Dan Poraz: «Está creciendo el interés de los inversores israelíes en Málaga en el campo de la tecnología»

–¿Qué percepción hay en su país sobre Málaga? ¿Es la provincia un lugar atrayente para invertir?

–Sí. Está creciendo el interés de los inversores israelíes en Málaga, especialmente en el campo de la tecnología y de la ciberseguridad. Israel tiene una gran capacidad en estas materias y en este sentido hay un potencial grandísimo para la inversión y la cooperación entre las empresas israelíes y las andaluzas en general y las malagueñas en particular. Hace dos años, en mi última visita a Málaga acudimos a un centro de tecnología vinculado a los videojuegos, un campo donde en Málaga hay potencial para que los empresarios israelíes también puedan invertir.

–¿Hay empresarios malagueños interesados en invertir en su país?

–Sí. Me he reunido con empresarios malagueños que tienen interés en hacer inversiones en Israel en campos como las tiendas de ropas o los restaurantes.

–¿Qué mensaje ha trasladado en su reunión con la comunidad judía asentada en Málaga?

–El mensaje de que todos los judíos estamos juntos porque hemos visto desde el 7 de octubre de 2023 (fecha del ataque de Hamás a Israel) una ola de antisemitismo que no habíamos visto desde los años 40 del pasado siglo. Eso es muy preocupante.

–¿Ese antisemitismo también lo perciben en España?

–Sí, sin duda. En Madrid, tras el 7 de octubre, muchas familias judías recibieron en sus buzones papeles con esvásticas, hubo pintadas en las paredes de las sinagogas con 'Free Palestine'; en el primer aniversario del ataque de Hamás vimos en las calles de Madrid marchas de odio contra Israel y celebrando la masacre del 7 de octubre, fue realmente horroroso. En las redes sociales, especialmente, hay mucho odio contra los judíos.

–¿Cómo está viviendo su país el actual momento del conflicto?

–Tenemos la esperanza de que todos los rehenes regresen a casa y que haya una paz definitiva. En esta guerra tenemos dos objetivos: salvar a los rehenes y poner fin al dominio de Hamás en Gaza. No podemos vivir con esta amenaza en nuestra frontera porque es un régimen terrorista cuyo objetivo, y así lo dicen claramente, es eliminar a Israel.

–Este conflicto ha tensionado las relaciones diplomáticas entre España e Israel ¿En qué momento se encuentran esas relaciones?

–Este conflicto ha cambiado las relaciones. Tuvimos la esperanza de que España manifestara una política que entendiera nuestra situación, pero, desgraciadamente, el Gobierno español tomó decisiones y tuvo posicionamientos con declaraciones que no son muy amistosas. Por ejemplo, la decisión de reconocer un Estado Palestino para nosotros es como un premio al ataque de Hamás porque este es un conflicto que tiene cien años y reconocer al Estado Palestino tras el peor ataque terrorista de este conflicto es como decir que esta es la manera para lograr objetivos políticos como es el reconocimiento como estado. Es una mala señal para otros grupos en Oriente Próximo ya que transmite la imagen de que la violencia y el terror son las mejores maneras para lograr objetivos políticos.

–Desde algunos sectores políticos y sociales españoles se acusa a Israel de «genocida» por su actuación en Gaza tras los ataques del 7 de octubre, ¿qué sienten al oír estos mensajes?

–Es banalizar la palabra genocida. No es un genocidio, es una guerra. En una guerra, trágicamente, hay víctimas, pero los civiles nunca han sido un objetivo. El objetivo es claro: poner fin al dominio de Hamás en Gaza. Pero es muy difícil cuando Hamás está instalado en la infraestructura civil de Gaza. Todo este discurso de genocidio es una manera para deslegitimar a Israel y decir que Israel no tiene el derecho a defenderse.

–¿Hace Israel alguna autocrítica?

–Sí. Seguro que somos los autocríticos más grandes del mundo, pero cuando empezó la guerra, el 7 de octubre, hubo un consenso en la población y la mayoría de la gente estuvo de acuerdo en que debemos lograr los dos objetivos. Hay autocrítica porque no tenemos a nuestros rehenes y Hamás sigue en el poder aunque es más débil, sobre todo, militarmente.

–Le preguntaba lo de autocrítica sobre si consideran que han sobrepasado los límites del derecho internacional y el derecho internacional humanitario.

–En ese sentido no hay autocrítica porque en Israel la gente entiende que estamos en guerra contra una organización terrorista que no tiene ningún respeto ni ninguna obligación respecto al derecho internacional. Al contrario, están aprovechando para hacer cualquier cosa en la guerra como usar civiles como escudos humanos y usar infraestructura civil para sus operaciones militares.

–Desde mayo de 2024, Israel no tiene embajador en España, ¿cuándo confía en que pueda regresar?

–No hay fecha, pero queremos regresar a la normalidad. España es un país muy importante para nosotros, tenemos muchos intereses, tenemos comunidades judías, viven muchos israelíes y España es un país con peso importante. Queremos regresar a la normalidad y tener un embajador de nuevo.

–¿Qué le diría a aquellos que al hilo de este conflicto tienen una percepción negativa sobre el papel de Israel?

–Israel y España, Occidente en general, tienen valores comunes. Somos un país democrático, nuestros valores son los de la libertad, los derechos humanos, los derechos de las mujeres y una sociedad abierta y plural. Somos el único país con esos valores en la región y por eso creo que el mejor aliado que España puede tener en la región es Israel. Estamos luchando contra fuerzas del mal; fuerzas radicales islamistas, que tienen otros valores, valores muy radicales, ideas muy fundamentalistas y radicales contra Occidente, contra el pluralismo, contra el progreso, por eso necesitamos apoyos de nuestros amigos y aliados.