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El modelo de educación semipresencial planteado este jueves por el consejero Javier Imbroda ha abierto un gran debate entre los directores de los institutos, que son los que tendrían que aplicar esta medida, pues está pensada para alumnos de 3.º y 4. ... º de la ESO y Bachillerato, que son los que estudian en los IES. La programación del curso, que se cerró a finales de julio, se hizo bajo el principio de presencialidad. El consejero ha roto los esquemas previos y los equipos directivos tendrán que ponerse a trabajar a marchas forzadas para modificar las programaciones e incluir este modelo de semipresencialidad.
En términos generales, la posibilidad de clases presenciales y trabajo en casa ha sido muy bien acogido por los directores, pues en la práctica supone reducir el número de alumnos en clase. «En Bachillerato estamos por encima de 35, por tanto es del todo imposible guardar las distancias de 1,5 metros», señalaba un director. Pero al mismo tiempo lamentan que esta decisión haya llegado tan tarde, a poco más de dos semanas del inicio de curso, cuando ya tienen la planificación docente, que ahora tendrán que modificar de manera urgente.
La semipresencial «permite la ratio aconsejada. Las otras medidas de seguridad no son tan importantes como ésta», afirmó un director. Las programaciones se resentirán, «pero es la única opción si no hay dinero para aumentar las unidades». Directores como el del IES Sierra Bermeja han citado de urgencia a sus equipos. «El lunes nos reunimos para valorar estas medidas y contrastarlas con las que hemos diseñado en julio. No obstante, la bajada de ratios sería lo interesante, sobre todo en un centro como el nuestro que tiene las aulas muy pequeñas, y es lo que no se valora lo suficiente», señaló Antonio Gálvez, director del IES Sierra Bermeja.
Otro de los centros consultados se plantea la presencialidad por grupos enteros, tres días de la semana en clase y los otros dos desde casa, lo que permitiría aliviar patios, pasillos, aseos o transporte, o bien dividir los grupos, lo que permitiría el distanciamiento social en las aulas. Virginia Rodríguez, del IES Concha Méndez de Torremolinos, introduce también el aspecto de voluntariedad: «quien quiera que vaya presencialmente a los centros y quien no se sienta seguro o tenga patologías, que pueda hacer un seguimiento desde casa y que el profesorado extra Covid sea quien se ocupe de ese seguimiento».
De una u otra manera, lo que también destacan los directores consultados es que se necesitan «instrucciones claras» al respecto, de manera que no recaiga toda la responsabilidad sobre los equipos directivos. Y lamentan que esta decisión, la posibilidad del modelo presencial, se haya tomado tan tarde. «No me parece serio que a pocos días del inicio de curso todavía estemos en estas condiciones y nuestros responsables políticos con todos sus asesores no sepan orientar esta situación en un sentido u otro y estemos con improvisación tras improvisación». En este mismo sentido se pronuncia Esther Luque, directora del IES Litoral: "Necesitamos una directrices claras sobre cómo hacerlo. Nos dan autonomía, pero luego nos la quitan en cuanto ocurre algo y nos vemos presionados y cuestionados". En su opinión, la semipresencialidad se podría hacer dividiendo los grupos en dos para disminuir la ratio, y acudirían en semanas alternas, con cámaras en las aulas para que pudieran seguir las clases desde casa.
Juan Jesús Larrubia, director del IES Universidad Laboral, uno de los que cuenta con más alumnos en Málaga, valora esta propuesta «positiva globalmente, con luces y sombras», que en la práctica supone una tercera vía no contemplada hasta ahora entre la enseñanza presencial y la enseñanza virtual cien por cien (ni en las Instrucciones de 6 de julio, ni en la Instrucción de 15 de junio). La considera más adecuada para el desarrollo curricular de las etapas educativas no universitarias que la netamente virtual, al contemplar sesiones presenciales que pueden dedicarse al desarrollo de conocimientos nucleares y multipotenciales. Pero al mismo tiempo considera que tiene un planteamiento «excesivamente abierto y sin regulación mínima», basado únicamente en la autonomía de cada centro educativo, por lo que carece de directrices y pautas generales comunes de obligado cumplimiento «que pueden generar agravios comparativos entre Centros, desigualdad, e incluso inseguridad jurídica en el alumnado».
Larrubia adelanta que el IES n.º 1 Universidad Laboral considerará esta propuesta «pues es una buena opción para cumplir las recomendaciones de distanciamiento social». En su caso, las clases serían en días alternos para cada mitad del grupo, pero manteniendo la presencialidad completa del alumnado con necesidades educativas especiales., socialmente desfavorecidos, con desfase curricular, brecha digital, y necesidades de conciliación familiar justificadas, además de los programas de mejora del aprendizaje, FP Básica o educación especial.
La medida anunciada por el consejero es «insuficiente», en opinión del secretario general del sindicato de Enseñanza de Comisiones Obreras de Málaga, Félix Martín, pues «no se opta por un modelo de formación mixta 'online' y semipresencial en todos los niveles académicos donde no se pueda respetar las recomendaciones de la OMS sobre el distanciamiento mínimo interpersonal, clave para evitar los contagios en espacios cerrados». Francisco González, de CSIF, consideró que, sin descartar formulas como la semipresencialidad, el objetivo debe ser «presencialidad con seguridad, protección, distancia social, bajada de ratios e incremento de plantillas». En cualquier caso, si se adoptase un modelo semipresencial, «no se puede doblegar la labor docente. La no presencialidad del alumnado no puede convertirse en trabajo 'online' para el profesorado».
Para el sindicato ANPE, la semipresencialidad «sería una opción para reducir las ratios, pero para ellos los centros deben estar dotados de medios y recursos tecnológicos de los que actualmente se adolece», y advierten de que «en ningún caso la semipresencialidad puede suponer una sobrecarga de trabajo para el profesorado». Para el sindicato FSIE, de la enseñanza concertada, «las clases presenciales son la herramienta básica de trabajo en todos los niveles educativos», y que la semipresencialidad «solo debe de darse cuando existan situaciones sanitarias adversas dentro de ese grupo o aula».
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