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Japón, uno de los países con mayor potencial exportador del mundo, empieza a rendirse a los encantos de Málaga. Acostumbrados a importar productos desde el ... país del sol naciente, los empresarios de la provincia han logrado darle la vuelta a la tortilla gracias a la creciente calidad de su industria agroalimentaria. Según los datos que maneja el ICEX, las cifras de exportaciones se han duplicado en la última década.
Durante el pasado año 2021, 145 empresas malagueñas exportaron productos a Japón, de las que 34 lo hacen habitualmente (al menos durante los últimos cuatro años). A pesar de las complicaciones derivadas de la pandemia, las empresas de la provincia exportaron al lejano oriente productos por valor de 37,65 millones de euros, frente a los 31,53 que se importaron. Esto dejó un balance comercial favorable de 6,12 millones de euros; una cifra impensable hace apenas diez años
Los datos son aún más positivos si se tienen en cuenta los registrados en 2019, año previo al inicio del Covid y se pusieran patas arriba las bases del comercio hasta ahora habitual. Durante aquel año, las empresas malagueñas exportaron productos por valor de 46,10 millones de euros, frente a los 24,85 millones que se importaron. (+21,26 millones). Las exportaciones a Japón aumentan de forma regular desde el pasado 2011, cuando la cifra apenas representa 10,55 millones de euros.
El director provincial de Comercio y de ICEX en Málaga, Rafael Fuentes, reconoce que el número de empresas que comercian con Japón es todavía pequeño si se compara con el total de negocios exportadores que hay en la provincia (8.188), pero valora su tendencia al alza. «Y todo ello en un mercado que es muy exigente, por lo que varias empresas malagueñas han demostrado capacidad para estar preparadas para vender en todos los mercados del mundo», valora.
Entre las exportaciones, el sector más relevante es el de los alimentos, fundamentalmente productos cárnicos y aceite de oliva, aunque los productos de la pesca también han registrado datos positivos en años recientes. A tenor de las estadísticas que maneja el ICEX, Málaga exportó el pasado año 2021 alimentos, bebidas y tabaco por valor de 34,98 millones de euros, seguido de grasas y aceites (18,79 millones de euros) y productos cárnicos (14,29). Por contra, tuvo que importar mayoritariamente bienes de equipo (28,35 millones de euros), seguido por equipos de oficina y telecomunicaciones (13,21 millones).
Los datos se han puesto de relieve con motivo de la Semana Cultural de Japón que se está celebrando en Málaga. Entre los diferentes eventos que se están llevando a cabo, este martes se produjo un encuentro entre empresarios de ambos países con el objetivo de fomentar esas actividades económicas.
El encuentro fue inaugurado por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el embajador de Japón en España, Kenji Hiramatsu. Ambos coincidieron en las oportunidades que existen en ambos países para generar negocio y sinergias.
De la Torre aprovechó para vender las bondades y el potencial de la ciudad para atraer talento a la vez que aseguró que «Málaga no es mal sitio para que empresas japonesas se instalen y miren hacia África o hacia América». «Esto tiene que tiene que ir calando como lluvia fina; Málaga y su entorno es capaz de atraer mucho talento e iniciativa», añadió.
Por su parte, el embajador japonés reconoció que las relaciones económicas entre ambos países son significativas y dijo que «avanzan con paso firme». Hiramatsu valoró la gran apuesta que está haciendo Málaga por la digitalización, el turismo, el sector agroalimentario o incluso las energías renovables y consideró que dicha apuesta puede ayudar a la llegada de más empresas japonesas a la ciudad.
De forma similar detalló diferentes iniciativas por las que están apostando en su país de origen y que podrían convertirse en oportunidades de negocio para las empresas locales. Habló de una estrategia de crecimiento limpio que les va a llevar a instalar entre 30 y 45 gigavatios de energías renovables o la creación de una agencia de transformación digital para profundizar en este camino. «Esto crea un ambiente empresarial favorable para que las empresas extranjeras, entre ellas las malagueñas, puedan crear una base sólida de negocio», resumió.
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