Ubicación, capacidad, costes,... Así son los proyectos que optan a la desaladora que paliará la falta de agua en la Axarquía

Un impulso que viene desde el sector privado con tres proyectos. El primer paso lo dio la multinacional Acciona en julio del año pasado al solicitar formalmente a la Junta de Andalucía la concesión de aguas para riego y abastecimiento a poblaciones mediante una planta de tratamiento en Vélez. Una petición a la que también se sumaron otras dos propuestas, la de Magtel y la de la alianza formada por Trops, Grupo Cobra y la Universidad de Málaga.

Con estas tres iniciativas sobre la mesa, la pelota está desde hace meses en el tejado de la Administración autonómica, donde una comisión técnica ya está analizando y valorando cada una de las propuestas. La idea es que la concesión quede resuelta antes del verano, aunque todavía quedarían otros trámites que solventar como la autorización ambiental o el permiso de Costas para ocupar el dominio público marítimo-terrestre para las canalizaciones de captación. La ubicación, la capacidad de tratamiento, los costes energéticos, los plazos para su puesta en marcha o el precio que tendría el metro cúbico son algunas de las cuestiones que pueden inclinar la balanza. Estas son las características de cada uno de los tres proyectos.

La desaladora proyectada por Acciona, que fue la primera en dar el paso de solicitar la concesión de aguas desalinizadas durante 40 años, se ubicaría en la margen izquierda del tramo final de río Vélez, en una parcela situada al sur de la N-340 y junto a la avenida Gerald Brenan. Su capacidad inicial permitiría producir 25 hectómetros cúbicos (Hm3) anuales, aunque en una segunda fase se podrían ampliar hasta los 37,5. De ese volumen de partida, dos tercios (17 Hm3) se destinarían para el riego y uno (8 Hm3) para el abastecimiento urbano.

Con una inversión estimada de 100 millones de euros que serían aportados por Acciona sin necesidad de financiación externa, la construcción de la planta duraría unos dos años y medio. Las instalaciones estarían formadas por la estación desaladora, depósitos de agua tratada, una subestación eléctrica conectada a la línea Cala-Torremar y, en cuanto a canalizaciones, una tubería de captación en el mar y otra de impulsión para conducir el caudal ya tratado hasta la estación potabilizadora de El Trapiche (para inyectarla a la red de abastecimiento) y hasta el ramal de la balsa de riego ubicada también en El Trapiche. La obra se complementaría con la creación de un área de uso recreativo en la zona colindante al río.

En cuanto al precio del agua, la multinacional no facilita cifras concretas, pero sí destaca que el recurso desalado para el riego debe entenderse como un complemento, de forma que los agricultores utilizarían una mezcla de agua embalsada, regenerada en las depuradoras y desalinizada. Como cada una tiene un coste de producción distinto, las comunidades de regantes suelen abonar un 'mix' entre las tres tarifas. Por sí sola, generar un metro cúbico de agua desalada cuesta unos 0,6 euros. En este sentido, Acciona sí aporta como aval que la electricidad será 100% renovable y a precio definido durante los primeros 25 años de explotación para intentar combatir la volatilidad de la factura de la luz. Además, se compromete a que en caso de que la Administración subvencionara parte de la inversión, esa rebaja se trasladaría íntegramente al precio final que pagarían los usuarios.

En el objetivo de lograr una economía circular y una mayor eficiencia energética, se usarán los últimos avances tecnológicos para aumentar la conversión del agua tratada reduciendo el volumen de salmuera (el sobrante tras la desalación) y recuperando las sales de calcio, magnesio y fosfatos precipitadas durante la desalación, tal y como Acciona ya viene aplicando en la planta que gestiona en San Pedro del Pinatar (Murcia). Además, también está trabajando en la generación de electricidad a partir de salmueras y en la transformación de éstas en reactivos químicos necesarios dentro del proceso de desalinización.

El proyecto que lideran Trops, el Instituto de Domótica y Eficiencia Energética de la Universidad de Málaga y Tedagua (empresa del Grupo Cobra especializada en tratamiento del agua) está previsto en la desembocadura del río Vélez. Bautizada como Agua+S, la desaladora ideada por investigadores de la UMA como solución sostenible y ecológica a la sequía tendría una capacidad de generación de 40 hectómetros cúbicos, aunque ampliables más adelante hasta los 60. Según su propuesta, el agua tratada sería conducida por una canalización siguiendo los cauces de los ríos Vélez y Guaro hasta el embalse de La Viñuela para, desde ahí, dar servicio a los consumos domésticos y a los regadíos de toda la Axarquía aprovechando las infraestructuras existentes.

El presupuesto total estimado es de 144 millones de euros, incluida la creación de una novedosa planta fotovoltaica flotante sobre las aguas del propio pantano. Un parque solar que ocuparía el 15% de la superficie y que generaría 250 megavatios. Esta energía no sólo garantizaría el autoabastecimiento de todo el sistema de desalación (unos 80 megavatios para una producción de 40 Hm3 anuales) sino que también permitiría comercializar el resto asegurándose a cambio un precio estable y competitivo que posibilite abaratar los costes de producción, que es el principal 'handicap' de la desalación.

Con este mismo objetivo, también se plantea una segunda fuente de ingresos mediante la venta de la salmuera, que se usa para la producción de hidrógeno verde y cloro, en vez de devolverla al mar. Gracias a esa energía más barata y a la rentabilización de la salmuera, los promotores estiman que el precio del metro cúbico podría oscilar entre los 0,20 y los 0,30 euros.

Al margen del precio, la otra gran apuesta de esta alianza empresarial que abandera la mayor comercializadora de aguacate y mango nacional es el tiempo, porque aseguran que podrían estar produciendo en sólo tres meses desde que se obtuviera los permisos mediante desaladoras de emergencia y que la planta definitiva estaría a pleno rendimiento en un año.

Además, los promotores destacan que este modelo de instalación sería perfectamente reproducible en todos los emplazamientos geográficos de Andalucía en los que se dispusiese de un embalse en las cercanías de la costa, como así ocurre en otras 15 ubicaciones.

La desaladora que plantea Magtel tras analizar hasta una docena de posibles ubicaciones iría junto a la depuradora de Vélez, al sur de la autovía y al oeste del centro comercial El Ingenio sobre unos terrenos lo suficientemente alejados de zonas residenciales pero también próxima a la desembocadura del río. Con una inversión que rondaría los 100 millones de euros, la planta está diseñada para una capacidad inicial de 40 Hm3 (se contempla una ampliación a futuro hasta los 60 en caso de necesidad), de los que 10 se destinarían al abastecimiento urbano y los 30 restantes, al riego. Además, la producción se podría ajustar a las necesidades de cada momento, por lo que el sistema estaría estructurado en escalones de 10 Hm3/año.

En principio, el volumen reservado para el consumo doméstico sería transportado hasta un depósito de agua potable ya existente, mientras para el riego se está trabajando en una solución que permita incorporar los recursos al sistema aprovechando las infraestructuras existentes, incluido el propio embalse de la Viñuela. La red se completaría con el necesario conducto de inmisión mar adentro para captar el agua e impulsarla hasta la desaladora, así como un emisario paralelo para devolver el agua con doble concentración salina a su entorno natural.

Dado que el coste de producción es un factor determinante, Magtel apuesta por la suscripción de un contrato de suministro eléctrico a largo plazo que asegure un precio estable y razonable. Aunque también se podría ver optimizado con soluciones de autoconsumo mediante la instalación de placas solares en la que la compañía ya lleva tiempo trabajando y que puedan suponer una ventaja competitiva cara al precio final. ¿Cuál sería? Con el precio ponderado de ese 'mix' de todos los diferentes orígenes de los recursos (embalse, fluyentes, acuíferos, regeneradas y desaladas) y el coste de cada uno de ellos, en la compañía afirman que la disponibilidad de agua necesaria para la agricultura en la comarca estaría garantizada por debajo de los 0,30 euros el metro cúbico.

En caso de hacerse con la concesión, Magtel confía en recabar todos los permisos necesarios para comenzar las obras en diciembre de este 2023. Puesto que la construcción tendría un plazo de dos años, la desaladora podría estar produciendo agua a comienzos de 2026.