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El 8 de marzo de 2018 las calles de Málaga –como en el resto de España– se llenaron de decenas de miles de personas en una histórica manifestación feminista. Aquellas imágenes que dieron la vuelta al mundo parece que no volverán a repetirse en 2022, porque en esta ocasión el feminismo acude dividido –incluso se barajó la posibilidad de que hubiera varias convocatorias paralelas, algo que al final no ha ocurrido– a esta jornada de reivindicación debido a la falta de consenso sobre la 'ley Trans', una legislación que ha hecho estallar las agendas comunes y que ha dividido a la mayoría del feminismo asociativo de los partidos políticos de izquierda.
En el caso de Málaga, el lema de la concentración (19 horas, alameda de Colón) es 'El feminismo es abolicionista', en una clara referencia a la prostitución. En el manifiesto, de hecho, se exige una ley de abolición de la prostitución que ampare a las mujeres, «proporcionando salidas educativas y laborales, vivienda e ingresos de inserción social, apoyo y ayuda integral necesaria para recuperar su libertad, penalizando el proxenetismo, a los puteros, y la publicidad de la prostitución y pornografía».
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La abolición de la prostitución había sido objeto de debate dentro del feminismo, aunque en estos últimos tiempos se había alcanzado una mayoría bastante clara al respecto. Sin embargo, el anteproyecto de la 'ley Trans' lleva más de un año haciendo mella dentro del colectivo de asociaciones feministas, divididos y enfrentados entre aliados históricos.
En Málaga, la situación es muy similar al resto de España. Por primera vez en varios años, la coordinadora 8 de marzo (encargada de organizar la manifestación) no ha hecho públicos los nombres de las asociaciones firmantes del manifiesto. Según fuentes consultadas, esto se ha debido a que algunas asociaciones y los partidos políticos de izquierda no han firmado este texto al no estar de acuerdo con dos de los veintidós puntos, en concreto los que tienen que ver con esta futura legislación.
En ellos se exige la retirada de este anteproyecto de autodeterminación jurídica y registral del sexo «inspirados en la teoría Queer», y la realización de una evaluación de impacto sobre los derechos de las mujeres. Asimismo, las asociaciones piden dejar de ser perseguidas políticamente, «borradas, silenciadas, canceladas y sancionadas por defender el sujeto político mujer y el sexo como categoría material».
Fuentes de la coordinadora consultadas por este periódico sostienen que en la última reunión del año pasado se decidió que la coordinadora era abolicionista, recalcando que estaban en contra de los vientres de alquiler, de la prostitución y de la autodeterminación de género. Sin embargo, en 2022 el manifiesto profundiza más en estas cuestiones. «Se creó una comisión de manifiesto y se propuso un texto que se llevó al plenario. IU, Podemos y la sección feminista de La Nave se pronunciaron en contra, el resto (unas 16 asociaciones) a favor», señalan.
Preguntada por esta cuestión, la responsable provincial de Feminismos de Podemos, Micaela Jiménez, aseguró a SUR que el año pasado ya se mostraron en contra de introducir estas cuestiones, pero que todo se realizó muy deprisa. «Este año el manifiesto se ha presentado antes, se valoró con las compañeras y vimos que casi todos los puntos eran suscribibles menos el nueve y el diez. Sería una contradicción por nuestra parte que la ministra de Igualdad sea de Podemos, plantee estas leyes y luego nosotras estuviéramos en contra», sostiene Jiménez, que recalca que además en Podemos Málaga están a favor porque se amplían los derechos de las personas trans. «En Andalucía ya tenemos una ley similar», matiza.
Ante esta situación, Podemos (al igual que IU) acudirán a la marcha oficial, pero lo harán con una pancarta propia y no bajo el paraguas de la coordinadora. «Ese espacio (la coordinadora) no está permitiendo discrepancias, así que ya avisamos de que se va a abrir una brecha en el futuro a corto plazo. Ahora no se trabaja en pos del consenso, sino de la confrontación», señala la responsable de Feminismos de Podemos, que afirma que en 2018 se aparcaron temas para primar el consenso. «Ahora parece que hay interés en dividir, y eso está ocurriendo frente a una extrema derecha que quiere arrasar con todo. Nos estamos despistando», sentencia.
Otro partido que tampoco ha firmado oficialmente el manifiesto es el PSOE, cuyo sector feminista es muy relevante. A pesar de que la postura de los socialistas como formación es más parecida a la de Podemos, la secretaria de Igualdad provincial, Fuensanta Lima, sostuvo en declaraciones a SUR, que su posición es que el objeto político del feminismo es la mujer, haciendo buenas las tesis de la exvicepresidenta, Carmen Calvo, y no tanto las de la actual dirección nacional. «Estaremos junto a la plataforma 8M como siempre. Reivindicando lo mismo que ha reivindicado el movimiento feminista», argumentó.
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