Ignacio Peinado, en la sede de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga. Migue Fernández | Vídeo: Pedro J. Quero

Ignacio Peinado: «O se toman medidas de calado, o habrá que decirle a la sociedad que no vamos a tener casas para todos»

El portavoz de los promotores andaluces rechaza la «xenofobia inmobiliaria» y defiende la compra de viviendas por extranjeros

Jesús Hinojosa

Málaga

Domingo, 9 de febrero 2025, 00:15

Tras más de dos años al frente de Fadeco Promotores, que aglutina a los empresarios del sector inmobiliario a nivel andaluz, el malagueño Ignacio Peinado participa activamente en las conversaciones con la Junta y los ayuntamientos para articular medidas que den respuesta urgente a la ... actual crisis habitacional. Para este empresario y experto, las soluciones que están activando las diferentes administraciones son necesarias pero no suficientes. Por ello, reclama más cambios legislativos para, por ejemplo, declarar de emergencia las obras que puedan proporcionar más suelo listo para construir.

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–Hace un año y medio le preguntaba en una entrevista un pronóstico a corto plazo para el mercado inmobilario en Málaga y me decía que íbamos a seguir en la misma dinámica de subida de precios y dificultades para acceder a una vivienda. No se equivocaba...

–Sí, no se preveía ningún cambio de rumbo. No había ninguna orden de virar el barco, por lo que estaba claro hacia dónde íbamos. Teníamos el rumbo hacia el drama, y a toda vela.

–¿Por qué las administraciones no han evitado el problema que se venía encima y no han empezado a tomar medidas hasta que les ha estallado en la calle?

–Este es un problema con un largo periodo de maduración. La dificultad de acceso a la vivienda tarda mucho tiempo en aflorar. Tal vez los políticos no querían oír hablar de esto, y la realidad es que la sociedad tampoco lo notaba de una manera tan intensa como ahora. Además se sumaba que las medidas para corregirlo requerían un esfuerzo legislativo y presupuestario del que no iban a obtener rédito político a corto plazo. Por lo tanto, nunca fue una prioridad.

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–¿No verlo como una prioridad fue entonces por egoísmo de la propia administración?

–Quiero pensar que no se palpaba el problema. Tal vez creían que eran medidas que pedían los promotores en su propio beneficio, para mejorar su negocio. No reflexionaron sobre cuánto iba a perjudicar esto a la sociedad. Venimos de un periodo de crecimiento de hogares que les ha pillado desprevenidos. Sí es cierto que lo habíamos advertido mucho, con muchos informes, pero nunca conseguimos que estuviera en la mesa de los políticos.

–¿Sigue siendo la misma la receta para poner freno a esta crisis habitacional?

–Como en la mayoría de los problemas, cuando se deja pasar el tiempo, esa dejadez tiene un coste muy importante. Recetas que habrían sido de menor calado hace siete u ocho años, hoy tienen que ser de mucho más impacto. Las administraciones nos dicen ahora que están tratando de poner en marcha lo que hemos pedido, pero no es así, es lo que habíamos pedido hace diez años. Entonces no teníamos el grave problema de España que es el déficit de viviendas. Cada año, ese déficit va sumando, no somos capaces de paliarlo. Esto va a más. O ponemos unas medidas de mucho calado, o habrá que hacer las cuentas y decirle a la sociedad que no vamos a tener casas para todos. Creo que todavía estamos a tiempo.

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–¿Qué es lo que más urge?

–Hay que actuar en orden. Lo primero que hay que hacer es generar suelo listo para construir, que hoy apenas existe en muchos territorios que coinciden que son los más poblados. Además, hay que ver cómo se hace viable ese desarrollo, y luego ser capaces de que una gran parte del parque de viviendas pueda ir al alquiler, para lo que vamos a necesitar seguridad jurídica. Y también abordar para ello la capacidad de edificar, y esto pasa por atraer más mano de obra especializada y la industrialización.

–Pero para generar nuevos suelos finalistas hablamos de procedimientos que duran años.

–Sí, supone una burocracia enorme, con un proceso que tiene casi ocho aprobaciones de la administración pública. Es insufrible. Eso hay que cambiarlo irremediablemente. Nos enfrentamos a un drama que tiene una solución fuera de la normativa vigente. Tenemos que asimilarlo a un plan de emergencia, como el que se ha hecho con la sequía o con la pandemia, para poder actuar de una forma excepcional, y esperemos que transitoria, con unas soluciones de alto calado. Un urbanismo de emergencia.

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«Los políticos no querían oír hablar de esto y nunca fue una prioridad pese a que lo advertimos»

–El suelo listo para edificar en Málaga solo da para unas cuatro mil viviendas.

–Esa es la foto. Cuando uno hace la suma de los suelos disponibles, nos damos cuenta de que el futuro de Málaga está reducido prácticamente a los dos nuevos sectores en los que el Ayuntamiento ha adjudicado a privados suelos para VPO: Cortijo Merino y Distrito Zeta. Al resto de los planeamientos de la ciudad le queda bastante tiempo, sobre todo a los que tienen una parte importante de vivienda protegida. Sin embargo, el crecimiento de la demanda de hogares va a seguir. ¿Qué solución hay que buscar? Que seamos capaces de adelantar y poner en carga los suelos que tardan ocho años en desarrollarse. Por eso planteamos que las obras de urbanización, hacer las calles, las plazas y las zonas verdes de la ciudad, se declaren como obras de emergencia. De la misma manera que se hace por emergencia una carretera, ¿por qué no hacer de emergencia lo que va a dar origen a nuevos barrios y nuevas viviendas? Además nos comprometemos a hacerlo con criterios de sostenibilidad. Hay que combatir el tiempo para tener más suelo listo y, aún así, eso no sería suficiente. Por eso pedimos que se puedan construir más viviendas que las previstas en el planeamiento, con todo ese extra en forma de VPO, incrementando la altura de los edificios. ¿Quién pierde aquí? ¿Por qué no se hace? Ya sé que me van a decir que la legislación no lo prevé, pero es que tenemos que adaptarla a las necesidades de la sociedad, y ahora mismo lo que necesitamos es acceso a la vivienda asequible.

–No parece que ese concepto de emergencia esté contenido en el decreto en materia de vivienda que ha anunciado el presidente de la Junta, Juanma Moreno, al menos que se sepa hasta ahora.

–No lo conozco en detalle, pero celebro que hayan decidido anticipar en un decreto medidas de la nueva Ley de Vivienda, que va a tener un trámite largo. Por lo que hemos podido saber de las declaraciones del presidente de la Junta, todas las medidas están en la buena dirección, pero necesitamos esperar a leer el texto para ver si es suficiente. Sería una pena perder la oportunidad de declarar de emergencia las obras de urbanización en este decreto. Porque si son medidas que atañen solo al suelo finalista, este tipo de suelo no abunda, y en el caso de Málaga es muy escaso. No obstante, cabe esperanza porque el partido que gobierna en Andalucía ya ha declarado a nivel nacional que se necesitan medidas de emergencia.

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–Cuando habla de aumentar el número de viviendas en determinados proyectos, ¿eso podría sustituir la intención del Ayuntamiento de Málaga de revisar el Plan General para tener más suelo para construir?

–Lo que planteo es poder aumentar la edificabilidad, siempre en VPO, por un trámite de excepcionalidad. A nivel ordinario ya podemos por la actual ley urbanística andaluza, la LISTA, pero eso tarda años. Tiene que ser algo ágil, excepcional y de carácter transitorio. Gana la sociedad porque se hacen más viviendas en menos tiempo, y eso va a provocar más agilidad, más vivienda y que sean más asequibles. ¿Qué problema hay entre un edificio de planta baja más cuatro y uno de planta baja más siete? Yo creo que la idea del alcalde de revisar el PGOU es interesante, pero no llegará a corto plazo. Nos aliviará problemas en el futuro pero no va a resolver los del presente. No obstante, ese es el camino correcto.

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«Hay que declarar de emergencia las obras para urbanizar nuevos suelos en los que construir»

–De todas las medidas que ha anunciado el presidente de la Junta para relanzar la vivienda asequible, ¿cuál cree que puede ser más eficaz?

–Que el suelo terciario, para hoteles u oficinas, se pueda destinar a VPO es interesante. Pero, si pensamos en Málaga, ¿qué suelos para hoteles u oficinas hay vacantes? Prácticamente ninguno. Es posible que eso funcione dependiendo del territorio. No obstante, que puedan hacerse en suelos de equipamiento va a ser más universal. Otro tema importante es la inclusión de algunos proyectos residenciales en la oficina aceleradora.

–Muchos reprochan al Gobierno central los efectos de la actual regulación de los alquileres y la inseguridad jurídica que provoca en los propietarios.

–Esa sería una de las medidas a corto plazo. Tenemos que conseguir que el parque de viviendas existente que no está siendo usado pueda estar en oferta de alquiler, pero para eso es necesario que exista seguridad jurídica. Por eso, el Gobierno debería derogar aquellos preceptos que, según se ha demostrado, lo que hacen es restar oferta.

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–Los proyectos de VPO que ahora se están activando tardarán años en realizarse. ¿Cómo se afronta mientras esta crisis?

–No más de tres años. En el muy corto plazo, y ojalá pudiéramos resolver el problema de la escasez de vivienda en dos o tres años, podemos jugar con el parque de viviendas existente, que está mayoritariamente en manos de pequeños propietarios. Hay que procurar que pongan su vivienda en alquiler, y para eso hace falta seguridad jurídica. Según ha anunciado el presidente de la Junta, también vamos a tener la oportunidad de destinar a VPO edificios ya construidos de hoteles y oficinas. Pero eso va a ocurrir donde esos edificios estén vacantes, así que probablemente no va a ser posible en Málaga, al menos de una manera masiva.

–La Junta va a establecer una nueva opción de convocatorias y sorteos de VPO por proyectos concretos. ¿Qué piden desde Fadeco para cambiar el actual sistema de adjudicación de pisos?

–El actual sistema viene mal a la sociedad y al promotor. La legislación ya es clara con los requisitos para comprar o alquilar una VPO. Básicamente pide que no se tenga una vivienda en propiedad y que se cumplan unos límites salariales. Si se acredita que se cumplen esos requisitos, ¿qué más hace falta? Hay que eliminar la inscripción previa en un registro durante años sin saber dónde te va a tocar el piso. Eso desincentiva al promotor porque no sabe cómo se va a comportar la demanda. Tenemos que hacer esto más sencillo para promotores y ciudadanos. No habría que hacer sorteos, se puede hacer una comercialización estándar, si cumplen los requisitos, y que eso lo compruebe la administración. Hoy ya no hay ayudas públicas para la VPO.

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–Termino pidiéndole de nuevo un pronóstico respecto a la evolución que tendrá el problema de la vivienda en los próximos años.

–No me atrevo porque espero que en los próximos meses haya alguna medida legislativa que cambie el rumbo de todo esto. Si eso no sucede, lamentablemente, el pronóstico va a ser el mismo.

«No creo que las viviendas turísticas sean el origen del problema»

– Muchos miran a las viviendas turísticas como gran parte del origen del problema. ¿En qué medida cree que condicionan el mercado inmobiliario?

– No creo que sean origen del problema, ya que su principal causa es la escasez de vivienda. Si toda la vivienda turística pasara a ser de uso residencial, seguiría habiendo un déficit enorme de vivienda. Cierto es que todo suma. Pero no se trata de prohibir la vivienda turística sino de generar mucha más vivienda asequible y también más plazas hoteleras, porque tenemos una crisis de oferta. Y eso solo se puede arreglar de dos maneras: subiendo la oferta o bajando la demanda, y lo segundo no se me ocurre cómo, salvo alguna medida extraña y contraproducente como que no compren los extranjeros. Eso es residual y tiene poco sentido aunque el Gobierno lo ha anunciado. Me preocupa que, en ocasiones, se confunde esa vivienda turística con la que compra un extranjero. No olvidemos que cada vez que un extranjero compra una casa de un millón de euros, la administración recauda 250.000 euros, con lo que podría construir dos pisos de VPO o fomentar las ayudas de cinco. Otra cosa es que ese dinero se emplee en otra cosa. Pero ojo con expulsar a ese comprador, porque dejaríamos de recaudar mucho y no se incrementaría el parque residencial que ajuste con la demanda local. Habría que abandonar esa xenofobia inmobiliaria.

– En los últimos años ha florecido en la capital un producto inmobiliario de lujo con unos precios que hasta hace poco parecían impensables. ¿Qué futuro espera a este segmento? ¿En qué medida influye esto en la escalada de la vivienda?

– Es una realidad que Málaga ha traído una demanda importante de gente que quiere vivir en la ciudad. Es un producto llamativo pero no es abundante. Creo que eso nos aparta del foco del problema. Si somos capaces de aumentar la oferta general, se incrementará en todos los segmentos, y habrá un mercado equilibrado con más vivienda asequible y también de nivel alto.

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