Hace falta una revolución en el modelo sanitario

El modelo tiene que cambiar, sobre todo en la gestión. No parece razonable que los cargos sanitarios se den como premio a una fidelidad política. El carné del partido no puede ser lo que más puntúe en el currículum vitae de nadie. Ojo, no quiere decir que alguien que milite en un partido no sea válido para dirigir un hospital, por ejemplo, o una dirección en la Consejería de Salud, pero lo que está claro, y así lo demuestran los hechos durante décadas, es que el carné del PSOE o del PP no garantiza que se sea un buen gestor. Quizá deberían probar a poner en estos cargos a profesionales que han demostrado ser buenos gestores. ¿Por qué no se hacen fichajes de grandes gestores como se contratan a asesores personales para los políticos? No es tan difícil, aunque eso suponga dejar fuera a los 'compis' de partido. La salud debe estar por encima de todo. Después está el tema de los médicos. Hay una clara desafección de los mismos con el sistema, porque simplemente no creen en él. En el momento que han podido la inmensa mayoría han corrido a la sanidad privada para complementar sus ingresos, algo por otro lado legítimo, pero que destapa que desde lo público no se les paga lo suficiente. Hay quirófanos vacíos en los hospitales del SAS por las tardes porque no hay profesionales suficientes para atenderlos. También habría que darle una vuelta a la productividad de los propios sanitarios. Hay un programa que funciona a las mil maravillas, que es el de trasplantes, donde los profesionales cobran por el trabajo desarrollado. Y cobran bastante bien por cierto, porque se lo merecen. Quizá sea el momento de desterrar el concepto de que todos cobran lo mismo, hagan lo que hagan. Vamos, lo que suele aplicarse en la gestión privada. ¿Por qué hay que cortarle las alas a un médico de la pública que muestre más interés y sea más productivo que otro? ¿Por qué? También hay que apostar más por la sanidad privada a través de los conciertos. Hay que desterrar la idea de que la sanidad en este ámbito es de segunda división. Eso es falso, salvo en cuestiones muy puntuales como es el caso de los trasplantes. Es más, está más que demostrado que la gestión es más eficiente. Muchos médicos de la privada son los que también operan en la pública y la mayoría de pacientes lo que quieren es operarse o que lo vea un especialista cuanto antes. Durante la pandemia del Covid la sanidad pública y la privada caminaron de la mano y se dieron muy buenos resultados.

Por último, no hay que olvidarse de la atención primaria, donde los médicos también están desmotivados, además de por el sueldo que cobran, porque no tienen la autonomía necesaria para pedir pruebas diagnósticas y para derivar de una manera rápida a los pacientes a los especialistas. Juanma Moreno se tendría que dar cuenta de esto, porque tiene un equipo que no gestiona bien, a unos profesionales desmotivados y unas listas de espera que no dejan de crecer pese a las inyecciones millonarias. Sin duda, hace falta una revolución en el modelo sanitario...