Las lluvias de marzo y lo que va de abril han tenido un efecto balsámico sobre las reservas de agua en la provincia, que se encontraban hasta ahora en un nivel crítico. Los más de 300 litros por metro cuadrado que se han acumulado en ... los pluviómetros de varias presas, según los datos de la Red Hidrosur de la Junta, han hecho que el escenario cambie en cuestión de poco más de un mes en algunos puntos.
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Así ha ocurrido en dos de los principales embalses de Málaga. En el pantano de La Concepción, que abastece a la Costa del Sol, entre el 1 de marzo y el 18 de abril se han recogido 317 l/m2. Ello ha permitido no sólo que la presa se llene, sino también abastecer a la Axarquía, en el otro extremo de la provincia, con agua del río verde. Actualmente, el volumen acumulado es de 58 hectómetros cúbicos, al 94% de su capacidad, a pesar de la reciente Semana Santa, cuando la extracción aumentó considerablemente por la llegada de turistas.
Además de cubrir la demanda de su territorio, el baipás de Churriana entró en servicio el pasado lunes, 4 de abril, con lo que dio comienzo el esperado trasvase de agua desde la Costa del Sol Occidental a la Axarquía para garantizar el abastecimiento de la población. La Consejería de Agricultura y Desarrollo Sostenible gestiona estas operaciones, que suponen movilizar un caudal de 100 litros por segundo, destinado sólo para el consumo humano en las poblaciones costeras del litoral oriental, y que permitirá reservar la escasa agua almacenada en la presa de La Viñuela.
Además, la presa costasoleña llevó a cabo a principios de abril un desembalse de seguridad de 0,8 Hm3, a razón de 10 metros cúbicos por segundo, con el objetivo de limpiar los sedimentos que formaron una barrera de arena en el cauce del río Verde. Como explicaron desde la Delegación del Gobierno, se había generado un taponamiento en la salida del agua que podía ser peligroso.
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Mientras, en el Conde de Guadalhorce se han recogido 330 l/m2 esta primavera, lo que ha situado las reservas al 96% de la capacidad, con 63,9 Hm3. Se trata de uno de los tres embalses principales que abastecen al Valle homónimo y a la capital malagueña, junto con los del Guadalhorce y Guadalteba, que están al 37,8% (47,6 Hm3) y al 63,9% (98 Hm3), respectivamente.
Con esta cantidad de agua acumulada (209,5 Hm3), la capital tiene el suministro garantizado para los próximos tres años; a lo que hay que sumar los aportes de las presas de laminación de avenidas en los ríos Guadalmedina (El Limonero, que contiene casi 12 Hm3) y Campanillas (Casasola, con casi 13).
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En el lado opuesto, el pantano de La Viñuela, que abastece a la Axarquía, solo ha crecido en cuatro hectómetros cúbicos con las últimas lluvias, por lo que sigue en un nivel crítico. Los 27,57 Hm3 acumulados suponen sólo el 16,8% de la capacidad. La buena noticia es que el bombeo del baipás de Churriana desde la Costa del Sol, junto con las restricciones para la agricultura y el consumo humano, está permitiendo reservar estos escasos recursos para hacer frente a lo más duro del verano que viene.
En total, las reservas se encuentran a casi el 52%, con 319,69 Hm3, todavía lejos de los 361,35 que tenían hace un año. La diferencia es justo lo que le falta al pantano axárquico.
Las estadísticas de la Red Hidrosur de la Junta ponen de relieve una fuerte reducción de las reservas en el embalse de Guadalhorce en la última semana, de 49,3 a 47,3 hectómetros cúbicos, hasta ayer. Ello no se debe a un aumento extraordinario del consumo, sino a unas obras de mejora dentro de la presa.
El desembalse total será de unos 3 Hm3, que irán a parar directamente al río Guadalhorce, y el motivo es la última fase de ejecución de la obra llamada «Revisión y tratamiento de los conductos de toma de desagüe de fondo de la presa de Guadalhorce». Este proyecto, que permitirá aumentar la capacidad y extender la vida útil de esta infraestructura, impone llevar a cabo este vertido controlado «por razones de seguridad y explotación», según explican desde la Junta. El caudal medio del desagüe está siendo de cinco metros cúbicos por segundo, y no supondrá «alteraciones anormales» en el cauce del río.
La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible contrató en 2020 por 1,63 millones las obras para la remodelación del desagüe de fondo de la presa, que se encontraba fuera de servicio desde hacía ocho años por problemas de aterramiento, lo que, unido a las constantes averías en las válvulas de regulación, dejaba este elemento inhabilitado.
La Dirección General de Infraestructuras Hidráulicas estima que la recuperación del desagüe de fondo permitirá duplicar la vida útil del embalse y, además, recuperar la capacidad de almacenamiento perdida como consecuencia del citado aterramiento.
La intervención contemplaba la sustitución de la actual rejilla de protección de la toma de desagüe y de los equipos hidromecánicos de la cámara de válvulas del desagüe de medio fondo; al tiempo que se incorporarán nuevas compuertas y un conducto de aducción de la galería de descarga como medida adicional de seguridad. También se prevé la clausura de la cámara abandonada.
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