El sector de la hostelería trata de recomponerse del enorme golpe que ha supuesto el Covid para los bares y restaurantes. Tras dos años de pandemia, y ante el horizonte de una lenta recuperación económica, el sector encara el futuro con el reto de mejorar ... la calidad, tanto del producto como de la atención al cliente.
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El presidente de la asociación de hosteleros Mahos, Javier Frutos, ha abordado la situación actual del sector durante una conferencia organizada por La Carta Malacitana que se ha celebrado este miércoles en el Ateneo. Ha valorado que este 2022 será el año de la recuperación y confía en que 2023 sea el de la normalidad. «La inercia es positiva, pero queda por recuperar el cliente y la normalidad», ha apuntado.
Frutos comenzó su intervención haciendo balance de los dos años que llevan padecidos y reconociendo que la pandemia les ha golpeado en su propia razón de ser. «2020 era un año que iba disparado y creíamos que nos íbamos a salir, pero el 14 de marzo, de un día para otro, solo pudimos pensar en la supervivencia», ha recordado.
A pesar de lo vivido, el máximo responsable de Mahos ha hablado en clave positiva y ha valorado diferentes efemérides ocurridas desde marzo de 2020, como la cantidad de comida que llevaron a los sanitarios durante el estado de alarma, el centenar de cursos de formación que organizaron de forma virtual o la gran unión del sector en un momento tan complicado.
Frutos entiende que 2022 está siendo el año de la recuperación. Para empezar, ha detallado que el sector ha comenzado a recuperar el turismo internacional, las cifras de negocio e incluso el empleo prepandemia. En la actualidad, Málaga ha vuelto al umbral de 80.000 trabajadores que tenía en 2019, con picos de hasta 100.000 en temporada alta. A nivel económico, las cifras de negocio están un 20 por ciento por debajo de 2020, pero casi duplican a las del pasado 2021.
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Pero a pesar de ello, Frutos ha lamentado que los negocios se están encontrando con muchos problemas a la hora de encontrar mano de obra cualificada. Por ello se ha propuesto el reto de encontrar la calidad, tanto en la cocina como en el empleo. El dirigente de Mahos entiende que la palabra para definir el futuro debe ser calidad, y no solo en la gastronomía sino también en el servicio. «El reto es hacer atractiva la propia hostelería, y eso pasa mucho por la educación y la formación».
En este punto, ha lamentado el cambio que han experimentado las escuelas de hostelería, de donde ahora no salen tantos profesionales como antes. «No solo se necesitan estrellas Michelín, sino cocineros que den esa calidad intermedia», ha resumido. Del mismo modo, se ha defendido de quienes les acusan de generar empleos precarios, ya que «un camarero auxiliar le cuesta a la empresa 2.100 euros y se está llevando 1.450 euros».
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Frutos fue introducido por el presidente de La Carta Malacitana, Antonio Carrillo, quien valoró su amplia trayectoria profesional y reconoció la calidad de los diferentes negocios que dirige en la ciudad.
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