Manuel –nombre ficticio para preservar la identidad del policía– lleva toda una vida tomando el pulso a las calles de la capital en un radiopatrulla. Asegura haber visto de todo, sin embargo, insiste en que lo que está viviendo estos días, a raíz de que el Gobierno decretase el confinamiento de la población, no le había pasado nunca. «El otro día sancioné a un grupo de jóvenes por estar reunidos y beber en la calle, incumpliendo así la cuarentena. Hasta ahí todo normal, pero me quedé sorprendido cuando los vecinos, que presenciaban la intervención, comenzaron a aplaudir y a felicitarme cuando les entregué la copia de la denuncia. Eso no había pasado nunca, ni a mí ni a ningún compañero», sentencia.
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Asegura que la gran mayoría de los ciudadanos están concienciados de la importancia de cumplir con el confinamiento, una orden que tiene excepciones que permiten salir de casa por cuestiones de necesidad. Y hecha la ley, hecha la trampa, en el país del Lazarillo de Tormes, algunos aprovechan esas premisas para excusarse con los agentes cuando los paran en la calle para intentar así evitar la multa.
Uno de los motivos que contempla el Gobierno para salir de casa es sacar a las mascotas a la calle para que hagan sus necesidades, por lo que los animales se han convertido en uno de los pretextos más utilizados. No son pocos los ciudadanos que han sido sorprendidos por agentes lejos de sus domicilios con esta excusa. «El otro día denunciamos a un hombre que paseaba con su perro por la zona de La Araña, cuando su vivienda está en Fuente Olletas», cuenta un agente. Al pararle y pedirle explicaciones, dijo a modo de pretexto que estaba permitido pasear al can.
Un policía local de Mijas explica que hay que sacar al animal por las inmediaciones de la vivienda: «Encontramos a un grupo de tres personas con los perros en un descampado. Lo disolvimos y seguimos a una mujer que cogió al suyo, lo subió al coche y se marchó. Vive en una zona de lujo, en un gran chalé con jardín, por lo que no tenía necesidad de romper el confinamiento».
Otro de los trucos más utilizados es el de afirmar que se sale a hacer la compra. Un policía nacional cuenta que, junto a su compañero, pararon a un joven que iba en bicicleta por Vialia. Tras identificarlo y ver que reside en la zona de La Palmilla, le preguntaron qué hacía allí. Entonces alegó que había ido a comprar, porque las galletas del supermercado que hay en ese centro comercial le gustan más que las que hay en el de su barrio.
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Tan recurrente es la excusa de la compra, que hay quien la usa varias veces al día. «Nos encontramos con un caso de una mujer a la que vimos entrar a un supermercado y salir con un cartón de leche, al ratillo regresó a por algo de carne y, después, a por una barra de pan», cuenta otro policía nacional.
«Nos hemos encontrado con casos de gente que va a un súper que está a kilómetros de su casa», señala un policía local de la capital malagueña. Aprovechan para hacer deporte, como ese 'runner' al que denunciaron, ya que, vestido con ropa deportiva, llevaba como atrezzo un par de bolsas de plástico «para la compra». Para otro, cuenta el agente, su salvoconducto era su mascota, a la que llevaba junto a él mientras corría por el paseo marítimo Pablo Ruiz Picasso. Al pararle, contestó que estaba sacando al perro.
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También se puede salir a la farmacia. Otro policía local recuerda un episodio: «Paramos a un conductor y nos dijo que volvía de comprar medicamentos. Al preguntarle por el ticket de compra no lo encontraba y, al pedirle que nos mostrara las medicinas, nos sacó una caja de paracetamol, en la que solo quedaba un blíster con un par de pastillas».
Otros se amparan en que desconocen la orden. «El otro día acudimos a un parque precintado, en el que había dos hombres bebiendo cerveza. Al llegar y verlos rodeados de latas vacías, les pregunté qué hacían allí. Rápidamente uno de ellos pidió perdón, asegurándome que no sabía que estaba prohibido. Yo no pude aguantar la risa, le contesté que aún no le había dicho que no estaba permitido lo que hacían. No se libraron de la multa. Lo que no entienden muchos no es que se expongan a una denuncia, sino que lo que está en juego en la salud de toda la población», concluye un policía nacional de la capital.
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