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El uso del móvil en las aulas ha sido objeto de regulación y eliminación en los primeros cursos de Secundaria y ahora el objetivo de algunas familias se ha centrado en el «uso y abuso» de los dispositivos electrónicos. 'Más libros y menos pantallas' es ... el lema de la campaña puesta en marcha por un grupo de familias para que se regule, limite y se vuelva al libro físico, según han detallado en una concentración ante la delegación de Educación de Málaga en la mañana de ese lunes.
«Igual que ha sucedido con el móvil, queremos crear conciencia sobre los perjuicios del uso de las pantallas y dispositivos electrónicos. Así lo indican muchos estudios y países que fueron pioneros en la digitalización están retrocediendo en esos proyectos», han señalado Ana María Marín y Laura Ferrer, dos de las madres que se han movilizado contra las pantallas en las aulas.
Aseguran que algunos colegios concertados están pidiendo a las familias que compren un Chromebooks (un pequeño ordenador portátil, pero con el sistema operativo de Google con almacenamiento en la nube) para alumnos a partir de quinto curso de Primaria. En algunos casos se vende en los propios centros, han denunciado.
«Confiamos en nuestros colegios, en los profesores y en sus equipos directivos, pero en quien no confiamos es en los intereses de las empresas tecnológicas, distribuidoras de estos dispositivos digitales, a las que poco o nada, le interesa ni la salud mental de nuestros hijos en el futuro, ni las adiciones que provoca», indican.
Algunos de estos padres forman parte del movimiento 'Adolescencia libre de móviles de Málaga', que ha invitado a las familias, a un encuentro en los parques de las ciudades, para disfrutar con nuestros hijos al aire libre y poder charlar sobre las inquietudes sobre pantallas y móviles. Ana María Marín se ha mostrado satisfecha por la prohibición del uso de móviles en los colegios e institutos, aunque piensa que debería ser incluso más restrictivo, pues se permite un uso pedagógico.
Aclaran este grupo de madres que «no estamos contra la tecnología ni la digitalización», pero sí contra la exposición a edades tempranas. «Se trata de proteger a la infancia de los intereses de una industria poderosa, cuyos intereses no coinciden con lo que necesitan nuestros hijos» y denuncian que se están obteniendo beneficios con la venta de datos de los alumnos.
Mientras no se demuestren los beneficios pedagógicos debidamente justificados y la ausencia de efectos perjudiciales del uso de Chromebooks, y ordenadores en las aulas, este colectivo pide «prudencia y que no se usen, porque va en detrimento de los libros en papel y del aprendizaje de la lectura y escritura. Está demostrado que el exceso de estímulos de las pantallas digitales disminuye su atención y capacidad de concentración».
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