Un inventor de Málaga patenta un sistema para recoger paquetes por mensajería sin estar en casa

El emprendedor, sevillano de nacimiento pero afincado en Málaga desde hace 14 años y muy unido a la ciudad y sus empresas, estudió comercio internacional y marketing en Estados Unidos y se dedica a labores de importación y exportación. Por su profesión, está acostumbrado a tratar con fabricantes en el extranjero y a los trámites de aduanas.

En verano de 2021 empezó a pensar en soluciones que fueran económicas para este problema. «Buscaba algo que, por un precio asequible, me diera la libertad de movimientos que necesitaba». Así fue como se le ocurrió hacer una bolsa de un material resistente, que se engancha en el pomo de la puerta del domicilio mediante unas bridas, y que cuenta con un cremallera cerrada con un código de seguridad de tres dígitos (como el que tienen las maletas).

«Si estás esperando un mensajero con un paquete, le das la combinación y así puede abrir el Pomopack, meter el paquete y cerrarlo de nuevo; de manera que cuando vuelves de trabajar o de hacer cualquier recado te lo encuentras allí». En la bolsa, hecha de poliéster, impermeable al agua y resistente, caben cajas grandes, «incluso dos o tres si son pequeñas», y cuando no se espera mensajería se pliega mediante velcros, para que no haga bulto.

El proceso de desarrollo del modelo se ha prolongado durante un año y medio de trabajo en solitario, aprovechando los fines de semana y días libres. El inventor relata que lo primero que hizo fue un esquema dibujado en papel, para después fabricar un prototipo en cartulina, con el que empezó a calcular el tamaño de los paquetes más habituales que se suelen recibir.

El siguiente paso fue idear el cierre de la bolsa, para lo que se decantó por el sistema de códigos que se engancha a la cremallera, típico en los equipajes. Y para el agarre al pomo, optó por unas bridas de plástico reutilizables, que sólo se abren desde dentro de la bolsa, por lo que se necesita la clave; aunque también se puede poner un candado en U.

Por su trabajo, Miguel Ángel Rodríguez Llamas tiene acceso a fábricas en China que elaboran los componentes necesarios. «Busqué un fabricante que hace bolsos de calidad media y le solicité que hicieran un prototipo; el tercero después de varios cambios ha sido el definitivo», explica. Actualmente, la bolsa Pomopack ya es una marca y una patente registrada como dominio de utilidad (esto es, una mejora sobre algo que ya existe). El primer pedido para su comercialización, de 200 unidades, ya está en el mercado.

Aunque la seguridad nunca está garantizada al 100%, advierte de que para llevarse la bolsa la tendrían que arrancar o cortar, «y no es tan fácil». A su juicio, de lo que se trata es de buscar una mínima seguridad, en barrios por lo general tranquilos, lo que evita molestar al vecino a la vez que da tranquilidad y disponibilidad de tiempo al receptor. Con todo, el inventor recomienda su uso para pedidos baratos, tales como suministros recurrentes del hogar.

Miguel Ángel Rodríguez Llamas ha encontrado solución a un problema que es común a mucha gente. De hecho, lleva sólo un mes y medio a la venta y, sin hacer publicidad, sólo por el boca a boca se están vendiendo una o dos unidades al día, tanto en la web de la marca como en Amazon, a un precio de lanzamiento de 25 euros.

Además, su invento ya ha suscitado el interés del gigante del comercio electrónico, cuyos directivos en Holanda están estudiando su posible distribución, como complemento al programa Amazon Key. Esta iniciativa, de la que informó recientemente SUR, ha comenzado a expandirse en Málaga y la Costa del Sol.

Se trata de que los mensajeros de la compañía puedan tener acceso automático a los portales de los edificios, mediante una adaptación del portero electrónico (que harán técnicos de Amazon, sin coste) y un código incluido en los pedidos. «El objetivo es llegar a un acuerdo con ellos, porque el Pomopack es el complemento perfecto para Amazon Key», destaca su creador.