Ponce Martín, en un momento de la charla con SUR. ñito salas
Reportaje

Un capitán con mando político en Fuengirola

José Luis Ponce Martín representa un caso inusual ya que tras 17 años en el Ejército ha dado el salto a la política y desde junio está al frente de las áreas de Seguridad Ciudadana y Turismo

Antonio M. Romero

Fuengirola

Lunes, 11 de diciembre 2023, 00:48

De participar en operaciones internacionales como oficial del Ejército de Tierra, ha pasado a ocuparse de la seguridad de los fuengiroleños y de la promoción ... turística de la Villa Blanca; de vestir a diario el uniforme, a dejarlo colgado hasta que retome su carrera; de pisar los patios de armas y las salas de banderas de los acuartelamientos, a recorrer las calles y plazas de su ciudad natal; de estar alejado de su familia, a tenerlos más cerca. Así cambió hace siete meses la vida del capitán José Luis Ponce Martín, quien después de 17 años de trayectoria militar decidió dar el salto a su otra «vocación», la política, como integrante del equipo de gobierno de la alcaldesa de Fuengirola, la popular Ana Mula. Un caso excepcional ya que no es habitual ver a militares que aparquen temporalmente su carrera para involucrarse en la política.

Publicidad

«Es vocación pura. Igual que me hice militar por una fuerte vocación patriótica, el salto a la política local es porque amo mucho a Fuengirola y tenía esa ilusión desde joven. Se ha presentado la oportunidad, son trenes que pasan una vez en la vida, y decidí cogerlo con esa vocación de servicio público y servicio a la ciudad», relata Ponce Martín en conversación con SUR en su despacho de la Jefatura de la Policía Local, donde elementos decorativos como los gorros cuarteleros o los despachos de teniente y de capitán del Ejército de Tierra en el arma de Transmisiones denotan el carácter militar de su inquilino.

Nacido el día de San José de 1987, la infancia del hoy concejal de Seguridad Ciudadana, Turismo y de Miramar Norte, transcurre en El Boquetillo, una barriada fuengiroleña que abandonó a los nueve años para trasladarse con su familia a Los Boliches. Allí estudió en el colegio Acapulco y en el instituto que lleva el mismo nombre del barrio. Aunque en su mente rondaba la idea de irse a la Universidad de Granada a estudiar Ingeniería de Caminos, finalmente es su «vocación patriótica» la que le lleva a dar el paso para ingresar en el Ejército y ser «ingeniero militar en lugar de civil».

«Es vocación pura. Igual que me hice militar por una fuerte vocación patriótica, el salto a la política local es porque amo mucho a Fuengirola y tenía esa ilusión desde joven»

 

La decisión de José Luis Ponce Martín de hacer carrera militar sin tener tradición castrense en su familia (su padre, oriundo de Cuevas del Becerro, es ascensorista y su madre, natural de Fuengirola, es ama de casa) le obligó a trasladarse a Zaragoza a preparar la oposición de ingreso. Tras un año donde se «hinchó» a estudiar logró entrar a la primera en la Academia General Militar con sede en la capital aragonesa; corría el año 2006. «En ese momento me convertí en el primer militar al que conocía», relata.

Publicidad

En este centro de enseñanza superior del Ejército de Tierra cursó los tres primeros años de su carrera mientras que los dos últimos para completar la formación los realizó en la academia de ingenieros en Hoyo de Manzanares (Madrid). En 2011 concluyó sus estudios, recibió el despacho de teniente del arma de Transmisiones y comenzaron sus destinos: el primero fue Ceuta; le siguió Granada, ya como capitán, en el acuartelamiento de San Miguel, situado frente a la Alhambra y desde el que se controla la red estratégica de defensa de Andalucía, Murcia, Ceuta y Melilla; y el último, hasta el momento, ha sido en el cuartel de Adalides, en la localidad gaditana de Algeciras.

En estos destinos, Ponce Martín ha trabajado en las tres «patas» que componen la labor en Transmisiones: la táctica, que es la «más guerrillera» y se desarrolla sobre el terreno del campo de operaciones; la estratégica, vinculada a la seguridad en las comunicaciones para que no sean interceptadas; y la guerra electrónica, donde el grado de especialización es «altísimo».

Publicidad

El militar muestra su gorro de alférez frente al Ayuntamiento de Fuengirola. ñito salas

En su trayectoria militar, donde alcanzó los grados de teniente y capitán a la edad más joven en que se puede llegar a esos empleos, ha participado en dos misiones internacionales, ambas bajo la bandera de la UE. La primera fue la Operación Atalanta para proteger del ataque de los piratas el tráfico marítimo en el océano Índico occidental y le llevó a embarcarse en los buques de la Fuerza Naval de la Unión Europea (EUNAVFOR), donde se encargó de las labores de cifrado y encriptación de las comunicaciones.

La segunda de las operaciones donde intervino también fue en África, concretamente en Somalia. Fueron nueve meses en Mogadiscio, donde Ponce Martín desarrolló labores de entrenamiento y adiestramiento del ejército somalí para combatir a movimientos como Boko Haram y Al-Shabaab en cuestiones como logística, organización de campamentos o inteligencia militar.

Publicidad

De su participación en ambas guarda como recuerdo la experiencia vivida a nivel personal y profesional así como dos condecoraciones y una carta de encomienda, esta última firmada por el Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, en reconocimiento a la creación de una base de datos logística que permitió optimizar los recursos de la UE en Somalia y un importante ahorro económico.

La conversación que le cambió la vida

Con una carrera militar «hecha» y en ascenso, la política se cruzó en su camino para subirse en una ola «gigantesca, que ha trastocado mi vida, pero estoy muy contento». Un paso que llegó por la vía más inesperada. Un día mantuvo una conversación por redes sociales con una antigua amiga -hija del que fuera concejal del PP Pedro Cuevas- para felicitarle por el nacimiento de su hijo. En esa charla, ella le recordó las inquietudes políticas que Ponce Martín siempre tuvo y que éste nunca había olvidado y le invitó a conocer a su prima, la actual segunda teniente de alcalde de Fuengirola, Rosa Ana Bravo. Un encuentro donde Bravo tuvo claro que debía hablar con la alcaldesa. Tras varias reuniones, el capitán decidió involucrarse en el proyecto de Ana Mula para Fuengirola y fue, como independiente, en el número ocho de la lista de los populares en las municipales del pasado 28 de mayo.

Publicidad

«Yo soy muy de mi pueblo. Es vocación pura y dura. Y siempre me gustó la política», recalca para justificar su salto a la política. Una experiencia, según añade, que está siendo «muy intensa» y donde destaca la ayuda que le está prestando Mula para su adaptación y el nivel «altísimo, dicho en tono positivo» de trabajo y de exigencia. «Es como estar en una operación, pero sin fin. Además el Ayuntamiento de Fuengirola es muy militar en el aspecto de organización, de plazos,...», agrega.

Sobre sus responsabilidades, dos delegaciones de importante peso en el organigrama municipal, el capitán Ponce afirma que se siente muy cómodo en el área de Seguridad Ciudadana -donde tiene que tratar con los uniformados de la Policía Local, Bomberos o Protección Civil- y que se está esforzando para profundizar en el campo del turismo. Cuando se le pregunta por qué la alcaldesa le puso al frente de la concejalía de Turismo, responde: «Creo que está basado en mi experiencia de trabajo internacional. Estoy acostumbrado a ver a España fuera de España, a ver nuestras debilidades a la hora de trabajar con otras organizaciones internacionales, a ver en qué pecamos o cuáles son nuestras fortalezas. A ello se une el perfil idiomático (habla inglés a nivel profesional y francés e italiano a nivel funcional)».

Noticia Patrocinada

«Los militares somos gente formada y preparada por el Estado, a las que el Estado y la sociedad nos puede sacar un partido grande»

El perfil de militares implicados en la política no suele ser habitual. A este respecto José Luis Ponce Martín explica que hubo un tiempo donde a los integrantes del Ejército no se les veía como una parte de la sociedad y esa percepción ha cambiado: «Ahora, por fin, los militares empezamos también a formar parte de la sociedad civil como algo normalizado, como gente preparada, como gente que no somos un bicho raro que está metido en un cuartel. Somos gente formada y preparada por el Estado, a las que el Estado y la sociedad nos puede sacar un partido grande. Somos gente con una gran vocación de servicio y podemos ser muy útiles más allá de los cuarteles».

Un ejemplo de esta implicación social es el capitán Ponce, quien en estos momentos se encuentra en situación de servicio especial aunque tiene claro que cuando acabe esta «bonita aventura» en el Ayuntamiento de Fuengirola volverá al Ejército con el objetivo de continuar una carrera militar cuyo siguiente paso sería el ascenso al grado de comandante.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad