«Tienes que aportar un título para que te valoren en la vida»

La FP Básica en este instituto de La Palmilla está dando resultados muy positivos y ha hecho posible que mejoren sus estadísticas de rendimiento académico. Esto les llevó a solicitar e implantar un nuevo ciclo, que se sumó al de Agrojardinería, que lleva varios años impartiéndose en el centro. Se trata de Peluquería, que «ha sido todo un éxito», apunta la directora, Sonia Porrero, y que tendrá este curso a su primera promoción en la calle. A este ciclo – que solo se imparte en otros tres de la capital–, ha llegado alumnado de otros barrios, lo que «ha cambiado la realidad de nuestro centro», indica. El Guadalmedina estudia implantar un tercer ciclo de FP Básica, que ayudaría, según la directora, a reducir los altos índices de abandono escolar.

Belén Fernández, una de las profesoras, asegura que esta modalidad de FP permite a los alumnos continuar estudiando y, lo que más les interesa, tener un primer contacto con el mundo laboral, con las prácticas que se realizan desde el segundo trimestre del último curso. Aunque el título les permite continuar hacia ciclos de grado Medio, la profesora reconoce que son pocos los que continúan estudiando, pues la mayoría quieren entrar en el mundo laboral.

Jonás Chávez, de 17 años, es una de las excepciones a esa tendencia general. Su familia vive en Torrox y él se ha alquilado una habitación en la capital. No quería seguir estudiando y sus padres le presionaron para que al menos consiguiera el título de Secundaria cursando un ciclo de FP Básica. «Para que te valoren en la vida necesitas un 'cartón'» –como se refieren en su Sudamérica natal al título–. Como le gusta mucho el campo, se matriculó en el IES Guadalmedina para estudiar Agrojardinería. El curso no se le ha dado mal y sus profesoras han conseguido que recupere el interés por los estudios. Jonás quiere ahora hacer un grado Medio en Agropecuaria. «Tendré que irme a Campillos, pero no me importa con tal de estudiar lo que me gusta», dice el joven.

Como otros chicos, Munir Laarbi, de 16 años, ya había repetido dos cursos en Secundaria y sus padres le animaron a probar con la FP Básica. Agradece a sus profesoras haberle hecho fácil esta etapa y cuando acabe se plantea seguir estudiando, en su caso Mecánica en el IES Rosaleda. Achraf Azaoum, de 18 años, es otro ejemplo de alumnos que la FP Básica ha conseguido recuperar del abandono escolar. Secundaria se le puso «cuesta arriba», y los profesores del Guadalmedina le animaron a probar con la FP. «Hemos tenido muy buenas maestras», afirma el joven. Hasta el punto de que ahora le gusta la jardinería y quisiera seguir formándose para en el futuro «trabajar y ser un buen jardinero».