Las farmacias de Málaga, desabastecidas del medicamento estrella para adelgazar

Según los datos oficiales de la Junta de Andalucía, de enero a septiembre se habían expedido un total de 31.291 envases. Sin embargo, fuentes de distribuidoras y las propias farmacias tienen claro que, por lo menos, podrían haber vendido un 40 por ciento más de unidades si las hubieran tenido disponibles. Y eso a pesar de que es un medicamento con receta que tiene un precio de venta al público de unos 128 euros al mes.

Preguntados por este desabastecimiento, fuentes oficiales de Bidafarma (la principal distribuidora de medicamentos, con un 70 por ciento del mercado en Málaga) explican que por parte de ellos y de otras distribuidoras, se sigue el proceso habitual de pedir unidades al laboratorio, que es quién tiene que enviarlas. «No hay ningún problema específico aquí, es un tema de producción en origen, que no dan abasto», matizan.

Varios expertos consultados describen cómo es el proceso que lleva a un medicamento a las farmacias, y por qué en este caso hay falta de éste en concreto. Así, después de que consigue fabricarse un medicamento, se lleva a la Agencia Europea o a la Agencia Española del Medicamento, que otorga una autorización de distribución. En cuanto al precio, el mecanismo que prima tiene que ver con que si entra en la prestación pública. Existe una Comisión Interministerial de Precios, que es el que ha tomado la decisión de que cueste esos 128 euros. Esto es algo muy relevante, ya que en otros países como Estados Unidos su precio puede ser del triple o incluso más caro.

Tal y como señalan estos expertos, Novonordik, que así se llama el laboratorio, tendría un problema de distribución. Esto es debido a varias cuestiones, como por el hecho de que muchos de los principios activos de los medicamentos se están fabricando fuera de la Unión Europea. De hecho, a la India hay quien la llama ya la 'farmacia del mundo'. Las guerras, la situación económica e incluso el covid llevan años afectando al comercio internacional, lo que también afecta a la industria farmacéutica.

A esto hay que sumar que Ozempic es un caso en el que se ha encontrado «con una expectativa de mercado que no esperaban», señalan estas fuentes, que al mismo tiempo matizan que el laboratorio ha reaccionado y está en proceso de ampliar instalaciones. «El problema de España es que por la renta media, la comisión establece precios baratos y les interesa menos vender aquí», añaden.

A todo esto, además hay que añadir la razón más obvia de todas, que es que se ha aumentado la demanda por un «uso lícito», dicen estad fuentes. Hace aproximadamente un año que se disparó la demanda, ya que se estaba utilizando para un perfil en concreto de diabéticos tipo dos, y ahora para otros públicos.

Este periódico ya avanzó hace justo un año lo que parecía que estaba ocurriendo con el Ozempic, ya que en los últimos meses de 2022 no paraban de aumentar los usuarios que compartían vídeos en plataformas como Instagram o TikTok en los que alardeaban de cómo una simple inyección les había ayudado a perder peso bajo etiquetas como #MyOzempicJourney. Sin embargo, los expertos ya lanzaban la voz de alarma y recordaban que no debía tratrase como un mero producto milagro dado que, como todos los tratamientos, tiene efectos secundarios. Su administración indebida puede acarrear consecuencias muy graves.

Ozempic contiene el principio activo semaglutida y, como indica la Agencia Española de medicamentos, «ayuda al cuerpo a reducir el nivel de azúcar en sangre cuando dicho nivel está demasiado elevado y puede ayudar a prevenir una enfermedad cardiaca». «Se usa para tratar a adultos (a partir de los 18 años de edad) con diabetes tipo 2 cuando la dieta y el ejercicio no son suficientes», agregan. Funciona mediante la imitación de una hormona que regula el apetito y crea la sensación de saciedad, ante lo cual se ha demostrado que puede producir una reducción promedio del 6 al 15 por ciento del peso corporal en un año. El fármaco se administra como una inyección bajo la piel (subcutánea) una vez a la semana. En caso de tomar más de la dosis marcada, «es posible que experimente efectos adversos como náuseas», recoge su prospecto. En cualquier caso, y al menos en España, tiene que ser recetada por un médico.