Unión de todas las instituciones sin fisuras. Ésa ha sido la escenificación. Potente y útil para transmitir a la sociedad el rechazo de todos los poderes públicos a la violencia machista. Así, uno de los primeros actos institucionales con motivo del 25-N, el Día ... Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ha tenido lugar este viernes en la Delegación del Gobierno andaluz. Ahí se han dado cita representantes del Gobierno central en la comunidad, de la Diputación, del Ayuntamiento y del propio Ejecutivo autonómico.
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Y en ese mensaje ha incidido Patricia Navarro, la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Málaga. Para empezar, ha informado de que el manifiesto de este 25-N en la comunidad andaluza lo han consensuado todas las formaciones políticas con representación en el Parlamento de Sevilla. Porque, ha dicho, la violencia de género «es una lacra que nos afecta a todos» y acabar con ella, «es un objetivo colectivo de mujeres y hombres». «Juntos y juntas paramos la violencia de género», «sin estigmas y sin ideologías», ha incidido.
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Acto seguido, ha repasado los datos que informan de la incidencia de la enfermedad social que se denuncia con más fuerza estos días: más de 1.200 víctimas de la violencia machista en el país, 256 en Andalucía, desde 2003, cuando se comenzó con la contabilización. Este año, el número de asesinadas son 52 en España, 17 en Andalucía y cuatro en Málaga. Y Navarro ha querido dejar testimonio también de «la dolorosa situación de abandono» en que muchas veces se quedan los hijos y las hijas de las mujeres asesinadas, que en ocasiones son víctimas de sus propios padres. En este sentido, ha reiterado el anuncio que esta semana ha hecho el Gobierno andaluz: la comunidad se suma a la otra más de media docena que dan ayudas a menores huérfanos por causa de la violencia machista, con una prestación de 5.000 euros anuales hasta los 18 años.
Aunque ha insistido en que el objetivo final es «reducir el número de víctimas» y que «estas ayudas no sean necesarias», como tampoco la conmemoración de este día. «Pero, hasta entonces, hay que hacer más llevadero el dolor y hacer esfuerzo en prevención», ha asegurado Navarro. A partir de ahí, la delegada andaluza en Málaga ha repasado los datos de los servicios de atención con que cuentan las mujeres en la comunidad y la provincia y todos ellos reflejan un aumento de su uso: los teléfonos de atención (900 200 999) cada vez reciben más llamadas y las consultas, tanto las que recibe ese número como las que tramita el Instituto de la Mujer de Andalucía son sobre todo relativas a la violencia de género.
«Si queremos erradicar esta lacra y prevenir y mostrar que hay salida, las administraciones tenemos que estar unidas y poner recursos», ha insistido Navarro. Y, en este sentido, también ha desgranado datos sobre los presupuestos dea Junta: 3.000 millones de euros en políticas de familia e infancia y 58 millones para el Instituto Andaluz de la Mujer para el próximo año. Además, ha hecho hincapié en la necesidad de formar a los profesionales que atienden a las mujeres, como abogados de oficio o formadores para la activación para el empleo, algo en lo que la Junta también se esfuerza.
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«Coordinación y unidad de acción. Todas y todos somos responsables. Debemos luchar con unidad y sin cortapisas ideológicas. Todos somos uno a la hora de luchar contra la violencia de género», ha insistido, reflejando también el espíritu del manifiesto, que incide a su vez en que «no es un problema de las mujeres, sino de toda la sociedad».
El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, también ha participado en este acto, y sobre todo ha destacado la importancia de que las mujeres sean autónomas e independientes para que les sea posible abandonar situaciones de violencia. Asimismo, ha animado a que la conciencia no sólo se muestre en estos días cercanos al 25-N, sino que la acción sea constante. Además, ha invitado a analizar qué países son los que de manera mejor abordan la violencia de género y cuáles son los que son capaces de reducirla más rápidamente para imitar las políticas que desarrollan.
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La Diputación de Málaga ha acogido otro acto institucional de conmemoración de este 25 de noviembre en repulsa de la violencia de género en el mediodía de este viernes. Esa palabra, «repulsa», ha utilizado el presidente de esta institución, Francisco Salado, que ha afirmado que la congregación de trabajadores y representantes de la institución tenía lugar «para mostrar nuestra más firme repulsa a los maltratadores y nuestro apoyo a las víctimas». Y su discurso enlazó con el acto previo celebrado en la Junta porque Salado también animó a «estar en unidad» «y sin ideología», contra la violencia de género, «unidos sin confrontaciones y de la mano de entidades y organizaciones que trabajan con las mujeres», incidió. Aunque también deslizó la necesidad de revisar lo que se está haciendo en materia de lucha contra la violencia machista para evaluar su efectividad e instó a un acuerdo de Estado transversal.
Salado hizo un hincapié especial en la situación de las mujeres del entorno rural. Si bien defendió que la violencia de género ataca a mujeres por el mero hecho de serlo de cualquier edad, nivel socioeconómico o entorno y que sus maltratadores no responden a ningún perfil concreto, insistió en que las mujeres de pueblos pequeños tienen más dificultades para salir de una situación de violencia y, por eso, recordó la existencia de programas en la Diputación de apoyo en estas temáticas con especial atención en los municipios de menos de 20.000 habitantes.
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El presidente de la Diputación apeló a «la responsabilidad de todos» en la lucha por la igualdad e instó a estar «vigilantes» al entorno más cercano para detectar posibles casos de violencia de género. También apuntó como clave la educación en la escuela en las familias en un momento en que las agresiones aumentan entre los jóvenes y adolescentes, como también las actitudes negacionistas de esta problemática social que, señaló, está buscando «formas de perpetuarse».
El acto concluyó con la inauguración del «árbol de las ausencias» a las puertas de la Diputación, donde los diferentes diputados fueron colgando una flor por cada una de las 52 víctimas de violencia de género en España este año, dando su nombre, su edad, y las circunstancias de su asesinato.
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