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La falta de infraestructuras educativas pone en dificultad el inicio del curso escolar, sobre todo en Secundaria y Bachillerato, en municipios de la Costa. 109 alumnos del IES La Cala, de primer curso de la ESO, aún no tienen aula en la que recibir las ... clases, ya que las prefabricadas previstas no se han montado todavía. En Benalmádena, la escuela infantil El Panal se ha quedado sin comedor. Alumnos del IES Las Chapas de Marbella ocupan prefabricadas desde 2019 mientras el nuevo instituto sigue en fase de licitación. Además, en San Pedro 1.500 estudiantes llenan el IES Salduba a la espera de la construcción del nuevo instituto, que sigue acumulando retrasos.
En el IES La Cala de Mijas los 109 alumnos que empiezan primer curso de la ESO se encuentran sin aula en la que recibir las clases. Así lo denuncian desde la AMPA El Torreón y reconocían desde el equipo directivo. Está previsto instalar cuatro nuevas aulas prefabricadas (ya se colocaron dos el curso pasado), pero la obra aún no ha terminado ni estará lista en semanas. Desde el equipo directivo se están buscando espacios, como utilizar la biblioteca, pero aún les faltarían tres aulas. Rosa Moreno, presidenta de la AMPA, aseguró que las familias «están muy molestas», pues se venía avisando a la Delegación desde junio de que se corría el riesgo de que la infraestructura no estuviera a tiempo. Miguel Gallardo, desde la coordinadora comarcal de AMPA de la Costa del Sol occidental, se refirió al déficit de infraestructuras en los municipios costeros por «una falta de previsión de las autoridades, que no han acometido las obras necesarias para atender el incremento de la población que saben se está produciendo».
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En Rincón de la Victoria, unas 20 familias de La Cala han tenido que escolarizar a sus hijos en el IES Bezmiliana, a cuatro kilómetros de su domicilio, cuando tienen un instituto a 200 metros de su casa. Mientras, las familias de la escuela infantil El Panal, de Benalmádena, no tienen servicio de comedor. Este curso se han separado del colegio Miguel Hernández, donde acudían los escolares en autobús. El comedor previsto en la escuela infantil no se ha ejecutado, y los niños no pueden acudir al Miguel Hernández ya que se trata de colegios diferentes.
La delegada del Gobierno andaluz, Pilar Navarro, visitó el instituto Benalmádena, en Arroyo de la Miel y después, con la de Educación, Mercedes García Paine, el Jarifa, en Cártama, en el primer día de curso en ESO, Bachillerato, FP y Educación Permanente. Cerca de 153.000 estudiantes se incorporan a sus clases desde el día de ayer, en horarios flexibles y de manera escalonada. El descenso de la natalidad de los últimos años ya está llegando a estos niveles educativos, con 4.725 alumnos menos matriculados en este curso que acaba de comenzar. El próximo día 20 se completará la vuelta a las clases con las Enseñanzas de Régimen Especial, con 20.633 alumnos en 50 centros.
Han abierto sus puertas 301 centros docentes en la provincia, de ellos 252 públicos. La plantilla está compuesta por algo más de 11.937 docentes, de los cuales 9.721 trabajan en la enseñanza pública. Se trata de la plantilla estructural «más amplia de la historia», destacó la delegada de Educación. A la que, no obstante, habrá que añadir en los próximos días los refuerzos Covid, 5.300 docentes más para toda Andalucía, cuyo reparto por provincia se conocerá la próxima semana.
La presidenta en Málaga de la Asociación de Directores y Directores de Institutos, ADIAN, Virginia Rodríguez, dijo que el curso comienza con masificación en las clases, con grupos al máximo o por encima de la ratio y con el reto de hacer frente a la pandemia. A los centros aún no han llegado los apoyos Covid y también falta por incorporarse el profesorado sustituto de ausencias de larga duración.
La portavoz de las AMPA, Pilar Triguero, lamentó que la 'flexibilidad' horaria se traduzca en que los alumnos no se incorporan hasta el lunes, «lo que supone perder tres días lectivos». También reclaman medidores de CO2 y filtros EPA para aumentar la seguridad en las aulas.
Guillermo Hernández, de ANPE, señaló que desde este sindicato «apostamos por un curso caracterizado por una plena presencialidad, en el que se recupere cualquier déficit de aprendizaje generado por la pandemia».
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