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La subida de precios sigue afilando los lápices de la economía doméstica de los malagueños. Al final de las vacaciones y los gastos generados por la vuelta al cole y el reinicio del curso laboral se siguen sumando una cesta de la compra que cada ... vez cuesta más, aunque pese menos, y una factura energética que ha aprendido a convivir con la consulta diaria de las franjas horarias más baratas o la contratación de tarifas planas para que las cuentas no se pongan todavía más cuesta arriba. Porque la inflación se sigue cebando con la compra diaria de alimentos y bebidas y con la factura energética de los malagueños.
Así lo vuelven a recordar los datos detallados del Índice de Precios al Consumo (IPC) que este martes ha dado a conocer el Instituto Nacional de Estadística (INE) en relación a la subida de precios registrada durante el pasado mes de agosto. El índice general queda en Málaga en el 11,1%. Quien quiera ver el vaso medio lleno puede consolarse con que esa cifra está tres décimas por debajo del dato de julio. Y quien quiera ver el vaso -como el bolsillo- medio vacío podrá comprobar que la inflación en Málaga está seis décimas por encima de la media nacional y que en la provincia los alimentos básicos no sólo son más caros que en el resto del país, sino que su precio ha escalado con mayor fiereza en lo que va de año.
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Clara Alba
En concreto, el precio de los alimentos en Málaga ha subido un 15,8% en el último año, frente al 14,1% del conjunto nacional. Si se empieza a contar desde el pasado mes de enero, la carestía alimentaria en Málaga queda en el 12%, un punto y medio por encima del promedio nacional. Al menos, para pasar el mal trago, las bebidas no alcohólicas suben en Málaga menos que en el conjunto del país (un 8,8% frente al 9,3 nacional), aunque si alguien está tentando de ahogar sus penas con una copa de gradación etílica, sepa que en Málaga le va a salir el sorbo un poquito más caro, ya que el precio de las bebidas alcohólicas se ha incrementado en el último año un 7,9%, dos décimas más que en el resto del país.
Junto con la cesta de la compra, el otro gran agujero negro en la economía doméstica se abre con la factura energética. El dato sigue siendo apabullante: un 53,4% ha subido el precio de la electricidad, el gas y otros combustibles en Málaga durante el último año. La media nacional es todavía más acusada hasta llegar al 54,3%. La guerra en Ucrania, el aumento de los costes de las materias primas y la inestabilidad económica mundial siguen planeando como las primeras causas de esta escalada. Eso sí, los datos del IPC ofrecen la instantánea del mes pasado, cuando el Banco Central Europeo todavía no había subido de manera oficial los tipos de interés con el objetivo de contener la inflación. Desde entonces lo ha hecho hasta en dos ocasiones, si bien está por ver la efectividad de esta medida.
Lo que sí está a la vista de los datos del IPC es otro flanco esencial para entender la inflación malagueña: la vivienda. Porque la subida de los precios derivados del frente inmobiliario duplica en la mayoría de los casos los datos del promedio nacional. Sucede por ejemplo con los alquileres: en Málaga han subido un 2,6% en el último año y un 2,4% en lo que llevamos de 2022, mientras que ambos registros quedan en el 1,5 y 1,3% de manera respectiva en el cómputo nacional. Tampoco le van a la zaga los costes derivados de la conservación y reparación de la vivienda, con un alza anual en la provincia del 11,4% (7,2% en la media nacional) y del 12,1% en lo que va de año, lo que duplica la tendencia nacional, situada en el 5,9%.
Derivado de lo anterior, las tarifas para comprar muebles y accesorios para el hogar se han incrementado en Málaga un 16,6% en un año y en un 11,5% en lo que va de calendario, pero en España esas subidas quedan en el 9,7 y el 6%. Igual de llamativa resulta la estadística relacionada con los «artículos textiles para el hogar». Aquí también, la inflación malagueña duplica a la nacional en el último año e incluso se multiplica por diez si se compara la evolución en lo que va de 2022.
Tampoco resulta desdeñable el papel de la temporada alta turística en la inflación malagueña registrada en el mes por antonomasia para el negocio: agosto. La provincia calca aquí la evolución nacional con una subida de precios del 20,4% en un año para los «paquetes turísticos» y un 23,9% en lo que va de año. En paralelo, los precios en la restauración suben en la provincia un 9,4% anual frente al 6,3% nacional.
Frentes que van cercando la economía doméstica de miles de malagueños.
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