La guitarra, la aliada perfecta para un neurólogo

La música es más resistente a la neurodegeneración que otras capacidades como la memoria o el lenguaje, asegura Romero Imbroda. Algunos pacientes sin capacidad de habla pueden cantar y gracias a estos sonidos recuerdan momentos y evocan sensaciones. Como claro ejemplo de musicoterapia, la película de Disney Coco: «La abuelita no dice ni una palabra, pero cuando tocan la canción, ella es capaz de verbalizarla y acompañarla. No sólo se puede recordar, también clavar el tono y el contenido de las palabras». Esta escena de Coco es una situación real que el neurólogo se ha encontrado en diversas ocasiones con sus pacientes. Esto es algo que también puede observarse en personas sin problemas neurológicos, es decir, al escuchar una canción que hace tiempo que no oías, se recuerdan momentos y evocan sentimientos. «La música se comporta como un perfume o como un olor que nos teletransporta a un momento muy concreto». Hay que tener en cuenta que en las enfermedades neurodegenerativas, como el alzhéimer y la demencia, el primer tipo de memoria que se afecta es la de corto plazo, mientras que la de largo plazo está más preservada aunque también se acabe perdiendo, pero se puede evocar mediante la música.

Los ritmos y sonidos pueden ayudar a entender cómo funciona el cerebro, además de ser útil para el diagnóstico de enfermedades neurológicas. «En mi grupo hemos hecho algún test cognitivo usando la música porque es bastante más divertida que usando papel y lápiz», cuenta el doctor. Una de las pruebas de este test consiste en que el paciente reconozca una canción muy conocida. «A la gente le gusta. La guitarra es amable, es un elemento que evoca bondad y alegría». Otro gran beneficio es que no tiene efectos secundarios, pero hay que seguir haciendo estudios para continuar demostrando su eficacia y llevando a cabo más técnicas beneficiosas.

Estudios que se están tecnificando en los centros sociosanitarios, que, a veces, cuentan con psicólogos y maestros de música que hacen estimulación cognitiva. «Ahora se está planificando generar una red. Al final los trabajos ganan potencia si son multicéntricos. Si estás haciendo más o menos lo mismo con el mismo tipo de paciente, podemos ver cómo sirve en ese cambio de población». Sin embargo, la música es un complemeto más para el cuidado de las personas con una neurodegeneración, al igual que la vida sana, el ejercicio físico, la socialización, el dormir bien y evitar la soledad no deseada. No es un sustitutivo de los medicamentos. «El objetivo es tener una herramienta bien tolerada, sin efectos secundarios, estimulante y que hace que el declive sea más lento y llevadero», afirma Romero Imbroda. Cabe recordar que muchas de estas enfermedades, como el alzhéimer, aún no tienen cura.

La musicoterapia, para el especialista, es un concepto reducido que sólo se basa en hacer terapia con música, pero deja fuera otros importantes factores del uso de los sonidos en los pacientes. Deja fuera el diagnóstico, deja fuera la compresión del cerebro. Para Romero Imbroda, lo perfecto en su ámbito es música y neurociencia porque «abre más el paraguas». Además, una de las limitaciones que ve en España es que no haya un grado para especializarse en esto. «Yo apoyaría un grado de música y medicina», asegura. Ya que también se ha demostrado lo beneficiosa que es la música en otras ramas de la medicina como la oncología, la situaciones a nivel neonatal con prematuridad y en las enfermedades reumatológicas. «No hay que simplificarlo ni cerrarlo a mi disciplina. Todos los productos son analizables». Además, el médico apuesta por la música como elemento sensibilizador de los pacientes. «Sobre todo, ayuda a humanizar estos entornos».

Romero Imbroda no es el único médico que utiliza la música como parte de su trabajo y que, más allá del ámbito laboral, es parte de su vida. «Casi el 20% de los neurólogos toca algún instrumento de manera competente», asegura. Esta especialidad atrae a personas con este perfil, que hace que entiendan y atiendan el cerebro desde esta perspectiva. Pero este neurocientífico no se queda ahí. Tiene un grupo con sus hermanos: Dique Sur. «Lo formamos cuando yo tenía 17 años, antes de entrar en la Facultad de Medicina, y ahora tengo 44», cuenta. Preparan sus propias canciones en el estudio de grabación, graban sus videoclips y dan conciertos desde el amor a la música y el amor que se tienen como hermanos. «En este país la mayoría de bandas están formados por hermanos: Estopa, Presuntos Implicados, Mecano, Los Secretos...». Y también Javypablo, estos hermanos son cantantes malagueños y primos de Romero Imbroda.