Málaga bate su récord con más de cinco trasplantes de órganos a la semana

Según los datos oficiales a los que este periódico ha tenido acceso, a lo largo del año pasado se llevaron a cabo 281 trasplantes. La mayoría fueron de riñón (201), seguidas de la de hígado (67) y de las de páncreas, que sumaron un total de 13 intervenciones.

Hay que recordar que en esta materia, Andalucía está dividida en cinco sectores. De Málaga dependen las donaciones de la propia provincia, de la de Almería y de Ceuta y Melilla. Pero en cuanto a los trasplantes como tal, en el Hospital Regional (centro de referencia) todas las que se realizan son las que afectan a los tres órganos antes citados.

Estas cifras récord no solo afectan a Málaga. En el conjunto de Andalucía se han registrado por primera vez más de un millar de trasplantes, lo que supone en torno a tres al día para una población de algo más de ocho millones de personas; una situación inédita en cualquier otra parte del mundo.

Domingo Daga, coordinador autonómico de trasplantes, considera que estos datos son «extraordinarios». A su juicio, la sociedad andaluza en general y la malagueña en particular han integrado la donación como parte de su legado vital. «Es decir, que las personas cada día más piensan en que, al final de su vida, con su fallecimiento, donar supone una magnífica opción porque da posibilidades a otras personas para seguir viviendo con órganos y tejidos, y que tras el fallecimiento ya no nos ayudan para nada. Ese mensaje que parece sencillo y fácil tiene que ser asumido por la sociedad para que esto funcione», sostiene.

Daga recuerda que cada vez son más las personas que integran esa opción al final de su vida. «Si cuando se produce el fallecimiento de cualquier persona, ésta en vida ha expresado esa opción en un registro de voluntades vitales o en un testamento vital, el mensaje está claro», añade. Pero puede que no ocurra así, y entonces es cuando aparece la figura del coordinador de trasplantes, que es el encargado de preguntar a la familia por los deseos de las personas. «En Málaga, en concreto, prácticamente el 90% de las familias a las que les preguntamos nos dicen que sí, que aceptan ser donantes; y una gran parte de ellos aceptan porque la persona que ha fallecido en vida expresó su deseo. Esa es la clave», afirma el coordinador, que aquí también señala que este 90% también es muy superior a la media.

Donaciones

Para que haya un trasplante, tiene que existir previamente una donación. En este caso, la tasa se mide en número de donantes por cada millón de personas. En Europa, esta tasa ronda las 20 personas por millón, mientras que en España es algo menos de 48. Aquí Andalucía y Málaga de nuevo son líderes, ya que la comunidad autónoma está en torno a los 51, mientras que la provincia alcanzó los 52 a lo largo de 2023, convirtiéndose así en el territorio líder en todo el planeta.

«Hay que destacar una y otra vez el trabajo que se ha hecho por parte de las organizaciones sanitarias y de los medios de comunicación. Por parte de los coordinadores de trasplantes, hemos intentado explicar e informar a la sociedad, a las personas en general, de las bondades, de lo generoso, de lo útil, de lo particularmente necesario que es que al final de nuestros días podamos donar órganos o tejidos para ayudar a otras personas, porque no tenemos otras posibilidades para hacer trasplantes a día de hoy», recalca Daga.

El responsable autonómico define, de hecho, esta tasa como «privilegiada». «Pero lo más importante de todo esto es que en el fondo la tasa es sólo un número. Detrás de eso están los trasplantes», insiste, y recuerda que el único factor limitador de los trasplantes son los donantes. «También hay donantes en vida, pero no llegan ni al 9% del total, una cifra aún muy pequeña», señala.

En cuanto a la edad y si el envejecimiento de la población podría en el futuro afectar a estos datos, Daga recuerda que a día de hoy la media de edad de los donantes en Andalucía es de 60 años. «La idea de que los donantes son gente joven que muere en accidentes de tráfico ya es pasado, estos son menos de un 9% del total», explica el coordinador, que aclara que hoy día el donante más frecuente es el que tiene más de 60 años y que fallece como consecuencia de una enfermedad natural propia suya. «No es de causa accidental, sino que son pacientes que tienen una hemorragia cerebral o que tienen una un infarto agudo de miocardio y una parada cardíaca, y se reaniman y no sobreviven».

En su criterio, la edad no es una contraindicación para donar. «Si usted me preguntara por encima de qué edad no se puede donar, le diría que no hay edad. De hecho, tenemos donantes a veces que tienen más de 90 años. Es decir, que los órganos y los tejidos de las personas más que por la edad, los evaluamos por su función, por su situación biológica. Hay personas con 80 años que tienen los órganos y los tejidos mejor que otros con 50. Todo depende de cómo se hayan cuidado, de su situación general, o de qué enfermedades hayan padecido. Pero esto va de la mano, lo mismo que envejecen los donantes, también envejecen los receptores», sentencia Daga con un ejemplo. «Actualmente estamos trasplantando a muchas personas que tienen más de 70 y 80 años. El envejecimiento es un reflejo de la sociedad, pero no es un impedimento para hacer un procedimiento de donación».