Javier Padilla, fotografiado en el centro de Málaga durante sus vacaciones antes de regresar a Nueva York. Isidro González

Javier Padilla: «España no es ejemplo de memoria histórica y justicia transicional»

Escritor, investigador y profesor, el joven malagueño ha sido becado por La Caixa para terminar su doctorado en Estados Unidos centrado en el estudio del tránsito de las dictaduras a las democracias y cómo las élites son capaces de mantenerse en el poder

Martes, 27 de agosto 2024, 00:25

Javier Padilla Moreno-Torres (Málaga, 1992) es licenciado en Derecho y Administración de Empresas por la Universidad Autónoma de Madrid y realizó un máster en Filosofía y Políticas Públicas en London School of Economics. Cursa un doctorado en Ciencias Políticas en la City University of ... New York becado por el Graduate Center, donde imparte clases de política comparada en Hunter College y en Baruch College. Javier Padilla ha sido uno de los cien becados por La Caixa para completar sus estudios de posgrado en el extranjero. Antes de regresar a Nueva York, habla sobre sus investigaciones, proyectos de futuro y la transición política en España, que tan bien conoce y a la que ha dedicado ya dos libros, 'A finales de enero' (Tusquets, 2019) y 'Vida y obra de Gabriel Maceli Campalans' (Lengua de Trapo, 2023).

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–Enhorabuena por esta beca. ¿Qué supone para usted esta ayuda de La Caixa?

–Gracias. He tenido cinco años de beca y necesitaba alargar mi estancia en Nueva York para poder terminar el doctorado.

–¿En qué ha centrado su trabajo de doctorado?

–Estoy investigando sobre las élites de las dictaduras y cómo se adaptan a un nuevo sistema democrático. Estoy elaborando una base de datos a partir de los archivos de la biblioteca pública de Nueva York analizando todas estas élites políticas y sus hijos.

–¿Con qué objetivo este estudio de la transición a la democracia?

–El objetivo es conocer qué personas son más capaces de mantenerse en posiciones de poder tanto en dictadura como en democracia y cuáles son las estrategias que utilizan para, una vez que hay una democratización, saber mantenerse en posiciones de poder.

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–¿En qué países ha centrado su investigación?

–Además de España, en Brasil, Chile, Argentina, Portugal y Perú.

–¿Cómo surge su interés por este momento político?

–En realidad todo surgió a partir de los libros que he escrito, sobre todo 'A finales de enero', en el que abordo la historia de tres antifranquistas de la transición española, Lola González Ruiz, Javier Sauquillo y Enrique Ruano. En un momento dado me di cuenta de que lo que me gustaba era combinar la perspectiva histórica con algo más cuantitativo y metodológico, que es lo que se necesita para hacer un doctorado en Políticas. Creo que es un tema relevante, hay muchos países que no son democracias y hay que analizar qué podría pasar si transicionan hacia este régimen de libertades.

Pacto de silencio

«Fue un error, se llegó a una falsa equivalencia entre los crímenes del franquismo y los que se cometieron desde el bando republicano»

–Se habla mucho del ejemplo de la transición española. ¿Cree que es un modelo válido para otros países?

–Depende, en general no tanto. Creo que en cuanto a memoria histórica y justicia transicional España no sería un ejemplo.

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–¿Por qué?

–Pues porque no se hizo nada para enjuiciar o por lo menos purgar a algunas de las personas que durante el franquismo habían cometido abusos en derechos humanos. En ese sentido, hubo una continuidad muy importante.

–Hubo un pacto político para pasar página...

–Sí, hubo un pacto de silencio y una amnistía y los partidos políticos decidieron no hablar mucho del pasado. Yo me pregunto por qué. Es interesante recordar que el Partido Comunista fue menos beligerante que el Partido Socialista durante la transición. Mi hipótesis es que sucedió así porque si se investigaban los crímenes del franquismo, ellos –el Partido Comunista– también se podrían haber visto afectados por los que cometieron durante la guerra civil. Algo que desde mi punto de vista fue un error, porque obviamente había muchos más crímenes desde el bando franquista. Y quedó una equidistancia que es falsa desde el punto de vista histórico. Hubo crímenes desde ambos bandos, pero obviamente la equivalencia es falsa.

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–¿Esto no pasó con otras dictaduras?

–Bueno, cada país ha tenido su propia transición. En Argentina Videla fue enjuiciado. Y en Portugal también hubo cambios profundos. Otros países, como Chile, fueron más parecidos al caso español, incluso probablemente más benévolos con el pasado.

–Constantemente se apela en España a la necesidad de recuperar el espíritu de consenso de la transición. En su opinión, ¿fue más real o aparente?

–Creo que en una primera etapa, hasta la aprobación de la Constitución, no hubo tal consenso y fue todo muy dirigido por la UCD y Suárez. La transición más que nada fue dirigida por las élites anteriores. Suárez fue un político muy bueno, muy hábil y profesional, capaz de pactar con unos y con otros, algo similar a lo que está pasando en Portugal.

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Protagonismo

«La transición española fue dirigida fundamentalmente por las élites del régimen anterior»

–Con cinco años que lleva en Estados Unidos, ¿cómo ve la situación política en ese país?

–Como español que lleva allí poco tiempo no tengo una visión clara. Lo que sí parece cierto es que, si en España se ha dado una polarización política, en Estados Unidos está mucho más acentuada.

–En las últimas elecciones europeas se ha producido un importante avance de la extrema derecha, ¿cómo analiza estos resultados?

–Sin duda la extrema derecha ha dado un importante avance en Europa y esta es una realidad preocupante. En el caso de España me inquiete que muchos jóvenes hayan optado por estas formaciones políticas, quizás porque no tienen claro su proyecto de vida, su futuro. Estos partidos se nutren de ese desconcierto, de esa falta de oportunidades, del elevado paro juvenil que les hace verse fuera de la sociedad.

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–¿La situación en Estados Unidos, Europa y otros países se puede interpretar como un retroceso de las democracias?

–En la literatura académica hay un importante debate sobre esta cuestión. Parecía haber un consenso en relación a ese tema, el retroceso de las democracias. Pero han aparecido otros estudios que indican que esto se debe más a cómo se está midiendo este fenómeno y que no está tan claro que sea así en todos los casos. Hay países en los que sí es muy evidente, como Estados Unidos, Brasil, Turquía o Hungría, pero igual no es un fenómeno extrapolable al resto de países. Estos autores indican que esto se debe a que ahora hay más investigadores trabajando en estos temas.

–¿Cuáles son sus planes de futuro una vez termine el doctorado con esta beca de La Caixa?

–Volver a Europa, seguro. No me desagrada la idea de volver a Málaga, que es donde vengo cada verano o Navidad, donde están mi familia y mis mejores amigos. Pero no sé si será posible venir aquí, porque la estructura de las universidades españolas es muy complicada y hace muy difícil que los que estamos fuera podamos regresar. Venimos de doctorados largos, con mucha más investigación y son cuestiones que no se valoran cuando optas aquí a alguna plaza docente.

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