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Pican, hacen ruido e, incluso, desprenden un mal olor. En latín, su nombre suena hasta ostentoso: 'vespa orientalis'. En el lenguaje de la calle, se conoce como avispón oriental y todo lo que se relaciona con esta especie invasora, que se está propagando en la ... provincia de Málaga, trae consecuencias negativas. En el entorno urbano, tiene en pie de guerra a muchos vecinos de ciudades como Málaga, Torremolinos, Benalmádena o Cártama. Los avistamientos hace tiempo que pasaron de anecdóticos. Pero la expansión de la plaga del avispón oriental por la provincia también supone una amenaza para el campo malagueño. La agresividad de esta especie se traduce en ataques a las abejas que producen miel y suponen un riesgo potencial para diferentes cultivos, como los de cítricos o el trigo.
José Antonio Fortés es un apicultor malagueño, con varias colmenas en Alcaucín. «El avispón oriental supone una gran amenaza. Si fallan las defensas de la colmena y logra introducirse, se come a las abejas en cinco minutos», advierte. La manera de proceder del avispón oriental responde a la de cualquier especie que tiene la capacidad para moverse en enjambres. «Primero mandan a las exploradoras. Éstas se meten en las colmenas. Si tienes una colmena sana, con buenas defensas, las abejas matan a estas exploradoras. Pero si no, salen y avisan al resto. Vuelven en enjambre y se hacen con todo», detalla Fortés.
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La abeja se convierte en un manjar para esta especie invasora que hizo sus primeras apariciones en la provincia de Málaga en 2016. «Entran en la colmena, les cortan las cabezas y se comen el abdomen, que lleva la miel y el polen», señala.
El presidente de la Asociación Malagueña de Apicultores, Fernando de Miguel, confirma a SUR que el avispón oriental se puede convertir en un problema si no se controla su expansión. «En estos momentos, no es lo que más nos perjudica a los apicultores, pero cualquier especie de este tipo es una amenaza y conviene que se controle», pide. Lo que hoy todavía se puede atajar, si pasa un momento crítico, se vuelve incontrolable. Hay varios ejemplos en la provincia de Málaga. Las cotorras argentinas representan uno.
La asociación agraria COAG acaba de dar la alarma. En un comunicado, avisa de la «expansión progresiva» de esta especie y de sus peligros para el campo. «La vespa orientalis ataca las colmenas en busca de alimento, se lleva las reservas de miel y polen y acaba con la cría», asegura el presidente regional de COAG, Antonio Vázquez. La asociación insiste en la necesidad de que el avispón sea declarada «especie exótica invasora» y exige a la Junta que ponga en marcha un plan de control «en el que se implique a los ayuntamientos».
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En Asaja, la asociación agraria de más peso en Málaga, también se observa la expansión del avispón oriental con preocupación. El responsable de Asaja para frutas y hortalizas, Benjamín Faulí, reconoce a SUR que el avispón oriental pone en riesgo el ciclo de la polinización natural de los árboles frutales. «La Junta debe estar pendiente de lo que está pasando y actuar para evitar que la presencia de esta especie sea irreversible», solicita. Las competencias en esta materia, así lo señalan fuentes oficiales de la Junta, está en la Consejería de Medioambiente. El delegado de la misma en Málaga, José Antonio Víquez, señala a SUR que los técnicos de Medioambiente son conscientes de la problemática que genera el avispón oriental. «Estamos monitorizándolo», asegura Víquez.
Las asociaciones agrarias, sin embargo, piden que se dé un paso más y que la Junta declare al avispón oriental como una «especie invasora exótica».
Juan Zamudio es el gerente de Rapiplaga, una empresa especializada en la extinción de plagas. En las últimas semanas, el avispón oriental le ha generado mucho trabajo. Otro hecho que confirma la expansión de esta especie. «Hemos pasado de atender un caso una vez al mes a tener una actuación, prácticamente, cada día», señala a SUR.
Este experto en plagas asegura que se trata de una especie «muy agresiva» y que está poniendo en peligro tanto la flora como la fauna local. «Se expande con enorme velocidad. Estamos ya en un punto en el que podemos hablar de crecimiento exponencial», lamenta Zamudio.
La causa de la propagación del avispón oriental la ve en una falta de acción para combatir la presencia de nidos por parte de las autoridades locales y regionales. También la vincula a las altas temperaturas. «No es lo normal que en noviembre sigan poniendo nidos. Pero con estas temperaturas no tienen problema», añade.
El experto en plagas vaticina que la presencia del avispón oriental «irá a más» en la provincia y cree que se va a convertir en uno de los grandes enemigos que tendrá la agricultura «de aquí a cinco años».
En estos momentos, asegura, no hay «trampas efectivas» para acabar con una plaga si se detecta. «Todo pasa por acabar con el nido», subraya. Los trabajos de extinción se producen por la noche, una vez que todos los avispones están dentro del nido. «En ese momento, se aplica una solución especial sobre el mismo y se puede acabar con él. Nunca se puede actuar sobre el nido a mediodía, por ejemplo. Las avispas retornan y cuando se dan cuenta de que el nido no está se vuelven muy agresivas», advierte. Zamudio también recomienda avisar a los ayuntamientos correspondientes si se detecta la presencia de un nido.
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