La factura de la luz en los hogares ha subido de media más del 50% en Málaga

«Me ha ha sorprendido bastante la elevada factura de la luz. Si le añado lo que ha subido el precio de la gasolina, me parece una locura lo que está pasando. La vida es cada vez más cara. Lo único que no suben son las nóminas», lamenta Jurado en conversación de este periódico. En su caso, ni ha tratado de minimizar el uso de electrodomésticos ni lo ha aumentado. El ejemplo de Jurado es paradigmático y se repite en estos tiempos por millones de españoles que miran con cara de desconcierto la factura de la luz.

«He hecho justo lo que he hecho el año pasado. Si hacía calor, ponía el aire. Las lavadoras, según la necesidad. No voy a poner una lavadora en mitad de la noche si tengo que madrugar para ir a trabajar», añade con indignación.

En muchos hogares malagueños, la factura de la luz se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza y en un roto para la cuenta corriente. El aire acondicionado ha pasado de ser un elemento de confort a ser un lujo necesario en el caso de Málaga, que está dejando atrás uno de los veranos con más humedad en su historia. En algunos hogares se ha pasado al encaje de bolillos de los tramos horarios. Aunque sin efectos realmente visibles a final de mes.

Así lo ve Rafael Llamas, un vecino de Ciudad Jardín, que vive en un piso junto a su pareja. Hace justo un año, su última factura de luz era de 57 euros. Ahora, acaba de pagar de pagar 81 euros. Un incremento del 42,7%. «Es verdad que he puesto algo más el aire acondicionado que el año pasado porque ha hecho más calor. Por una baja, también he pasado más tiempo en casa. Pero la subida es bastante elevada», señala. En el caso de que no baje el precio de la luz, algo de lo que no existen indicios en estos momentos, haciendo el calculo a doce meses, Jiménez habrá pagado 408 euros más que en 2020.

La medida estrella del Gobierno fue rebajar el IVA del 21% al 10% en junio, este ahorro ya se ha diluido por el aumento del precio de la luz y el poder adquisitivo en los hogares se sigue mermando. Las uniones de consumidores llevan meses elevando la voz por una situación que califican de insostenible.

En muchos hogares, advierten, el aumento del precio en la factura de la luz puede marcar la diferencia entre poder llenar la nevera a últimos de mes o no. El presidente de la Unión de Consumidores de Málaga, Jesús María Burgos, apela al Gobierno para que actúe de una manera que le haga posible bajar el precio de la luz. «España es de los países con la factura más elevada. Otros estados miembros como Francia o, sobre todo, Alemania, con mayores sueldos, pagan mucho menos. Nuestro sistema necesita una revisión urgente, que no pase por los bolsillos de los consumidores, esclavizados al pago como un artículo de lujo de un suministro del que no se puede prescindir», critica.

Para Burgos, la idea de abaratar la luz por tramos horarios ni tan siquiera ha funcionado de manera paliativa. Da por hecho que la mayoría de la población ha desistido ya y tira de consumo cuando lo necesita. «¿Quién va a esperar hasta las diez de la noche si los niños tienen que cenar?», se pregunta.

El incremento de la luz afecta a hogares y también a negocios, que están viendo como la alta factura estrecha los márgenes de beneficios y amenaza la recuperación cuando aún persisten muchas heridas provocadas por la pandemia. Rafael Jiménez, que tiene una marisquería en el Mercado del Carmen, Cocedero Victoria, ha pagado en agosto 520,72 euros. En julio, la factura, con una actividad prácticamente idéntica, era de 415,17 euros. «Esto es insostenible. Si sigue así, no me queda otra que aumentar los precios. Al final, mi cliente acabará pagando más. Es que si no, no me salen las cuentas. Al año son 1.260 euros que pagaría más de luz si esto sigue igual», denuncia.

También lamenta que el precio de la luz esté «poniendo en riesgo la viabilidad de mi negocio». Después de la pandemia, señala, el Cocedero Victoria aún se está recuperando de los meses de cierre forzoso y de las restricciones. «Ahora viene el aumento de la factura de la luz. Se está comiendo los márgenes de beneficios que tengo», asegura.

En el Mercado Atarazanas tiene su puesto desde hace 38 años José Manuel Pastor. En 'Congelados Atarazanas' vende todo tipo de pescado congelado. Cuenta con siete neveras de gran tamaño. Aunque ha hecho todo lo posible por reducir el consumo de luz, poniendo luces led en su puesto, la última factura que le ha llegado ha sido la más abultada desde que tiene su puesto.

«La última factura que me ha llegado ha sido de 273 euros. Solía pagar, hace un año, entre 170 y 190 euros. Esto me supone un gran extravío. Yo no puedo elegir cuando vienen los clientes y cuando no. La luz se come parte de los beneficios», explica y pide soluciones al Gobierno.