A Hacienda vuelven a cuadrarle las cuentas en Málaga tras el batacazo que supuso el estallido de la pandemia. Y de qué manera, porque la recaudación tributaria en la provincia ha escalado hasta tal punto que se sitúa en máximos históricos gracias a dos pilares. ... Por un lado, la reactivación económica y la remontada del empleo, con su consiguiente repercusión en el consumo. Y ligado a ello, la inflación, ya que la subida disparada de los precios también permite engordar las arcas del Estado a través del IVA y de los impuestos que gravan la gasolina o la electricidad. La ecuación es sencilla, si el precio de un producto sube, lógicamente el porcentaje que se aplica a la base imponible también. Para hacerse una idea, se puede tomar como ejemplo un paquete de galletas que antes de impuestos costaba un euro y ahora 1,10 euros. Antes, el recargo del IVA (10%) que se aplicaba al pasar por caja era de 0,10 euros; ahora es de 0,21.
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La maquinaria fiscal de la Agencia Tributaria (AEAT) cerró 2021 con unos ingresos de 3.784,4 millones de euros en Málaga, lo que supone no sólo un 22,2% respecto a 2020 y un 15,2% si se compara con el último año prepandemia (2019), sino también la cifra más alta de la serie histórica provincializada del órgano estatal que se remonta hasta 2007. Una tendencia alcista que, lejos de quedar ahí, está teniendo continuidad con un arranque de récord de 2022.
Según el último informe de recaudación, los contribuyentes malagueños abonaron a Hacienda durante los dos primeros meses del año 778,3 millones de euros, un 27,6% más que el mismo bimestre de 2021 (610) e incluso un 19% más respecto al de 2020 (655,7), cuando el Covid-19 aún no había hecho acto de presencia y la economía malagueña iba como un tiro. Con las estadísticas de la AEAT en la mano, es el mejor inicio del citado periodo 2007-2022.
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La subida desbocada de la inflación (un 9,8% interanual) por el efecto contagio que el encarecimiento del gas, la electricidad y el combustible ha provocado en los precios explica buena parte de esta escalada sin freno de los ingresos tributarios. La prueba más palpable de esta realidad está en el IVA, que tras cerrar 2021 con un incremento del 11,3% respecto al ejercicio anterior (1.228 millones de euros), acumula un repunte del 31% en los dos primeros meses de 2022 con 395,7 millones recaudados. Hasta ahora, el mejor inicio de este tributo fue en 2007 con 358,5 millones.
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Y sin abandonar el consumo, los impuestos especiales a la electricidad, la gasolina, el tabaco o el alcohol también van lanzados. En 2021 el Estado recaudó en suelo malagueño 31,5 millones de euros por esta vía, un 22,7% más que en 2020 (25,7). De partida, podría justificarse ese aumento en las consecuencias de las restricciones durante 2020, pero lo cierto es que si se compara con el último ejercicio prepandemia el incremento es del 43,5% respecto a los 21,9 millones obtenidos en 2019. Y por si fuera poco, en el primer bimestre del año acumula un alza del 3,5% con un saldo de 6,7 millones frente a los 6,4 de 2021 y los 2,4 de 2020.
Junto al IVA, otro pilar que sustenta la recaudación es el Impuesto de la Renta (IRPF). Si en Málaga ya hay menos personas en la cola del paro que antes de la crisis sanitaria (152.311 desempleados, según los últimos datos oficiales), los ingresos de este tributo que va ligado al empleo y los salarios también se han subido a la ola del crecimiento. Todo ello pese a que su caída durante la pandemia no fue tan pronunciada porque los ERTE, a costa precisamente de las arcas públicas, permitieron mantener las rentas de los hogares. A lo largo de 2021, Hacienda obtuvo unos ingresos netos del IRPF de 1.483 millones, frente a los 1.314 de 2020 y los 1.337 de 2019.
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En los dos primeros meses de 2022 el incremento es del 19%. Los trabajadores malagueños aportaron entre enero y febrero 358,8 millones, un montante al que hay que sumarle los 35,8 (+73,6%) del Impuesto sobre la Renta de No Residentes, que grava las ganancias obtenidas en suelo malagueño por personas y entidades no afincadas en España. Bajo este concepto, la AEAT se embolsó 122,8 millones en 2021, un 38% más que en 2020.
Junto al IVA y el IRPF, la tercera gran fuente tributaria es el Impuesto de Sociedades. Las empresas instaladas en la provincia generaron el año pasado a las arcas públicas unos ingresos netos de 824,7 millones, un 70,7% más que en 2020 (483) y la cuantía más alta desde los 883,2 de 2007. En los dos primeros meses de año la recaudación neta es negativa (-36,1 millones), pero tiene su explicación, ya que el primer pago a cuenta del periodo enero-marzo se abona en abril.
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El elenco de tributos que nutren a las arcas estatales es el del Tráfico Exterior, que fue el que más acusó los efectos de la crisis aunque ya empieza a recuperar el terreno perdido. Y con creces, porque los 4,2 millones abonados en el arranque del año supone no sólo duplicar el promedio de los últimos ejercicios (2 millones en 2021) sino firmar el mejor dato histórico. De mantenerse este ritmo, se superarán con creces los 12,7 millones computados al cierre de 2021.
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