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Guillermo Antón Pardo (Valencia, 1971) es profesor de Educación Secundaria en excedencia. Ha sido docente durante más de 20 años. Comenzó como profesor en el año 1998 en Eslovaquia y posteriormente en Chicago. Fue interino en Andalucía desde el año 2005 hasta 2008, cuando aprobó ... la oposición y pasó a ser funcionario docente. Ha trabajado en Granada y Almería y desde 2012 vive en Fuengirola. Tras solicitar la excedencia en 2021, Guillermo Antón se ha centrado en su proyecto 'El profesor productivo', un ecosistema digital formado por un blog y numerosas redes sociales con los que pretende ayudar a otros profesores a ahorrar tiempo en su trabajo como docentes, mediante técnicas de productividad y la aplicación de herramientas de inteligencia artificial. Es además autor de varios libros sobre esta materia, como 'Chat GPT para profesores', 'Ahorro de tiempo para profesores', 'Técnicas de memoria para oposiciones docentes' e 'Inteligencia artificial para profesores'.
–Usted es profesor en excedencia. Ha dejado las aulas y su web, 'El profesor productivo', ofrece claves para mejorar el rendimiento con herramientas digitales e IA. ¿Por qué dio ese paso?
–La decisión fue motivada por razones personales. Llevaba tiempo planeando un cambio vital, y la pandemia de Covid-19 actuó como un disparador para reflexionar sobre lo que quería hacer realmente el resto de mi vida.
–En primer lugar y para centrar la entrevista, sería interesante explicar qué es la inteligencia artificial (IA).
–Bueno, esta pregunta es complicada de responder sin entrar en detalles técnicos, pero puedo simplificar diciendo que las IAs son programas informáticos muy potentes que usan 'chips' con una estructura de redes neuronales que imitan la estructura del cerebro y el aprendizaje humano. Esto nos permite entrenarlas con grandes cantidades de datos para producir respuestas que imitan el comportamiento inteligente.
–Y, ¿cómo se puede aplicar a la educación?
–Hay dos enfoques diferentes para el uso de la IA en educación: uso con estudiantes y para tareas docentes. De momento, el uso con estudiantes de algunas edades presenta problemas de protección de datos y fiabilidad, pero probablemente en el futuro veremos asistentes de IA personalizados que ayuden y acompañen en el aprendizaje a los estudiantes. Ya hay estudios que muestran que el uso de 'chatbots' en secundaria mejora las competencias en Lengua y Matemáticas.
–¿Cómo puede ayudar la IA a los docentes?
–El uso en tareas docentes, en el que se centra mi trabajo, permite principalmente preparar materiales educativos de calidad en muchos formatos de forma sencilla y rápida: textos de lectura, tests de evaluación, presentaciones, canciones, vídeos, etcétera. Sin olvidar las numerosas tareas administrativas que realizamos los profesores, como actas, memorias, informes, situaciones de aprendizaje y demás.
–La escuela o la educación en general, en todos sus niveles, ¿puede quedar fuera de ese proceso de transformación social y económico que parece representar la IA?
–Rotundamente no. La IA es el avance tecnológico más importante de los últimos años y se va a extender e integrar en todos los aspectos de nuestra vida. Sería absurdo excluir la IA en educación y tendría consecuencias muy negativas en el desarrollo de los estudiantes. Podemos reflexionar sobre a qué edades se deben incorporar los usos de ciertas herramientas de IA, pero la realidad es que hay que formar a las futuras generaciones en un uso correcto de esta tecnología. No hay opción.
–La subdirectora general de la UNESCO, Stefania Giannini, afirmaba recientemente que «la educación tiene que prestar especial atención a los peligros vinculados a la IA». ¿Está de acuerdo con ella?
–Por supuesto que estoy de acuerdo. El uso que se haga de la IA en entornos educativos influirá en el uso que harán los futuros ciudadanos y además hay que tener mucha precaución en determinadas edades porque son especialmente vulnerables. Sin embargo, me gustaría recordar la responsabilidad que tienen las familias en la educación tecnológica de sus hijos y que no se puede delegar en las escuelas toda responsabilidad en formar un uso correcto de ciertas tecnologías, sino que se debe partir de una educación previa en el entorno familiar. Le doy la vuelta a la frase que me cita: 'las familias tienen que prestar especial atención a los peligros vinculados a la IA'.
–Detrás de la tecnología están las personas y es evidente que la presencia de la mujer es muy escasa en este sector. ¿Esto puede provocar o está provocando un importante sesgo de género en los resultados de estas aplicaciones? ¿Con qué consecuencias?
–Creo que, en esta pregunta, el sesgo que está presente en los datos de entrenamiento de los modelos de IA y que provoca algunas respuestas sesgadas se confunde con el hecho de que en muchos sectores tecnológicos haya más presencia masculina que femenina. Son dos enfoques diferentes. El sesgo en las respuestas de las IAs existe y hay que ser conscientes de que están ahí, del mismo modo que están en todos los aspectos de nuestra sociedad. La única forma de limitarlos es con formación previa que nos permita detectarlos y corregirlos.
–Se insiste en que la figura del docente será insustituible, pero ya hay robots tutores o tutorías inteligentes que están sustituyendo la labor del profesor en esa importante atención personalizada al estudiante. ¿Será o no insustituible el profesor en clase?
–Bueno, este es un tema interesante y que me plantean en entrevistas y formaciones. Mi visión es que la educación no es solo formación sino que hay una parte fundamental de interacción social que debemos realizar con otros humanos para desarrollarnos, no solo entre iguales sino incluyendo adultos como los docentes. Por lo tanto, es poco probable que en ciertas etapas educativas, como Primaria y Secundaria, donde es muy relevante este aspecto social, los maestros y profesores sean sustituidos, aunque seguramente habrá un (nuevo) cambio de rol y tendremos que integrar progresivamente la IA en la educación, pero no creo que haya una sustitución completa. ¿Alguien piensa que un niño de Primaria no va a necesitar nunca un maestro porque la IA lo va a sustituir?
–¿Y en otras etapas educativas?
–Si nos vamos a otros tipos concretos de educación o formación, por ejemplo en adultos, donde el foco se centra más en la productividad del aprendizaje logrado y no tanto en el aspecto social, es posible que con algunos modelos avanzados de IA sí que veamos sustitución. Imagina un adulto que quiere profundizar en el estudio de la historia del siglo XX o aprender un nuevo idioma. Pues seguro que se pueden desarrollar IAs que lo guíen de forma adecuada y eficiente.
–De momento, lo más conocido o llamativo de la IA está siendo el plagio de trabajos a todos los niveles, incluso en trabajos fin de grado o máster universitarios… ¿Hay manera de solucionar este problema?
–Bueno, en primer lugar he de decir que la IA se está usando como tema de sensacionalismo periodístico y generalmente se focaliza en casos negativos, también en educación, lo cual está generando unos prejuicios innecesarios en algunos sectores de la sociedad. Se olvida muchas veces dar publicidad a los avances que la IA está produciendo en otros campos, como el diagnóstico médico y farmacología, por ejemplo. La segunda puntualización que quiero hacer es que la IA no plagia, sino que genera nuevos textos (o imágenes o canciones) a partir de los datos de su entrenamiento. Nadie diría que Picasso o Manolo Valdés plagian a Velázquez al pintar sus versiones de 'Las Meninas'. Este tema daría para otro artículo. En cuanto a la pregunta que me plantea sobre los trabajos de grado o de máster, ya que estamos hablando de niveles universitarios avanzados, en mi opinión la solución pasa por enseñar a los estudiantes a usar correctamente las IAs (como ChatGPT) en la redacción de estos trabajos, porque sin duda mejorarán su calidad y porque en el futuro será el tipo de actividad que se les va a pedir: trabajo humano con asistencia de IA.
–El desarrollo de esta tecnología requiere de grandes inversiones, que imagino las empresas tratarán de recuperar, convirtiendo así la educación también en un negocio del que obtener beneficios… ¿Le preocupa que se pueda mercantilizar la educación?
–Me preocupa, pero es un escenario en el que ya nos encontramos con las escuelas privadas y concertadas o con las editoriales de libros de texto obligatorios. Por eso considero que es importante que haya iniciativas públicas que permitan alcanzar un equilibrio sin tener que pasar obligatoriamente por empresas privadas para acceder a esta u otras tecnologías.
–Una deficiente alfabetización o la brecha tecnológica (no todas las escuelas cuentan con buena conexión a internet, algo casi inexistente en países africanos, por ejemplo), ¿puede ahondar las diferencias entre primer y tercer mundo?
–Sin duda. Es un tema sobre el que reflexionamos con frecuencia en el podcast en el que participo, 'IA y Educación', y que planteamos a muchos entrevistados. Cada capa tecnológica que se añade amplía la brecha entre quienes pueden acceder a ella y quienes se quedan atrás.
– Recientemente la Consejería de Educación ha determinado que hasta los 13 años no se pueda utilizar el móvil en los colegios e institutos… ¿Cuál es su opinión al respecto?
–Para empezar con el tema de los móviles, creo que se ha buscado una solución desproporcionada para un problema que están teniendo las familias porque muchas de ellas no son capaces de educar adecuadamente ni de controlar el uso del móvil por sus hijos, o en algunas ocasiones incluso fomentando el uso a edades tempranas al comparlo como regalo de Reyes o cumpleaños, sin hacer un acompañamiento supervisado de su uso.
–Algunos expertos y la propia UNESCO coinciden en que hasta los 13 años no se debería permitir el uso de esta tecnología...
–En cuanto al uso de la IA, creo que hay dos cosas por hacer antes de empezar a prohibir usos de forma tan tajante. En primer lugar hay que asegurarse que cualquier uso de la IA con menores en las escuelas cumple todas las medidas de protección de datos y, en segundo lugar, hay que permitir cierta flexibilidad para que los docentes prueben estas herramientas, confiando en su criterio y experiencia para ver cuáles son las adecuadas para el grupo concreto al que están enseñando. Son herramientas novedosas y hasta que no las probemos con los estudiantes tampoco sabremos lo que funciona y lo que no, cuáles son las edades de introducción adecuadas, cómo influyen en el aprendizaje, etcétera.
–¿Qué papel deben jugar las familias?
–Como ya he comentado, en ocasiones las familias no tienen la formación sobre estos temas que sí que van teniendo ya algunos docentes. Del mismo modo que no se puede delegar exclusivamente la formación sobre la IA en la escuela, tampoco hay que excluirla absolutamente. Familias y escuelas deben cooperar en formar en los usos correctos de la tecnología.
–En su web da claves para ahorrar tiempo a los profesores en su gestión diaria. ¿Cómo puede colaborar la IA en esa mejor gestión del tiempo?
–Sí, el proyecto de Profesor Productivo nació con la idea de ahorrar tiempo en las tareas docentes y con la llegada de ChatGPT y otras IAs he comenzado a explorar e incorporarlas en estos usos. Como he señalado antes, nos puede ayudar a completar tareas de redacción o procesado de textos de forma más rápida y con mayor calidad, liberando tiempo para dedicarlo a otros aspectos más importantes de la enseñanza. En los últimos años, el trabajo docente ha ido acumulando numerosas tareas administrativas que ocupan mucho tiempo y ChatGPT, principalmente, nos puede ayudar. El segundo aspecto importante es que estas herramientas nos permiten generar mejores materiales educativos o más personalizados en menos tiempo, de modo que mejora la calidad de la educación y podemos atender la gran diversidad que existe en las aulas.
–¿Cómo se imagina la escuela, no ya del siglo XXII, sino de dentro de 10 años?
–Me lo pones difícil, porque los cambios van a ser muy disruptivos y muy rápidos, y es complicado ejercer de adivino, pero en mi opinión hay algunas líneas que ya se ven venir: introducción de la IA tanto en el trabajo docente y en el acompañamiento de estudiantes a partir de cierta edad, revisión de los currículos para adecuarlos a la nueva realidad, nuevo cambio de rol de los maestros y profesores, desarrollo explosivo de materiales audiovisuales educativos creados con IA... En nuestra sociedad tan tecnológica, creo que se mantendrá la escuela como espacio de desarrollo humano y socialización, aunque cambien estos aspectos que he nombrado. Pero insisto, puede que surjan otros factores que nos dirijan en otro sentido. Vivimos tiempo interesantes.
– Una duda... Esta entrevista, ¿hubiera estado mejor si la realizamos con IA?
–¡Peor, por supuesto! (bromea). La IA no va a sustituir este lado humano, pero sí que nos puede facilitar el trabajo.
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