La inflación rompe su techo en Málaga y asfixia aún más a familias y empresas

Como bien están notando los hogares a la hora de intentar llenar la nevera, el precio de los alimentos y de las bebidas no alcohólicas ha continuado su escalada en el último año hasta alcanzar ya el 15,2%, frente al 13,5% de media en el conjunto del país. De hecho, sólo en lo que va de 2022 el coste de la cesta de la compra se ha visto incrementado en un 10,7%.

Una mayor asfixia para las familias y empresas que también se ve acentuada, aún más si cabe, por el encarecimiento de los precios ligados al consumo energético. Pese a las medidas de freno impulsadas por el Gobierno para bajar la electricidad, el gas y los combustibles, los precios se han disparado en la provincia un 46,1% desde julio de 2021 (50,4 a nivel nacional), superando ni más ni menos que en 12 puntos porcentuales los registros del pasado junio. Del mismo modo, el coste de los gastos destinados al mantenimiento de la vivienda ha subido un 10,9% y el de los muebles y demás accesorios, un 16,2%.

Pese a ello, la nota relativamente positiva es que la subida en el uso del transporte, motivada fundamentalmente por los carburantes, se ha tomado una pequeña tregua tal y como vienen reflejando los paneles de las gasolineras en las últimas semanas. Aunque el incremento interanual sigue siendo más que asfixiante con un 17,1%, lo cierto es que refleja una desaceleración respecto al 20% registrado el pasado junio. Para cerrar el círculo de la movilidad, el uso de vehículos personales se ha encarecido un 21,3% mientras la compra de un vehículo supone pagar un 9,1% más que hace un año.

En la misma línea, la temporada alta turística también tiene su cuota responsabilidad en la escalada de los precios vinculados a la hostelería, los alojamientos y demás conceptos ligados al sector servicios. En términos generales, ir a comer a un restaurante o alojarse en un hotel cuesta un 9,7% más que hace un año, dos puntos por encima del promedio nacional.

Especialmente significativo es el IPC de los alojamientos turísticos, que se han visto aumentado en el último año en un 13%. Con todo, se sitúa en unos niveles muy por debajo del precio medio en España (22,7%) y, poniendo el foco en Málaga, también respecto al 23,5% que registraba al inicio del verano. Donde continúan al alza es en la hostelería. Bares y restaurantes siguen ajustando precios para que le salgan los números ante el encarecimiento de la factura de sus proveedores, por lo que el menú ha subido un 9,5%, mientras en el conjunto del país lo ha hecho en un 6,1%.

Pese a lo mal que pinta el panorama para las familias y empresas malagueñas, la realidad es que en esta carrera inflacionista la provincia no está entre las peor paradas. Mal de muchos,… Según las cifras que maneja el INE, la subida del 11,4% en el IPC de Málaga aún está lejos de encabezar este 'ranking' particular de la escalada de precios, que lideran León y Toledo con una variación interanual del 13,7%. Málaga aparece en la mitad de la tabla emparejada con Murcia y Navarra, aunque por encima de otras provincias como Zaragoza (11,1%), Sevilla (11%), Valencia (10,5%), Barcelona (9,8%) y Madrid (9,6%). Desde el punto de vista turístico, la inflación en la Costa del Sol es superior a la de otros destinos veraniegos como Alicante (11,2%), Baleares (10,3%), Las Palmas (9,8%) o Santa Cruz de Tenerife, que cierra la tabla con un 9%.