Gloria inexplicable para el asesino de Cánovas

Las razones de aquel magnicidio hay que buscarlas en la intención del asesino de vengar a sus compañeros ajusticiados en el proceso de Montjuic acusados del atentado de la calle Canvis Nous de Barcelona al paso de la procesión del Corpus en junio de 1896 donde seis personas murieron y otras cuarenta y dos resultaron heridas, a lo que se suman las indagaciones de otros historiadores que apuntan a que Angiolillo contó con el apoyo de los movimientos cubanos a favor de la independencia. Doce días después de asesinato de Cánovas y tras un juicio en el que fue condenado a muerte, la sentencia se aplicó por garrote vil a cargo del verdugo burgalés Gregorio Mayoral Sendino.

Casi 124 años después, este episodio histórico ha vuelto a ser actualidad en el País Vasco. Ciudadanos, que forma grupo con el PP en el Parlamento de Vitoria, ha pedido la comparecencia del director de la radiotelevisión autonómica, EITB, Andoni Aldekoa de la Torre, para que dé explicaciones sobre la emisión de una serie sobre los sucesos de Alsasua (la detención de jóvenes abertzales por una presunta agresión a dos guardias civiles y sus parejas) y del documental 'Matar a un presidente' dentro de la serie 'Vamos a hacer historia' que emite el segundo canal de la televisión autonómica.

En este capítulo en concreto se recrea el asesinato de Antonio Cánovas del Castillo y cuenta con la opinión de historiadores, escritores y ciudadanos. En la petición de solicitud de comparecencia del director de la EITB, el parlamentario de Ciudadanos Luis Gordillo, malagueño de Sayalonga, argumenta que el programa presentaba al magnicida «como una suerte de héroe frente al oscuro Cánovas, al que se caracterizaba como poco menos que enemigo de los vascos». Y añade: «Entre las entrevistas y declaraciones se recogen las del responsable de una biblioteca de Bergara que lleva el nombre del autor del magnicidio. Finalmente, el programa reproduce opiniones y valoraciones de 'ciudadanos de a pie' que incluyen apreciaciones sobre al asesinato acaecido en 1897 muy similares al 'algo habrá hecho'».

Se refiere a opiniones como las vertidas por el exconsejero de Economía y Hacienda vasco Pedro Luis Uriarte en las que dice que Cánovas es «un político español que como bastantes otros, no todos, nos hizo bastante daño» o a las expresadas por algunos de los ciudadanos: «No estoy justificando la actitud de Angiolillo, pero tampoco debemos quedarnos con la historia del magnicidio»; «No voy a defender lo que hizo, pero tampoco voy a defender lo que hizo Cánovas»; «Cánovas aquí no es apreciado»; o «Su trabajo (Angiolillo) lo hizo bien». A ello se unen las alusiones a que el político malagueño tenía vínculos con los esclavistas o su postura para acabar con los fueros vascos.

En el documental también se puede apreciar que en Bergara hay una biblioteca que lleva el nombre de Angiolillo ubicada en la antigua cárcel donde estuvo preso –hoy reconvertida en centro cultural–, una placa recuerda su nombre en el patio donde fue ajusticiado e incluso hace unas décadas un grupo de rock de la comarca llevó el nombre del anarquista italiano.

Para Ciudadanos series como las referidas al caso Alsasua o el documental sobre el asesinato de Cánovas del Castillo «desacreditan a las fuerzas y cuerpos de seguridad o manipulan hechos históricos con una finalidad política clara» y por ello solicitan la comparecencia del director de la televisión autonómica vasca para manifestar qué «medidas de 'institucionalización' del ente público piensa adoptar para evitar que el dinero público se emplee en producir este tipo de programas».