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Las fiestas clandestinas en casas privadas sustituyen a las discotecas

Las fiestas clandestinas en casas privadas sustituyen a las discotecas

Los organizadores alquilan pisos o villas de lujo para celebrar eventos multitudinarios en donde se bebe y baila hasta el amanecer

Juan Soto

Málaga

Sábado, 12 de septiembre 2020, 00:55

No se promocionan por los canales oficiales ni hay relaciones públicas repartiendo flyers por las calles. Sus luces se encienden cuando se apagan las de los bares de copas y alumbran hasta el amanecer pese a las actuales restricciones por Covid-19. El cierre de las discotecas ha provocado la aparición de numerosas fiestas clandestinas que se celebran por toda la Costa en casas privadas lejos de los circuitos convencionales.

Estas nuevas celebraciones se desarrollan en ubicaciones secretas que sólo se comunica a los asistentes unas horas antes del evento para evitar la acción policial y previo pago de la entrada (que se abona por Bizum). Los organizadores suelen elegir lugares alejados e incluso villas de lujo con piscina para evitar denuncias vecinales y que se alerte a los agentes.

Como si se trataran de discotecas convencionales, en estas fiestas se concentran cientos de personas, se venden botellas de bebidas alcohólicas e incluso pinchan los DJ's del momento. A falta de salas legales, los eventos clandestinos se han convertido en el principal punto de encuentro de los jóvenes en la provincia. Sólo en Marbella, cada fin de semana se celebran dos o tres fuera de toda norma.

Para el fin de semana que ahora empieza, este periódico ha logrado localizar dos grandes eventos que se prevén celebrar en Marbella y se anuncian en la red social Instagram o a través de Whatsapp. La más importante de todas se promociona como 'Black & White Marbella' y sus promotores anuncian que será la fiesta de cierre del verano. Durará dos días y contará con la participación de algunos DJ's de la localidad.

A la hora de reservar, los promotores suelen ser muy recelosos a la hora de informar de la ubicación. Cuestionados por este periódico, en una de ellas aseguraron que se celebrará «cerca del puerto»; y en la otra, que la de este fin de semana será «la fiesta grande». En ambos casos dicen ser fiestas privadas de amigos pero abiertas a todas las personas que quieran acudir.

Fiestas sin control

El problema en estas reuniones clandestinas es que nadie suele encargarse de controlar el cumplimiento de las medidas de higiene y distanciamiento social que exige la administración andaluza. Tal y como se puede comprobar en diferentes vídeos que han circulado durante las últimas semanas, los asistentes bailan todos juntos (una práctica prohibida en Andalucía por el coronavirus) y conversan tranquilamente sin mascarilla ni respetar la distancia interpersonal.

Los primeros en alertar sobre esta práctica fueron los propios empresarios de la noche, que vaticinaron un aumento de fiestas clandestinas por el cierre de los locales legales. El pasado mes de junio, la Federación Andaluza de Empresarios de Salas de Fiestas y Discotecas (Andalucía de Noche) alertó de que el cierre iba a provocar «la proliferación del botellón y las 'raves' o fiestas con música clandestinas como alternativa para el ocio juvenil». Por aquella época, antes incluso de que se les permitiera abrir por primera vez, dijeron que dicha decisión iba a aumentar la organización de fiestas privadas con más de 20 personas en pisos de 80 metros cuadrados y «fiestas ilegales organizadas en espacios al aire libre o afters clandestinos sin ningún tipo de control».

A día de hoy, y tras comprobar todas las que se han celebrado a lo largo del verano, el vicepresidente del colectivo, el empresario Juan Rambla, lamenta que las administraciones no hayan hecho nada para evitarlo. Explica que también se están organizando muchas fiestas particulares más pequeñas y botellones en las playas. «Estaba claro; la gente no se va a ir a dormir a la 1 porque lo diga la Junta», apunta.

Para tratar de atajar estas fiestas, las diferentes policías locales de la provincia han puesto en marcha operativos más o menos amplios para neutralizarlas y detener a sus organizadores. En la capital, a mediados del mes de agosto los agentes descubrieron una fiesta clandestina en el polígono El Viso en la que participaban alrededor de 60 personas.

De forma similar, en Marbella explican que la semana pasada lograron evitar la celebración de una justo antes de que comenzara. No obstante, el concejal de Seguridad de la localidad asegura que muchas de las fiestas que se anuncian como Marbella se están celebrando en Estepona o en Mijas porque los organizadores buscan urbanizaciones que estén completamente vacías para no alertar a los vecinos.

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