El doble reto en los últimos cinco años de compartir la agenda como presidente de los empresarios Andalucía (CEA) con la de presidente de la patronal malagueña lo considera prueba superada. Ha saneado una patronal andaluza en bancarrota, y después de más de medio millar ... de actos y 600.000 kilómetros, asegura que la organización es «más visible e influyente». En el arranque de un cambio político histórico, destaca la «actitud receptiva» del Gobierno de Juanma Moreno a las demandas de los empresarios para reducir burocracia y agilizar decisiones, entre las que están las que afectan a proyectos por valor de 1.500 millones en la provincia, con unos 20.000 empleos en juego. Los presupuestos para 2019 los considera «de transición» y les otorga un margen de confianza. Confía en que los presupuestos de 2020 incluyan fórmulas de participación privada en infraestructuras públicas.
–El consejero Bravo ha pedido un 'acto de fe' sobre las cuentas de 2019 ya en el Parlamento. ¿Se suma?
–Yo le doy un voto de confianza al Gobierno andaluz, porque en solo cuatro meses y en un contexto electoral es muy difícil hacer unos presupuestos. Espero mejoras en la tramitación con las aportaciones de partidos y agentes sociales, pero el mero esfuerzo de proponer las cuentas me merece confianza. Es lo que pedíamos desde el primer día. Hay unos 3.700 millones de inversión, que siempre es poco, pero es un presupuesto de seis meses, de transición, que veremos con detenimiento. Estoy convencido de que las cuentas de 2020 serán mejores, aunque sólo sea porque son un ejercicio completo. Es un gobierno que en un mismo año tiene que casar el presupuesto prorrogado y el nuevo y, a partir de octubre, el de 2020. Y lo mismo le pasará al gobierno de la nación, si los aprueba. Se verá en la misma situación.
–Después de mucho tiempo, se han provincializado las inversiones en Andalucía.
–Los presupuestos siempre han tenido ese hándicap y es algo que habíamos hablado. Lo importante es recuperar el espíritu inversor, como ese canon del agua, por ejemplo, esa bolsa de dinero que no se ha utilizado varios años. Un 10% del total para inversión es un volumen importante, sobre todo para desbloquear obra paralizada y adjudicada y que no ha empezado. Pienso en el vial distribuidor metropolitano, que aún no se si se incluye, para mejorar la comunicación con los polígonos. En Andalucía hay unas pocas obras así. Si no proyectas ahora, en la próxima década no las veremos. En Málaga puede verse colapsada la red viaria en no mucho tiempo, y ahí está el tren litoral, en el que tiene que haber protagonismo de la Junta...
Vox
–¿Qué le pide a Vox en relación a los Presupuestos, a los que podría condicionar su apoyo?
–Soy positivo en relación a la posición de Vox, como también a la del PSOE. Siempre ha habido una posición constructiva de los grupos para que Andalucía tenga presupuestos. ¿Cuál será la posición de Vox? La ignoro. Querríamos más inversiones, pero son presupuestos sensatos para que esté en contra Vox. Otra cosa es la influencia que puedan tener los pactos locales. Por eso anhelamos... deseamos que ya no haya tacticismos políticos. Todos, sin careta. Vox ha irrumpido con fuerza, pero hay que respetarlos y no me han demostrado como presidente de la patronal que tengan prejuicios contra nadie. Tienen su forma de ver las cosas. Pienso que igual que existe de extrema derecha, hay extrema izquierda. Yo no entiendo los cinturones sanitarios. ¿Por qué se puede pactar con IU Podemos y no con Vox? Los ciudadanos les han dado casi 400.000 votos en Andalucía y 2,5 millones en las elecciones generales.
–La gymkana electoral, como la ha llamado, ha acabado pero aún debe arrancar una legislatura, los pactos también a nivel municipal...
–Soy positivista. Considero que sólo el hecho de que acabe un ciclo de renovación institucional es ya un estímulo. La economía no se detiene en estos casos, pero cualquier parálisis administrativa le afecta. Y recuerde que llevamos desde noviembre, siete meses, así. Ayuntamientos por constituir, una Junta en transición después de 37 años de gobierno monocolor... El que invierte y el funcionario están en el 'a ver qué pasa', 'esperamos a...'. Todo eso debe quedar atrás y cambiarse por un «vamos a trabajar todos juntos duro y de forma seria para construir la realidad de una Málaga dinámica, empresaria». Luego, a nivel nacional, el discurso a nivel europeo, incluso, ha cambiado con un papel que puede ser destacado para España. Lo que era imposible hace veinte días, ahora es posible. Nos jugamos mucho. Tenemos que construir un país y una provincia con bases sólidas para años que serán duros, pero yo me apunto a una actitud positiva, y ese es el mensaje de los empresarios, que sólo queremos sentido común y sensatez , lealtad institucional y seguridad jurídica, reglas de juego para invertir. Y la certeza económica de desarrollar una actividad sin que nos llegue cualquier condicionante diez años después del que nos podían haber avisado 25 millones de euros antes.
Inversiones
–Recientemente, enviaban a la Junta un documento con 30 medidas para agilizar permisos ambientales que estarían frenando 6.500 millones de inversiones en Andalucía. ¿Qué parte de ese total corresponde a Málaga?
–Aproximadamente puede representar un 25 por ciento. Hablamos de más de 1.500 millones y de unos 20.000 empleos en juego, con proyectos muy variados, algunos importantes relacionados con inversión turística, como el hotel en el dique de levante que lleva 14 meses esperando una tramitación que iba a ir por la vía abreviada. Lo que hemos hecho sobre todo en ese documento es estudiar trabas y dificultades administrativas por exigencias urbanísticas y ambientales desmesuradas, y proponemos medidas, como la fijación de pautas en la toma de decisiones que den seguridad jurídica y sugerimos a la Junta, por ejemplo, un estatuto especial para los funcionarios que incluya un seguro de responsabilidad civil de los funcionarios, para que la situación cambie y no se vean tan abandonados. Tampoco han sido meses fáciles para ellos. Me consta que hay voluntad de desbloquear los procedimientos. Sólo desde la Consejería de Agricultura y Desarrollo Sostenible están en juego 75.000 empleos de un total de 92.000 del conjunto de proyectos. Muy próximo, en Campo de Gibraltar, por ejemplo, hay una inversión en juego de mil millones, una inversión histórica de Andalucía en una refinería. El proyecto está bajo exigencias agotadoras de informes y declaraciones, como otros muchos. En Málaga, pensemos sólo en el problema de inundabilidad del Guadalhorce, desde Cártama a la desembocadura. Hasta ahora se ha esperado a resoluciones individualizadas del Supremo al que hemos recurrido nosotros, la asociaciones de polígonos, el alcalde de Alhaurín... El problema es que la administración judicializa los problemas.
–Tras la sentencia del Supremo que anula el mapa de inundabilidad, ¿deben las empresas asumir costes para reducir riesgos?
–Yo creo que no. Hacen falta unas nuevas reglas del juego. Es el momento que se derogue toda esa normativa con defectos formales a la que el Supremo le saca la tarjeta roja, y la Junta promulgue una normativa clarificadora y no como la que ha habido, disuasoria. Hay inversiones a la espera. Y por cierto, ayuntamientos como el de Málaga tienen que ser más ágiles ante determinadas licencias. Ahora está todo frenado. Hay proyectos que saben que tienen que recrecer su emplazamiento, pero por ahora lo que saben es que están bajo una supuesta amenaza terrorífica que desvía la inversión. No es de recibo esa etiqueta de inundabilidad de Málaga como tampoco tener el PTA con problemas de movilidad. Fíjese el resultado que ha habido con un no mucha inversión pero con cariño por hacer las cosas.
–Se han resuelto los atascos de entrada, pero los de la salida siguen...
–Bueno, pero ya es un paso. Me preocupa que alguien en Londres, Zurich o Francfort si piensa en invertir le digan que es un parque con problemas. Málaga necesita mensajes positivos, de que sus problemas están en vías de solución. Y la Junta ahí, con Juanma Moreno, Elías Bendodo y la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, han sido responsables directos poniendo interés. No era tan difícil. Hay que ser sensibles con los espacios productivos, aunque siempre insistiré en que la principal infraestructura es la paz social, esa relación entre empresarios y sindicatos que en Málaga es bastante satisfactoria.
Prejuicios
–Los Presupuestos no recogen participación privada en proyectos públicos, algo que ustedes vienen reclamando
–No es algo que esté articulado aún, pero se ha hablado con el Gobierno andaluz, y está en su voluntad aprovechar esa capacidad inversora. Hay muchas empresas dispuestas a financiar obras, a colaborar pero desgraciadamente hay demasiados prejuicios ideológicos en relación a determinados servicios. Educación o sanidad no son cotos cerrados. Hay colegios privados y sanidad privada, que lo hacen magníficamente. Hay dinero, fondos nacionales e internacionales, dispuestos a un margen de explotación razonable. Si somos capaces de generar confianza, estabilidad y seguridad jurídica vendrá esa inversión para muchos sectores. Imagine el metro. Son fondos de inversión extranjeros que quieren acabar las obras como estaban planificadas y dispuestos, ellos u otros, a participar en más infraestructuras. El precio del dinero está tan bajo que se busca rentabilidad en muchos sectores. Aprovechemos esa oportunidad. Hagamos que Málaga se beneficie.
–Pero mucha inversión inmobiliaria ha encarecido el alquiler, un factor que por ejemplo no ayuda a que grandes empresas decidan invertir o a que profesionales vean tan interesante vivir aquí.
–El sector inmobiliario ha aprendido de sus errores. Han sido los años de más madera, como en la película. Las empresas son sensatas, invierten con criterio, pero hay amenazas. El coste del suelo, la mano de obra, los materiales por ejemplo...
–Pero eso pertenece a su propio 'negociado'...
–Pero no es el sector, sino subsectores que proveen la actividad inmobiliaria: el mármol, la cerámica... Hay que estar atentos. Si una promoción no está muy medida en costes, es para preocuparse. Me preocupa el mercado del alquiler, que está generando que sea un bien escaso y tremendamente caro. No me gustan medidas para afrontar la situación como en Barcelona. No sé cómo la Comisión Nacional de la Competencia no actúa aquí cuando sí lo haría si el sector privado hiciera algo parecido. Hay que actuar para que las familias accedan a alquileres sensatos.
«Soy positivo en relación al apoyo de Vox, como también lo espero del PSOE»
Tramitación de los Presupuestos
«Existe una confusión no sobre el modelo de ciudad, sino sobre el modelo de uso del Centro»
–¿Qué soluciones propone? El impulso a la vivienda protegida es cuestión de márgenes y los de la libre ganan por goleada
–El sector está dispuesto a dar ese paso, pero hace falta que la Administración lo tome como prioridad porque no ha habido política de vivienda. A mí me preocupa que los centros de las ciudades se queden sin vecinos. Las viviendas turísticas son interesantes, pero es bueno que haya reglas de juego no solo entre vecinos sino entre el propio sector, ahí los hoteleros llevan razón en la regulación.
–¿Se apunta a la propuesta del alcalde de Málaga de limitar por zonas la expansión de vivienda turísticas?
–La comparto en parte, pero en otra parte no. Al final la convivencia con los vecinos no es tan grave. Llevo viviendo en el centro 25 años y no se puede culpabilizar a los hosteleros de un problema que es inexistente. Ellos han transformado el Centro, han enriquecido la oferta gastronómica. No sé puede ser líder turístico con magníficos museos y luego que la gente no tenga dónde ir. La vivienda turística ha podido ser incómoda, pero el ciudadano no se queja de que vengan los turistas. Lo que existe es confusión no sobre el modelo ciudad, sino del modelo de uso del Centro. No puedes celebrar eventos todos los fines de semana o cerrar 40 domingos el Parque. No molestan las terrazas sino que el propio Ayuntamiento provoca bloqueo porque autoriza o pone carpas, estructuras de todo tipo en calle Alcazabilla ante la mejor imagen de Málaga. La Alameda, con la que estoy entusiasmado, si la llenamos de eventos no habrá quien pueda vivir porque no pueden acceder. Hay que hablar hasta la saciedad sobre sus usos y llevar eventos a otros puntos, que no todo ocurra en el Centro, una visión más periférica. La nueva Alameda ayudará al tirón del Soho y transformará los muelles próximos.
–¿Le parece interesante la propuesta municipal de levantar allí grandes edificios de oficinas?
–Me parece necesario e inteligente. Hubo una propuesta comercial que creo que no necesita Málaga. Tenemos problemas serios de oficinas. En Sevilla hay exceso de oferta, todo lo contrario que en Málaga. La economía es más ágil y en cuanto sale al mercado lo quitan de los manos.
–El Gobierno central acaba de autorizar una gran zona franca en terrenos del puerto de Sevilla. Málaga aspira a contar con una ...
–Es algo a estudiar con más profundidad, y madurar muy bien qué queremos hacer. Sevilla llevaba años mucho pidiéndola. La prioridad está para mí en el puerto seco de Antequera, que lleva diez años de trámites. Hace falta salud física y mental en sus promotores, y no sólo financiera para a aguantar esa situación. Afortunadamente está en la última fase de trámites. Tenemos la oportunidad histórica de reforzar el papel de Antequera como eje fundamental de Andalucía. El antes y el después de la economía de la provincia de Málaga no sólo vendrá por el aeropuerto, también por el puerto seco y la Algeciras-Bobadilla, fundamental para los corredores ferroviarios central y mediterráneo.
«El control de horarios altera la confianza y la sintonía en las empresas»
–¿Tan negativo es para las empresas el decreto sobre control de horarios en las empresas?
–Es que es una medida regresiva, un formato de involución en las relaciones laborales. Sobre todo, rompe la confianza en un modelo empresarial con un 96% de pymes. Normalmente hay sintonía, confianza entre trabajadores y empresarios. Y eso viene a alterarla. Se convierte en más obligaciones, formularios, y no ayuda mucho a los trabajadores. No es una solución al problema de las horas extras no pagadas, conductas que por supuesto no respaldamos. No ha sido una decisión meditada sino una decisión de un viernes social en unos meses electorales y porque al Gobierno central le ha interesado. Si hay al menos una cláusula interesante en esa norma y es la apelación a la negociación entre empresa y trabajadores porque era algo que nadie había pedido ni tampoco una exigencia sindical. Tampoco creo que a los trabajadores les agrade mucho que les pregunten si salen a tomar un café o a fumar o si llega algo tarde porque ha llevado al niño a la guardería. Entramos en un encasillamiento poco afortunado para la pequeña empresa porque las grandes hace tiempo que este tema lo tienen más que regulado.
–La mayoría del personal del SAE no es funcionario, y la propia Junta reconoce que está maniatada para su reforma...
–Aquí tiene que buscarse eficiencia y racionalización y que esas personas, entre los que hay excelentes profesionales, estén atentos a la demanda de las empresas y sobre todo a los desempleados. La solución son las políticas activas de empleo, en las que vamos con mucho retraso.
–¿Suscribe el nuevo sistema de concursos públicos para las empresas de formación
?
–Sí. Es una medida excelente. Supone transparencia, pero no sabemos si en este año se podrá aplicar. Tenemos un serio problema de cualificación y el empleo es nuestra prioridad como me consta que también la del Gobierno.
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