Hay una historia que une a los estadounidenses que están haciendo campaña en Málaga por Joe Biden para las elecciones presidenciales que se celebrarán en ... noviembre, con Amaya Isert, una exchef que surcaba los mares en cruceros de lujo, y a los burros de Mijas. Y éstos últimos son los más importantes, en realidad, porque el burro es el emblema, el símbolo, la mascota, del Partido Demócrata, el de Joe Biden. Y por aquí hay que comenzar, por explicar esta ligazón de ese animal con esa fuerza política. Y la explica Carey Ramos, alma mater y directora de los Democrats Abroad (demócratas en el extranjero) de Málaga: en el siglo XIX hubo un presidente demócrata, Andrew Jackson, que era «muy antipático y tenía muchos enemigos» a quien la oposición le llamaba 'Jackass', «que es una palabra muy fea de referirse a una persona en inglés» y que en ese idioma, además, es otra forma de referirse a los burros (la más generalizada es «donkey»). Los demócratas se reapropiaron del desagradable calificativo («pasó de un insulto a un signo de identidad», dice Ramos) y ahora lucen orgullosos el perfil de un burro entre sus símbolos. La mascota de los republicanos, mientras tanto, es el elefante, porque al parecer el presidente Abraham Lincoln empleó la imagen de ese animal en varios carteles.
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Amaya Isert era chef de cruceros de lujo y se pasó dos décadas navegando. Hasta que paró para tocar tierra. Esta granadina, del barrio del Sacromonte y muy familiarizada con los burros que por su tierra eran tan habituales, recaló en Fuente de Piedra, en la delegación que tiene allí el Donkey Sanctuary, una organización benéfica en apoyo de los burros y que tiene origen británico. Tras esa experiencia y con los ahorros que había logrado reunir, decidió abrir su propio santuario de burros en Mijas. Los comienzos fueron difíciles, porque la apertura se topó con la pandemia, pero de todas maneras en agosto del año 2020 se inició la andadura de Donkey Dreamland. En esta granja se dedican, básicamente, a recuperar burros que han podido sobrevivir a sus dueños –estos animales pueden vivir hasta cuarenta años- y que han quedado en el abandono, que están enfermos o que han sufrido malos tratos y, a partir de ahí, les buscan otro hogar de adopción. Mientras tanto, el público los puede visitar y hacer excursiones acompañados de ellos en plena naturaleza en Mijas. Ahora mismo este refugio tiene a diez burros recogidos, aunque por sus instalaciones, en estos cuatro años, han pasado ya 48 animales.
¿Y cómo recalaron los Democrats Abroad en Donkey Dreamland? «Nuestra misión es registrar a los estadounidenses que viven en Málaga para que voten en noviembre. De hecho, estamos preparándonos para que cuando lleguen estudiantes estadounidenses en septiembre para diversos programas educativos se inscriban para que puedan votar. Y además va a ir un grupo de voluntarios a la base de Rota», explica Ramos. «Pero también queremos hacer más cosas, participar más de la comunidad malagueña. Por ejemplo, vamos a participar en la manifestación del Orgullo en Torremolinos este sábado. Y también buscamos apoyar a organizaciones sin ánimo de lucro. Así que nos topamos con Donkey Dreamland. Cuando lo propusimos, todos los asistentes a la reunión que celebramos cada mes apoyaron la idea», continúa. No en vano, los demócratas tienen esa vinculación especial con el burro, su emblema. Y con su aportación económica por la excursión pueden ayudar a la parte más costosa del proceso de recuperación de los animales que vienen de Andalucía, pero también de otras comunidades limítrofes, la sanitaria -muchas veces requieren intervenciones quirúrgicas- y también la burocrática. Porque, confiesa Isert, la alimentación no es tan cara: sale a razón de 60 euros por animal y mes. Aunque es cierto que pagan de agua 100 euros a la semana.
En este primer encuentro –ninguno había estado antes con este animal- de los alrededor de una docena de demócratas estadounidenses con su emblema en carne y hueso, descubrieron que el carácter de esta mascota hace justicia a medias a su fama: «Los burros son testarudos, saben lo que quieren, no son nada tontos, ni lentos, tienen mucha energía», enumera Ramos, que añade: «Cada uno, además, tiene su propia personalidad, porque en ellos se descubre la huella que les ha dejado su pasado, que en algunos es muy dura».
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A los Democrats Abroad el espacio les ha gustado tanto que ya están planeando volver en septiembre. Quieren seguir apoyando a esta organización animalista. Pero no desvían el foco de su misión principal: la movilización de los votantes estadounidenses. Porque Ramos confiesa que están un poco nerviosos, ansiosos, porque las encuestas por el momento no les son muy favorables, le dan mejores resultados a su adversario republicano. Pero ellos dicen que van a hacer todo lo que esté en su mano para evitar la victoria de Donald Trump. Para empezar, se han constituido por primera vez como grupo del Partido Demócrata en Málaga y ya demostraron su movilización en el 'supermartes', el día más importante de las primarias, la carrera hacia las elecciones del primer martes después del primer lunes de noviembre cada cuatro años.
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