosco, un conocido bar en La Loma de San Julián, cerca del aeropuerto de Málaga, donde esta asturiana afincada en Mijas tiene su base desde que dejó la primera línea política para regresar a su profesión. «Estaba deseando volver a montarme en el helicóptero», relata mientras remueve el azucarillo en el café americano largo que ha pedido para esta charla con SUR.
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Rivera volvió a surcar los cielos de la provincia desde diciembre de 2019 después de que en las elecciones generales del mes anterior no saliera elegida diputada por Málaga de Ciudadanos tras el descalabro sufrido en las urnas por el partido naranja. Un escaño que había conseguido por primera vez en 2015 tras un breve paso por el Parlamento de Andalucía. «Entré en el Congreso cuando lo hizo Albert Rivera y me fui cuando se fue él», recuerda en alusión a que el fundador de la formación liberal dimitió tras el mal resultado de aquellos comicios, cuando pasaron de los 57 a los diez diputados.
Mantiene su compromiso con Ciudadanos como afiliada de base porque subraya que «hace falta un centro fuerte porque está más que demostrado que cuando el centro no es fuerte, los extremos se desmadran. Lo estamos viendo ahora en España con partidos como Podemos y Vox. Los extremos al final lo que producen son guerras y locuras». Por ello califica de «terrible» la situación por la que está pasando la política española. «En la política hace falta sentido común y eso se lo da el centro. Por eso creo que España debe seguir teniendo un partido fuerte de centro», subraya.
Un centro que, según defiende, encarna Ciudadanos. Cuando se le pregunta si está preocupada por el futuro de su partido ante las perspectivas que vaticinan los sondeos y las realidades de las últimas elecciones celebradas, donde sigue perdiendo apoyo, la exdiputada naranja muestra su inquietud «por las ideas de centro, que tienen que seguir teniendo representación». «Sinceramente la política es tan voluble que quizás ahora estás abajo y mañana estás arriba. Es tan efímero todo. Creo en el centro y espero que siga ahí», apostilla.
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Aunque reconoce que al principio fue «muy difícil» el aterrizaje en la política ya que te obliga a hacer «un máster muy rápido» para aprender el funcionamiento del entramado institucional y burocrático, califica como «muy buena» su experiencia en primera línea y tiene un grato recuerdo de su paso por el Congreso y de la capacidad «para resolver temas que le importan a la ciudadanía».
«La experiencia lo que me ha dado es un bagaje y una capacidad que quizás antes no tenía: esa capacidad de negociación, de resiliencia, de estrategia, de saber con quién tienes que hablar en cada momento y, sobre todo, la política es muy interesante cuando tienes un fin. Yo en política tenía un objetivo principal que era trabajar para mejorar la seguridad vial y lo conseguí con la modificación del Código Penal», explica.
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Su paso por el Congreso le permitió conocer a políticos de todos los partidos y saber a qué puertas llamar en cada momento. Unos contactos que ahora le son de utilidad para uno de los proyectos en los que está embarcada: el impulso al sector aeroespacial español. En este sentido y en colaboración con organizaciones como Ellas Vuelan Alto –una asociación cuyo objetivo principal es el de visibilizar el talento femenino en el mundo aeroespacial– o empresas del sector, entre ellas algunas de Málaga como DHV Technology, está contribuyendo a crear una red espacial en España.
«El espacio no es que sea el futuro, es que es el presente. Y en Málaga hay mucho talento», afirma, al tiempo que detalla que pretende crear «el primer lobby» del sector aeroespacial español para que las instituciones y la sociedad tomen conciencia de la importancia de lo que representa el sector aeroespacial. En este sentido están preparando enmiendas para presentar a la Ley de Ciencia, donde se incluye la Agencia Espacial Española.
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Además de estar volcada con esta iniciativa, Rivera está colaborando con las ONG's y tirando de sus contactos políticos para ayudar a los refugiados ucranianos que llegan a España.
Sobre si le gustaría volver a la primera línea política, lo tiene claro y sólo regresaría «si es a nivel ejecutivo para participar en responsabilidades de gobierno para poder poner en marcha proyectos» y muestra su «pena» por el hecho de que personas «valiosas» como el exalcalde de Mijas Juan Carlos Maldonado hayan abandonado Ciudadanos; por el contrario no lamenta que se hubiera ido Juan Cassá.
Mientras apura el café admite que hizo amigos en la política con los que aún mantiene contacto y relata que haces unos días, cuando anunció su marcha, le mandó un mensaje a Pablo Casado y el todavía líder popular le contestó. «Es una buena persona», añade.
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