Una familia de Irlanda adopta al cachorro que apareció tirado a la basura en Málaga

Dos días después abrió en su móvil la página web de SUR in English, y se encontró con un artículo en el que la Protectora de Málaga buscaba un nuevo hogar para Ulises, el cachorro de mastín que apareció moribundo dentro de un saco en la basura el verano pasado. «Esta es mi señal», se dijo. Edmonds vio dos elementos que le atrajeron poderosamente: el primer perro que adoptó cuando tenía 18 años también había aparecido en un contenedor de residuos en su pueblo natal, hace 30 años. Y este se llamaba igual que la obra maestra de uno de los principales escritores irlandeses, James Joyce. «Esas coincidencias me hicieron ver que Uli era el adecuado», asegura, emocionada.

Yvonne y Kieran, que es director de ingeniería de la multinacional Johnson&Johnson, se encuentran pasando unos meses en Conil. Enseguida, escribieron a la Protectora para interesarse por el caso. «Mandé muchas fotos de nuestros perros anteriores para que vieran que los amamos». Tras un mes de contactos, visitas y trámites para la documentación, esta semana viajaron a Málaga para recoger a su «regalo de Navidad». «Adoramos a Uli, es tan bonito... Sabemos que tiene algunos problemas de socialización pero es tan noble y cariñoso, es un perro increíble». Sobre Inma Laure, la voluntaria de la Protectora que se ha encargado de cuidarlo en su casa durante estos meses, afirma: «Ha hecho un milagro, ver cómo estaba y cómo está ahora...» 

En la Protectora le explicaron que Ulises tiene leishmania y requiere un tratamiento crónico: «Pensamos que este perro no lo tendría fácil para encontrar un hogar porque necesita atención veterinaria y trabajo, nos sentimos afortunados de podernos permitir el pago de los medicamentos, eso no será un problema». Además, a lo largo de su vida han tenido tres perros y siempre de gran tamaño, en su mayoría pastores alemanes. Yvonne es actualmente voluntaria en un refugio para gatos en El Colorado, una pedanía de Conil. «Mi marido y yo amamos a los animales», sentencia.

La pareja estará en su actual residencia hasta mayo y luego regresará a su pueblo natal, Limerick, en las montañas del sur de Irlanda, aunque esperan regresar pronto a España. El viaje de vuelta lo harán en coche, que tendrán que adaptar para que sea más cómodo para el mastín. La previsión es cruzar en ferry desde Bilbao, que tiene camarotes específicos para viajar con mascotas. «Es la mejor forma porque Ulises puede estar con nosotros en el camarote y así no tendrá ansiedad». Yvonne concluye con un agradecimiento también para SUR: «Muchas gracias por publicar el artículo que nos permitió conocer a Uli».

A principios de junio del año pasado, un vecino de la barriada Puertosol, en la capital malagueña, escuchó unos gemidos dentro de un contenedor para restos de podas. Allí encontró un saco de escombros cerrado a conciencia con unas cuerdas, y dentro había un cachorrón de mastín español de siete u ocho meses, agonizando. Agentes del Gruprona de la Policía Local lo rescataron y contactaron con la Protectora de Animales, que se hizo cargo del can y lo ingresó en un hospital veterinario. Tras el alta y hasta su adopción ha vivido en la casa de Inma Laure, en Mijas, una voluntaria que forma parte de la red que la ONG mantiene para los animales que están en un situación especialmente vulnerable.