Gerardo cumple ahora su primer año como ingeniero en Alemania para la empresa AMG
Nómadas

Gerardo Jiménez, de camarero en Málaga a ingeniero industrial en Düsseldorf

Jueves, 26 de agosto 2021, 00:16

En plena pandemia tuvo su primera oportunidad laboral con unas prácticas como ingeniero y en este mes ya lleva un año ejerciendo como tal en ... Alemania. Gerardo Jiménez decidió aprovechar el pasado verano la oportunidad que le ofrecía su empresa, AMG Ingenieros, que tiene una de sus sedes en Málaga, para desarrollar trabajo de campo en el ámbito de las telecomunicaciones en el país germano.

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Todo pasó muy rápido. Fue terminar sus estudios y embarcarse con esta firma que opera en el ámbito de las telecomunicaciones. Primero, lo hizo a través del programa Ícaro, que está orientado a ofrecer la primera oportunidad laboral cuando se finalizan los estudios universitarios.

«Estuve tres meses de prácticas y al cuarto ya tuve un contrato normal», comenta Gerardo, quien justo después se embarcó en el reto profesional en Alemania. Este ingeniero industrial en la rama de mecánica es uno de los distintos empleados malagueños de AMG Ingenieros que trabajan hoy en este país europeo.

Cuando le propusieron irse para Alemania, se lo tomó «como una gran oportunidad». De hecho, Gerardo tiene un espíritu nómada y en sus genes familiares lleva lo de emigrar. Nació en Argentina hace ya 32 años, aunque ha vivido hasta la mayoría de edad en la localidad granadina de Almuñécar. A los 18 se fue a vivir en Málaga, donde ha compaginado sus estudios con trabajos en el sector de la hostelería. Gracias a ellos pudo costearse sus estudios como ingeniero industrial.

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No sólo es un reto profesional y personal sino también económico, ya que sus retribuciones allí son mayores. Gerardo asegura que vivir con su profesión en España no está tan bien pagado. «En Málaga he llegado a ganar más como camarero que como ingeniero», lamenta.

En los dos últimos meses se ha asentado en Düsseldorf, aunque hasta esa fecha ha estado moviéndose de una ciudad para otra en Alemania. Allí es el ojo derecho de su empresa, ya que se encarga de hacer un trabajo de campo fundamental para que AMG Ingenieros «acometa actuaciones y actualice planos» de distintas estaciones base de telecomunicaciones.

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En concreto, Gerardo fotografía y toma una serie de mediciones de las antenas de telefonía y los equipos electrónicos, una información precisa y necesaria para la expansión de su empresa, que ha abierto su primera sede fuera de España en Düsseldorf.

«Aquí tengo trabajo a largo plazo, pero la cuestión es decidir cuánto tiempo puede uno estar fuera», comenta Gerardo, quien confiesa que echa mucho de menos la vida en Málaga. El ambiente, el clima, la playa o la gastronomía son algunos ejemplos de lo que más añora este ingeniero.

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El tiempo libre lo aprovecha para verse con el resto de compañeros de AMG Ingenieros que viven en Düsseldorf o en ciudades relativamente próximas a ellas. «Quedo a comer con ellos para ponernos al día, pero también me gusta salir a correr», explica.

Con el idioma intenta desenvolverse como puede. Sobre todo lo hace con el inglés, que es bastante usado allí, pero también con «las cuarenta palabras en alemán» que ha aprendido en este año. El resto lo suple con comunicación no verbal. «Entender es querer entenderse», sentencia. Entre las lecciones que aprende sin ir a ningún curso están las del supermercado, donde se ve obligado a conocer el nombre de los productos en el idioma germano. Asegura que le ha llegado a sorprender el carácter de los alemanes. «Tenía otro concepto de ellos, porque no me esperaba que fueran tan amables», reconoce. Eso sí, cree, como el tópico, que, en líneas generales, son «cuadriculados». En este sentido, dice que con los trámites burocráticos suelen ser muy exigentes y poco flexibles con las normas.

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Recuerda también momentos duros, como los desayunos en invierno, con temperaturas bajo cero, en la puerta de una panadería en los momentos más restrictivos de la pandemia.

De la gastronomía del país que le acoge desde el año pasado, Gerardo alaba la cerveza, en especial la 'Alt', que es la que encuentra especialmente en Düsseldorf. Las salchichas, ni probarlas, porque nunca tuvo muy buen concepto nutricional de ellas, pero da buena cuenta de la carne, que allí «es de gran calidad y a buen precio». Eso sí, extraña el pescado que consumía en Málaga. «Como un plato de boquerones con una Victoria no hay nada», añora.

Cada tres o cuatro meses vuelve a Málaga para una semana, lo que aprovecha para llevarse embutidos y quesos de la tierra. También ha recibido recientemente la visita de su madre, que es a quien más echa de menos.

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AMG, una empresa que abre mercado en Alemania

AMG Ingenieros, que tiene su sede social en la localidad malagueña de Cártama, lleva año y medio trabajando para varios operadores de telecomunicaciones en Alemania.

En el país germano, no sólo tiene a Gerardo sino también a otros dos malagueños más, que hacen posible que esta empresa pueda hacer allí replanteos de estaciones de telefonía y diseños de redes para 4 y 5G. La compañía llegó a Alemania de la mano de otra empresa instaladora para trabajar con Telefónica, aunque hoy también trabaja para otras operadoras.

AMG Ingenieros fue fundada hace siete años y medio con tres socios, que empezaron a trabajar desde el salón de su casa en sus inicios. Hoy cuenta con una plantilla de más de medio centenar de profesionales relacionados con el sector de las telecomunicaciones. Estos se reparten en cinco sedes, además de Düsseldorf, la más reciente, y Málaga (en el PTA), la más antigua, cuenta con oficinas en Don Benito (Badajoz), Almería y Madrid.

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