Las últimas lluvias elevan el nivel de los embalses en Málaga, pero son insuficientes para salir de la sequía

Entre las buenas noticias, también hay que reseñar que los pantanos están ahora, en términos generales, en una situación mejor que la que tenían hace un año. Los 222,5 hectómetros cúbicos acumulados (al 36,4% de la capacidad) suponen diez más que los que había en diciembre de 2021, según los datos aportados por la Red Hidrosur de la Junta de Andalucía. Y, por supuesto, hay que poner de relieve el riego que han recibido los cultivos (especialmente los subtropicales de la Axarquía, que eran los más necesitados); así como la ganadería y el aporte a los acuíferos, aunque escaso.

Hasta aquí la parte positiva. En realidad, cuando se pone la lupa sobre los datos de cada uno de los reservorios, se observa que la lluvia va por zonas, con un predominio claro del oeste sobre el este. El que más ha ganado, con diferencia, es el de La Concepción, que abastece a la Costa del Sol. Este ya supera el 62,9% de su capacidad, con más de 36,5 hectómetros cúbicos, tras ganar diez.

El menos beneficiado es, precisamente, al que más falta le hacía. La Viñuela se ha quedado de momento al 10,8% de su capacidad, con 17,7 Hm3 (+2,5). Es verdad que el pantano ha 'resucitado' después de haber estado prácticamente agotado. Pero los aportes del río Guaro y del resto de afluentes están siendo insuficientes, por lo que en la comarca de la Axarquía persiste la situación de emergencia por sequía, ya que aún contiene 10 Hm3 menos que hace un año.

Poco que celebrar también en el sistema Guadalhorce, que abastece a la capital malagueña y al Valle homónimo. La del Guadalteba se ha quedado prácticamente igual que estaba al principio del episodio húmedo, aunque hay que tener en cuenta que es la que contiene más agua embalsada de toda la provincia, 85 Hm3 (al 55,6%). La presa del Guadalhorce sí muestra un saldo neto de mejora de tres Hm3; mientras que la del Conde ha sumado sólo dos.

Por último, están los dos pequeñas presas de laminación, cuya función principal no es almacenar agua, sino evitar las avenidas catastróficas de los ríos (aunque este líquido también se utiliza) de Casasola y El Limonero, ambas en el entorno de la capital. La primera regula el río Campanillas y contiene casi 11 Hm3, levemente por encima. Mientras que la segunda frena al Guadalmedina, y está prácticamente igual que antes de empezar a llover (9 Hm3).

Este escenario choca con el de las lluvias acumuladas, que han sido abundantes, aunque se han concentrado sobre todo en la Serranía de Ronda y la Costa del Sol occidental. El pluviómetro oficial a efectos estadísticos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Málaga es el del aeropuerto. En este punto se han contabilizado unos 140 litros por metro cuadrado hasta ayer, una cifra que está muy por encima de la media histórica del mes de diciembre (100 l/m2).

Además, supone que en apenas dos semanas ha caído una cuarta parte de lo que llueve en la capital en todo un año hidrológico considerado normal (la media histórica del periodo de retorno 1981-2010 es de 534 l/m2). Por tanto, harían falta dos meses de precipitaciones continuadas como las anteriores, de ahora hasta el verano, para alcanzar este nivel.

Pero en el interior, lo que se ha recogido en algunos puntos multiplica con creces esa cifra. El punto más húmedo ha sido el río Guadiaro, en la frontera entre las provincias de Málaga y Cádiz, con 321 l/m2; seguido del río Genal, a su paso por Jubrique (307) y Los Reales de Sierra Bermeja (296), según las estadísticas de precipitación acumulada del 5 al 16 de diciembre de la Red Hidrosur.