¿La historia se repite? Hoy se cumplen 35 años de las inundaciones en Málaga de 1989

Málaga también se inundó un 14 de noviembre... pero hace más de tres décadas y con peores consecuencias: murieron seis personas

SUR

Miércoles, 13 de noviembre 2024

Fue un 14 de noviembre cuando Málaga quedó inundada en 1989. Esta vez ha sido un día antes, el 13 de noviembre, cuando la dana se ha cebado con la provincia, aunque las consecuencias son muy diferentes: entonces hubo seis fallecidos y ahora, al menos de momento, no hay que lamentar ninguna muerte.

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Hace 35 años, a la una de la tarde, el cielo se volvió tan negro que parecía de noche y empezó a llover. Así recuerdan la mayoría de los malagueños el que quizá sea uno de los capítulos más impactantes y dramáticos de la reciente historia de Málaga. Aquel martes, las calles se convirtieron en cauces, los coches vinieron a desembocar al mar, miles de personas quedaron aisladas o estuvieron desaparecidas durante horas.

Nunca había llovido como aquel día. Cesó el agua y llegó el hielo; y granizó como tampoco lo había hecho jamás. El pedrisco llenó las calles. En La Trinidad o en la calle Mármoles taponó el acceso a numerosas casas y era prácticamente imposible caminar. Los vecinos y los comerciantes, pertrechados con palas y picos y con el granizo por la rodilla, empezaron a retirarlo. Pero aquel diluvio, que aún duraría tres semanas, no había hecho más que empezar.

El agua avanzó por el Oeste de Málaga, imparable. El polígono Guadalhorce, el de Santa Teresa, el de Villa Rosa, la zona de Intelhorce se convirtieron en inmensas y peligrosas balsas. Los locales comerciales y las naves industriales empezaban a anegarse. En poco tiempo, los bajos quedaron sumergidos, igual que los miles de coches desperdigados por aquel inmenso lodazal. Miles de trabajadores quedaron atrapados por el nivel del agua hasta bien entrada la madrugada. Fue el caso de las 350 personas que trabajaban entonces en Fujitsu o las 400 de la desaparecida fábrica textil Intelhorce. La riada también cortó el acceso al aeropuerto. Enseguida, la ciudad quedó aislada por aire.

La alerta roja y la precaución ciudadana han permitido que esta vez la historia no se haya repetido.

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