«Es impresentable que Sánchez le dé utilidad electoral al caso de su mujer y no se ocupe del 'lawfare'»

–En esta campaña ha habido mucho mensaje en clave nacional. ¿son una segunda vuelta de las generales del año pasado?

–No estoy muy de acuerdo con la premisa. Normalmente en las campañas casi nadie habla de asuntos internacionales y en estas elecciones hay dos elementos determinantes: la guerra ruso- ucraniana y una situación en la que todos los países europeos nos acercamos cada vez más a la posibilidad de una confrontación militar con Rusia; y el genocidio de Israel contra Palestina, donde Pedro Sánchez le pidió ayer a Albares que hiciera un acto electoral un poco extraño al decir que nos personamos en la demanda de Sudáfrica pero sin estar a favor de ninguno de los dos países, a diferencia de otros países que apoyan los argumentos de la demanda que dicen que hay un genocidio. Por tanto, ha habido pocas elecciones europeas en las que haya habido tantos temas de política internacional presentes como en esta campaña.

–¿Podemos se juega su futuro como partido en estas elecciones?

–Está claro que estas elecciones son las que iban a determinar si Podemos iba a seguir existiendo o no, lo que pasa es que yo tengo la sensación de que esa fase ya está superada. El lunes todas las encuestas, sin excepción, ya hablaban de dos eurodiputados consolidados. Eso implica que Podemos va a tener más eurodiputados que cualquier partido a la izquierda del PSOE. Los de Ahora República aspiran como mucho a uno cada uno. Y en Sumar, los partidos que forman esa coalición aspira a tener uno y muchos parece que se van a quedar sin representación. Creo que Podemos puede tener un resultado de más de dos eurodiputados que lo consolide como el principal partido de la izquierda a nivel estatal. Si las elecciones consolidan lo que dicen las encuestas, eso se va a notar en el Parlamento Europeo y en el español donde lo cuatro diputados de Podemos son tan imprescindibles para cualquier medida de gobierno como los de Junts, los del PNV, los de Bildu o los de Esquerra.

–¿La unidad de la izquierda se ha convertido en una quimera?

–Nosotros hemos pasado página de ciertas dinámicas y a Podemos le está sentando muy bien salirse de esas dinámicas, poder explicar sus propuestas y decir las cosas que decimos que no las dice nadie más. Estamos muy contentos trabajando como formación política, con muchísimo respeto hacia lo que hagan otros, pero también muy satisfechos de poder volar sin tanto plomo en las alas.

–¿Se siente decepcionado con la figura de Yolanda Díaz?

–No querría dar lugar a un titular sobre otros partidos. Quiero hablar de Podemos, que se atreve a hacer cosas que otros actores no se atreven a hacer. Por ejemplo, Pedro Sánchez en su carta hablaba de tertulias radiofónicas y televisivas, ¿cuáles? ¿La de Ana Rosa Quintana? ¿La de Ferreras? ¿La de Susana Griso? ¿A qué se está refiriendo? Es usted el presidente, no puede usted tener miedo. Podemos es la única izquierda que se atreve a decir según qué cosas.

–¿Qué le parece que Pedro Sánchez esté utilizando el caso que afecta a su mujer para espolear la campaña y el voto de la izquierda?

-Soy muy sincero y claro. Lo que le están haciendo a Begoña Gómez es 'lawfare'. Pero lo que no entiendo es que el presidente no proponga nada para limitar el 'lawfare'. No entiendo que no proponga ninguna reforma del sistema de elección de los jueces del Consejo General del Poder Judicial ni tampoco proponga nada contra la corrupción mediática. Entonces, tengo la sensación de que más que preocupado por el 'lawfare' de lo que está preocupado Pedro Sánchez es de darle utilidad electoral a lo que le están haciendo a su señora. Y yo creo que eso es impresentable. El problema de España no es que persigan a Begoña Gómez, el problema de España es la corrupción periodística y judicial, que hace mucho daño a nuestra democracia, El presidente no tiene que escribir cartas, tiene que escribir leyes en el BOE.

–Habla usted de 'lawfare' en el caso de Begoña Gómez, pero hay unos datos: un empresario, unos contratos que han aumentado exponencialmente tras unas cartas de recomendación. ¿No cree que hay que investigar esa situación?

–Todo el material procede de un colectivo mafioso que es Manos Limpias. Aunque el manual del político cínico debería ser meterles el dedo en el ojo y decir que investiguen, todo lo que proviene de Manos limpias, por definición, es basura. Lo dice alguien que ha sido investigado hasta la saciedad para que todo termine en archivo, pero pagando una pena de banquillo mediático que hizo que mucha gente en este país se creyera todas las mentiras que se vertieron. Yo no voy a hacer como el PSOE, que se aprovechó de todos los casos en los que nos perseguía a nosotros, diciendo que tengo dudas con lo de Begoña Gómez. No creo que las acusaciones contra esta mujer vayan a ningún lado. Esto es una operación para desgastar al presidente. Ahora bien, el presidente no está haciendo lo que hay que hacer. Está tratando de aprovecharlo en lugar de señalar la corrupción periodística y la guerra judicial.

–Más allá de lo judicial, desde el punto de vista ético que le parece todo lo que rodea al caso de Begoña Gómez.

-Creo que la esposa del presidente del Gobierno es sólo un objeto interesante políticamente para la derecha y para el presidente del Gobierno para usarla en campaña. No es un asunto político que a mí me quite el sueño.

–Sánchez reitera que va a agotar la legislatura, pero dado el panorama político y la situación de parálisis legislativa en el Congreso, ¿cree usted que puede haber un adelanto electoral?

–Es perfectamente factible que lo haya por una razón muy obvia y es que si Junts ya tiene la amnistía y le ha dicho al presidente del Gobierno, que si no les da la presidencia de la Generalitat pues se acaba la colaboración parlamentaria. Además, si el PSOE gira a la derecha para contentar al PNV y Junts, pues no tendrá el apoyo de los cuatro diputados de Sumar. Además si al PSOE no le va muy mal en las elecciones europeas, es una opción perfectamente plausible que el presidente adelante.

–Y todo esto en un clima político polarizado y crispado que algunos analistas achacan a la irrupción de nuevos partidos o el auge de la extrema derecha.

–La polarización aparece desde el momento en que Ana Rosa Quintana tiene 44 pisos turísticos, presenta un programa de máxima audiencia y buena parte de los españoles tienen dificultades para pagar el alquiler o la hipoteca. Eso es lo que significa polarización. A partir de ahí, la toxicidad que se da en el debate político antes de aparecer en el Parlamento ha aparecido en los platós de televisión. El auge de la extrema derecha no es algo que ocurra solamente en España sino en todo el mundo. El problema es que son fuerzas que desprecian abiertamente los mecanismos de la democracia liberal y en general se apoyan en poderes mediáticos que, a mi juicio, tienen una enorme responsabilidad en el clima irrespirable que vivimos.

-¿Volverá a la primera línea política?

–No. Primero, porque sigo haciendo política, pero desde el ámbito de los medios, que creo que se me da mejor y me gusta mucho más. Doy clases, que es algo que me encanta y creo que soy útil en los roles que juego ahora. Y además hay otra razón personal y es que tengo tres hijos y no les quiero someter a la violencia que implicaría que yo volviera a la primera línea.