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A Dolores Merino se le nota el cansancio, pero mucho más la desilusión. A las 1.30 horas de la pasada madrugada salía en coche desde Andújar (Jaén) en dirección al aeropuerto de Málaga para coger el vuelo que a las 7.00 horas debía ... llevarla hasta el aeropuerto inglés de East Midlands, el más cercano a la ciudad de Nottingham, que es donde desde hace un año trabajo su hijo. «Era la primera vez que iba a visitarle», se lamenta.
Y sí, habla en pasado ya que el avión no llegó a despegar al ser cancelado por la huelga de los tripulantes de cabina (TCP) de la compañía Ryanair, que este domingo vive su tercera jornada provocando varias numerosas suspensiones y, sobre todo, retrasos generalizados en la mayoría de los vuelos que la aerolínea irlandesa tiene programados en Málaga. Según los datos facilitados por el sindicato convocante USO, a los 16 vuelos (salidas y llegadas) cancelados el sábado se suman otra veintena este domingo. Entre ellos destacan las dos conexiones (salida y llegada) con Oslo (Noruega), Marsella (Francia), Estocolmo (Suecia), los aeropuertos ingleses de Exeter y East Midland o, a nivel nacional, las de Gran Canaria, Ibiza y Lanzarote. Ryanair tenía programadas 84 operaciones con salida o destino Málaga.
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«Entiendo que la huelga es un derecho y que los trabajadores reivindiquen mejoras laborales, pero no que lo hagan fastidiándonos a los demás. Tenía cuatro días libres para poder visitar a mi hijo y ahora no podré», se queja mientras espera su turno para ser atendida en la oficina de atención al cliente de la compañía. Y no es la única. Más de un centenar de afectados formaban una larga cola desde primera hora de la mañana en busca de explicaciones y, sobre todo, de soluciones. «Nos van a dar billete para el próximo martes. ¿Qué le vamos a hacer?», se pregunta con resignación y una alta dosis de paciencia Peter y su mujer, que se disponían a coger ese mismo vuelo y que, por sorpresa, se han visto obligados a prolongar sus «maravillosas vacaciones» en la Costa del Sol antes de regresar a Birmingham.
También se lo toman medianamente bien un grupo de jóvenes ingleses que se han quedado en tierra tras la cancelación a primera hora de la mañana del avión que iba a devolverles a casa a través del aeropuerto de Exeter. «Hemos pasado aquí seis días fantásticos. Málaga es una ciudad espectacular. Así que si tenemos que quedarnos un día más…», comenta Mike Johnson con una sonrisa pese a llevar seis horas en la cola.
Sentados en el suelo, apoyados en las maletas y procurando no perder el turno mientras buscan algo que comer han pasado buena parte de la mañana. Como Maja, que una vez suspendido su vuelo a Oslo (Noruega) no tiene muy claro qué hacer. «Mi marido tiene que trabajar mañana y no sabemos cuándo vamos a poder volver a casa», se lamenta.
Algo más atrás, y a punto de marcharse porque han conseguido un plan B están Bruno Tur y varios amigos más que a estas horas debían estar de regreso en Ibiza. Con la resaca de la boda de unos amigos que terminó bien tarde el sábado se han plantado en el aeropuerto en busca de una solución tras recibir un correo electrónico de Ryanair en el que les informaban que el avión previsto a las 13.35 horas no iba a salir. «No nos ofrecen nada hasta el miércoles, así que nos van a recoger unos amigos que vinieron en coche».
Además de los vuelos cancelados (16 en la jornada del sábado y otros 18 este domingo, según los sindicatos convocantes USO y Sitcpla), los retrasos están siendo la nota predominante en todos los vuelos. A modo de referencia, el que iba a Milán a las 12.10 acabó despegando a las 13.43 horas, el de Barcelona de la 13.35 no lo hizo hasta las 15.14 horas y otro a Milán de las 14.05 partió tres horas después, según la información de Aena.
Una demora que le hubiera venido bien a Fanny Visiedo, que ha perdido el vuelo a Palma de Mallorca de las 13.20 (despegó a las 13.37) porque se confundió de salida en la autovía. «Venimos de Almería de un congreso y nos hemos liado un poco para llegar hasta aquí, así que intentaremos coger el próximo vuelo», explica esta empresaria.
La huelga de los TCP de Ryanair en España comenzó el viernes casi sin impacto debido a que la compañía impuso unos servicios mínimos del 100%, por lo que operaron ese día los 438 vuelos que tenía programados, en tanto que el sábado los retrasos afectaron a más de un centenar de vuelos.
La huelga ha sido convocada por los sindicatos USO y Sitcpla para los días 24, 25, 26 y 30 de junio, y 1 y 2 de julio, con el objetivo de obligar a Ryanair a cumplir con la aplicación de los derechos laborales básicos y las sentencias judiciales, y conseguir cerrar un convenio.
También los TCP de Easyjet han decidido ir a la huelga en España durante el verano. En su caso comenzarán los paros el próximo día 1 y serán nueve jornadas durante el mes de julio con el objetivo de desbloquear la negociación del II Convenio Colectivo. Por tanto, los días 1 y 2 de julio coinciden ambas huelgas, lo que podría tensionar aún más la situación de aeropuertos como el de Barcelona, donde las dos aerolíneas tienen base.
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