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José Luis Martín
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José Luis Martín
José Luis Martín se gana la vida como supervisor de Renfe en la Base de Mantenimiento de Alta Velocidad de Málaga. Le encanta su trabajo. ... Casi tanto como la bicicleta. Desde hace ocho años preside Ruedas Redondas, el colectivo que lleva más de dos décadas promoviendo el uso de la bici en Málaga, Un día renunció al coche. «Y tan contento».
-Veo que viene en bici al trabajo.
-Como siempre. Al trabajo en bici, para no variar. Si es que, además, vas más fresquito.
-El termómetro marca más de 30 grados y apenas son las 11.
-Y el aire fresquito que te da cuando avanzas, ¿qué?
-Y cuándo hay terral, ¿qué?
-¡Qué va! Una buena gorra y, si acaso te la mojas y vas fresco y más ancho que pancho. Hace unos años atravesamos Suiza en bici haciendo la ruta de los lagos desde el Lemán hasta el Constanza en plena ola de calor, con 35 grados y nos decían que estábamos locos. Y les contestábamos: «¿Tú sabes de dónde yo vengo?».
-Se ha pasado a la eléctrica, ¿no?
-Sí, a la pedalada asistida. ¡Pero sigo pedaleando! Esta bici tiene una autonomía de 25 kilómetros y ya le saco 60 porque lo que intento es moverme. Voy llegando a una edad (59 años) y lo que me interesa es mantener el físico.
-Hay quienes opinan que es un pelín fraude.
-Te ayudan a correr un poco más en un momento dado, como para meterte en el tráfico con mayor fluidez, cuando el levante aprieta o, por ejemplo, si vas a una reunión para no llegar como un pollo.
-¿Es ciclista urbanita o también se tira a la carretera o al monte?
-Urbanita, muy urbano. Hacemos rutas cuando salimos con la asociación una vez al mes, pero no soy de los que esperan que llegue el finde para salir a la carretera, porque además me da mucho miedo ya que es donde más siniestros hay. Andamos en la friolera de 40 ó 50 ciclistas fallecidos cada año, así que me da mucho respeto. Soy más de los montes, y ahí sí que voy a piernas, nada de asistida.
-¿Cuántas bicis tiene?
-Cuatro. Dos urbanas, una 'mountain' y otra de carreras de 1984, una Peugeot que era réplica del equipo ciclista de entonces en el Tour de Francia.
-¿Con la familia es muy talibán?
-Mi mujer dice que pedalea por amor. Y luego mis hijos también. Sergio, de 34 años, es un flipado de la montaña, y Carmen, de 29, es licenciada en Ciencias del Deporte, así que más todavía. Si me hubiesen visto en el bar todo el día pues igual ellos también, así que algo habré tenido que ver.
-¿Tiene coche?
Sí, pero ni lo utilizo. Hace un año se le averió el coche a mi hijo, que vive en Madrid, y desde entonces tiene el mío porque no lo movía. ¿Para qué gastar 3.000 euros al año para tenerlo parado? Si lo necesito de forma puntual, lo alquilo. Hace una semanas nos fuimos un finde a Almería y alquilé uno. La última vez que conduje fue hace un año, cuando también alquilamos uno para ir a El Palmar.
-¿Cuándo le dio por dejar el coche aparcado?
-Cuando en 2011 regresé a Málaga después de 35 años en Madrid, decidí moverme en bici y dejar de perder tiempo en transporte público. Llegué con mi Renault 21 Broker de 2.000 cm³ y 120 caballos, lo aparqué y le di las llaves a mi cuñado. Y tan contento con mi bicicleta.
-¿Cómo lleva eso de ser el Pepito Grillo de las bicis en Málaga?
-Bien, pese a que no me hacen caso. Pero estoy convencido de que hay que hacerlo, tratando de mejorar y de convencer a los políticos y a las administraciones de que cada día es más necesario. Y el tiempo nos está dando la razón. De una manera u otra, llegaremos.
-¿La pandemia ha cambiado los hábitos o fue un espejismo? Cada vez se ven más coches.
-Fue un espejismo. Las mediciones que llevamos a cabo así lo indican. La prueba está en que el transporte público no ha recuperado aún los números de 2019, y no veo muchas más bicis. Pero sí más coches. Fue una gran oportunidad para salir en bici, pero somos cómodos por antonomasia. No me vale la excusa del clima desagradable en verano o que en invierno si llueve no se sale; en los Países Bajos van en bici todos los días del año, y si llueve también. Y si nieva, pues también.
-Ha formado parte del consejo de la EMT a través de Unidas Podemos (ahora Con Málaga), ha intervenido en numerosos plenos municipales,... ¿Le tienta la política?
-Nunca he tenido esa ambición, aunque creo que todos tenemos un político dentro. En el momento que intentas cambiar o mejorar algo, aunque sea en una comunidad de vecinos, ya estás haciendo política.
-Reformulo la pregunta. ¿Le han tentando para entrar en política?
-Pues sí, para qué le voy a engañar. Pero no me veo como político al uso ni como una persona que dedique su tiempo sólo a las cuestiones burocráticas de la política. Yo soy más activista, de lo que me gusta como el medio ambiente y la bici, pero en todo lo que sea fuera de ahí me vería forzado. También fue sindicalista, pero no quería profesionalizarme. Y afortunadamente mi trabajo (es supervisor de Renfe en la Base de Mantenimiento de Alta Velocidad de Málaga) me gusta muchísimo.
-Y los huertos. ¿Quién es @pepeluhuerto en Instagram?
-Me hizo mucho bien durante el confinamiento porque era persona de factor de riesgo, así que me tuve que exiliar en casa. Una persona tan activa como yo encerrada en casa… Me quería tirar por la ventana. Y entonces salió 'Pepelu Huerto' y encontró una manera de relajarse y distraerse con su pequeño huerto en la azotea comunitaria, que mis vecinos vieron con mucho agrado. Tengo laurel, berenjenas, pimientos, lavanda, hierbabuena, perejil, jazmín, una tomatera e incluso canónigos.
-Complete la frase: La ciudad ideal para moverse en bici es…
-Tengo muchas. Sin denostar a las históricas centroeuropeas que nos llevan 50 años de ventaja, me quedaría con Sevilla, que fue una eclosión de 2007 a 2014 y, desde 2015 hasta ahora, Valencia, que ha sido toda una sorpresa.
-¿Cuál ha sido el trayecto más largo que ha hecho pedaleando?
-Como no son de carreras, estar sobre una de montaña más de 80 km puede ser un calvario. Recuerdo con mucho cariño con tres amigos una ruta por el Canal de Castilla. Hicimos la etapa entre Valladolid y Alar del Rey, que eran 140 km. Pero lo teníamos que hacer en cinco horas porque habíamos reservado mesa para comernos un cochinillo. Si nos vieras volar con mi vieja Conor con mis amigos de la asociación Enrique, Antonio y Francisco... Al final, tuvimos la recompensa.
-¿Alguna ruta especial que tenga pendiente?
-Me hace especial ilusión hacer el Camino de Santiago. La tengo pensada con mi mujer, pero antes le voy a electrificar su bici porque si no me tocará a mí ir en la suya.
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