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Botox, crema antiedad y tratamientos de barro: nunca antes el anhelo de la eterna juventud y una belleza sin arrugas era tan fuerte como ahora. Eso cabría pensar. Por el contrario, se puede observar ahora en todas las redes sociales una tendencia que va en la dirección contraria. Bajo el hashtag de #FaceAppChallange, se constata como muchas personas se ocupan en estos momentos con el proceso biológico a la inversa. Quien luce una piel fina e inmaculada, ahora quiere verse de repente imperfecto y con canas. Con pulsar un botón, la aplicación envejece cualquier retrato para varias décadas. Incluso un cambio de sexo es posible. Por poder, también cabe la posibilidad de retroceder en el tiempo y volver a tener cara de niño. La oferta de la aplicación es amplia y variada.
Favorita indiscutible, sin embargo, es la opción del envejecimiento. Lo que no deja de ser sorprendente, cuando en el mundo de internet suele primar la presentación sin manchas ni defectos. Poner a prueba la propia perfección. FaceApp está en el número uno de aplicaciones más solicitadas en el Apple Store. Unos 100 millones de usuarios quieren ver su futura vida marcada por un semblante que aparece en este espejo mágico. ¿Qué tiene esta aplicación que seduce tanto? Para empezar, la facilidad con la que funciona es uno de los puntos a su favor. Los aspectos amenazantes de la vejez se convierten en imagen. Y con ello en algo que se puede dominar. FaceApp hace del proceso de envejecer algo que resulta controlable. Reversible, incluso. Pulsando un botón, se borra la foto y las arrugas acaban en la papelera.
El hombre mayor, el mismo que según Simon de Beauvoir ve a los más jóvenes como de otra especie, se coloca ahora en el foco. Pero no para hacer un análisis de la edad o para abrir un debate filosófico sobre la muerte. Lo que ocurre aquí más bien se podría denominar como efecto Dorian Grey. La figura de Oscar Wilde, que posee un cuadro que solo envejece por una parte, al mismo tiempo que él tiene una vida infame a pesar de su eterna e inmaculada belleza. ¿Existe algún paralelismo con el rostro arrugado de FaceApp? Para Luis Ayuso, doctor en Sociología y profesor titular en la UMA, esta última moda viral está relacionada con la actual obsesión que existe, según él, con la imagen. «Siempre nos ha interesado, pero ahora mucho más. Para el tema de ser más atractivos. Para el tema del capital erótico», explica Ayuso.
Pero en los parámetros clásicos, la belleza nunca ha estado relacionada necesariamente con la vejez. El sociólogo tiene una explicación que está relacionada con «la curiosidad que tenemos para saber cómo seremos de mayores». «Las actuales sociedades, tenemos una mayor conciencia de que vamos a ser viejos», añade. Esto, desde el punto de vista sociológico, supone un cambio importante. De mirar hacia atrás, ahora se ojea hacia adelante: «Un rasgo muy interesante de las sociedades actuales es que ahora miramos al futuro. Antes, el proceso de vida terminaba prácticamente cuando te reproducías».
Ahora, la vejez no está mal vista. Incluso, puede haber cierto anhelo porque se relaciona con la jubilación. Hemos visto como se ha sustituido la palabra viejo, que tiene características peyorativas, por hombre mayor o persona de tercera edad. «El hombre tiene curiosidad. Siempre nos hemos preguntado de dónde venimos y hacia dónde vamos», señala Ayuso. Un deseo que saben explotar las empresas especializadas en el Big Data, que aprovechan la ligereza del usuario a la hora de aceptar los términos y condiciones que marcan las aplicaciones. «Ahora se desarrolla esta aplicación y se pone de moda. Mañana será otra, pero el fin es el mismo», precisa. La segunda pata que explica el atractivo tiene que ver con las nuevas formas de comunicación. Después de hacer la foto, hay que compartirla en las redes sociales. «La forma de comunicarnos está medida por las nuevas tecnologías y por la sociedad del espectáculo. No es tan importante ver a la Gioconda como hacerle una foto y hacer saber a todo el mundo que has visto a la Gioconda», asegura Ayuso.
El oráculo de FaceApp sigue dictando sentencia digital, puede que la aplicación prepare al usuario para sienes grises y arrugadas. Demencia, caída de dientes y dolores fuertes, los verdaderos retos de la edad, permanecen ocultos tras el espejo. FaceApp es un dulce envejecer.
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