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A Óscar Pérez se le dibuja una sonrisa cada vez que pone en marcha su saltamontes mecánico y empiezan a moverse las cabinas de la ... atracción. Tras dos años en blanco por culpa de la pandemia, el regreso de la actividad ferial le ha hecho recuperar la ilusión por un negocio al que lleva dedicándose toda la vida. «Estábamos al límite; muchas personas han tenido incluso que buscarse otros trabajos para llevar comida a sus casas», reconoce con resignación. Y por eso ahora, cuando el chaparrón del virus les ha permitido cerrar los paraguas y salir a la calle a trabajar con normalidad, en su cara se dibuja esa sonrisa de la que se contagian todos los que están a su alrededor.
Esta luz que reflejan sus ojos y labios están motivadas, sin duda, por la vuelta de las fiestas y verbenas populares a la provincia. Tras el silencio forzado por el Covid, las luces de colores, bocinas y megáfonos vuelven a resonar este año a todo volumen y sin descanso en los principales pueblos de la provincia. El regreso de la actividad ferial permite reactivar uno de los principales motores económicos del verano en Málaga.
La provincia acogerá este año 34 ferias y fiestas populares, lo que supondrá la vuelta a la normalidad anterior al nefasto 2020. La primera de ellas se celebró en Cajiz el pasado mes de marzo y la temporada se prolongará hasta el mes de diciembre, cuando se celebre la de Valle-Niza, en Vélez-Málaga. Con permiso del resto, la de la capital, que se celebrará del 13 al 20 de agosto, será la más esperada y aquella que nadie quiere perderse.
Aunque no existen datos certeros sobre el impacto económico que generan estas celebraciones en la provincia, diferentes profesionales consultados estiman que entre todas las celebraciones se podrían rondar los cien millones de euros de beneficio. Para estimarlo, parten de los datos presentados por el Ayuntamiento de Málaga en el año 2017, cuando informaron de que sólo la de la capital alcanza los 60 millones, y añaden que ésta representa prácticamente la mitad de los ingresos que obtienen los feriantes a lo largo de todo el año.
La de la capital es, sin duda, la más esperada por los profesionales de la provincia, ya que hasta ella acuden visitantes desde todos los pueblos. Por detrás se encuentran las de Marbella, que empieza el próximo martes y se prolongará hasta el 12 de junio, Antequera (del 17 al 21 de agosto), Torremolinos (del 26 de septiembre al 2 de octubre) o Fuengirola (del 6 a 12 de octubre).
El regreso de las ferias supone un motivo de júbilo para los colectivo de feriantes, peñistas y ciudadanos en general. Uno de los más satisfechos es el presidente de la Asociación de Empresarios Feriantes de Málaga y Provincia, Rafael Blánquez, quien considera que la vuelta de la actividad es una noticia fantástica. Confiesa que las primeras que se han celebrado (ya ha habido siete en la provincia) han ido bien, aunque de momento prefiere mostrarse prudente a la espera de conocer cómo será la evolución futura. «Las primeras ferias no han ido mal, pero habrá que esperar un poco para ver cómo será la temporada y cómo responden los usuarios».
La Feria de Málaga, fecha marcada en rojo en el calendario
La Feria de Málaga, que se celebrará del 13 al 20 de agosto, es la fecha que está marcada en rojo en el calendario de todos los feriantes. Con más de 400 negocios (entre atracciones, locales de rifa y comida) y 120 colectivos con caseta, la gran fiesta del verano de Málaga es la que marca el ecuador del calendario ferial. Por ello, la concejala de Fiestas en el Ayuntamiento, Teresa Porras, considera que su regreso es una gran noticia, sobre todo para los feriantes, «que ha sido el colectivo más castigado». Sobre la próxima celebración, reconoce que la sociedad está muy ilusionada hasta el punto de que han recibido más solicitudes de casetas que nunca. Y ese no es mal comienzo.
Lo que es indudable –apunta– es que será mejor que las anteriores, cuando los cacharritos tuvieron que quedarse guardados en almacenes. Blánquez es consciente de que la vuelta de la actividad ferial va a permitir a muchas familias recuperar su forma de vida, aunque la situación es todavía compleja porque el colectivo arrastra muchas pérdidas que ahora deberán recuperar poco a poco y con paciencia. «Y eso sin olvidar que cualquier brote o problema económico puede dar al traste con la ansiada recuperación».
Este profesional del sector, que esta pasada semana ha estado trabajando en la feria de Antequera, apunta que los usuarios han cogido con ganas los cacharritos, pero no esconde que la situación económica que viven las familias no ayuda a despegar: el aumento del coste de vida, del precio de los productos básicos, de los combustibles y de la energía provoca que haya menos dinero disponible y que «se gaste menos en las atracciones». En este sentido, Blánquez resume que su trabajo es muy inestable y que el gasto depende de muchos factores que no se pueden valorar por anticipado. «Si la cosecha ha ido mal en un pueblo, ese año no habrá dinero».
100millones es el impacto económico estimado de las celebraciones; 60 solo de la la capital.
5.000familias viven en Andalucía gracias a las ferias y verbenas populares
En referencia a la situación que arrastra el sector, Blánquez reconoce que algunos ayuntamientos se están portando bien con ellos y les están reduciendo las tasas para que puedan ganar más y recuperarse antes. Otros, en cambio, les están ofreciendo menos días de feria alegando cuestiones económicas, algo que ellos rechazan de plano porque «no es rentable montar una feria para solo tres días».
Se estima que más de 5.000 familias viven en Andalucía gracias a las ferias y fiestas populares. El presidente de la Asociación de Feriantes de Andalucía, Antonio Palacios, coincide con Blánquez en la radiografía del sector y añade: «La asociación ha tenido que buscar dinero para algunos asociados porque no tenían ni para salir». Respecto a las primeras ferias de la temporada, expone que han ido bien. «La gente de momento está contenta y espera que toda la temporada continúe así», resume. «Por ahora la gente se está volcando en ir a la feria, pero es un tema muy volátil y puede variar con cualquier cosa que ocurra», añade.
El regreso de la actividad ferial es también un motivo de satisfacción para colectivos peñistas y responsables de casetas. El presidente de la Federación Malagueña de Peñas, Manuel Curtido, dice sin tapujos que «es una alegría inmensa» porque a ellos les permite cumplir con uno de sus grandes objetivos, que es mostrar el folclore tradicional, llevar a cabo actividades y, en definitiva, colaborar en la defensa de las tradiciones.
Además, y aunque a nivel económico no supone un gran incentivo para ellos, reconoce que cualquier euro que gane, positivo es. «Casi todas vamos a la feria lo comido por lo servido, aunque si algunas peñas ganan algo también es bueno para todos», sostiene.
Cuestionados por el regreso de estas celebraciones populares, los diferentes ayuntamientos de la provincia también se muestran satisfechos por cuanto suponen un atractivo para los pueblos y para la llegada de turistas. En Marbella, cuya feria comenzará la próxima semana, esperan una gran afluencia. «Confiamos en que sea una cita muy positiva para nuestros negocios, que, después de dos años muy complicados, están reactivándose». Para que ellos también recuperen la sonrisa.
Han colaborado: Vanessa Melgar y David Lerma
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