Los exámenes de selectividad han consumido 1,6 millones de folios tamaño A4

Han sido «tres meses de trabajo sin descanso» por parte del personal del servicio, desde el mes de marzo, para coordinar y supervisar la impresión y ensobrado de los exámenes. La UPO realizó un concurso público para adjudicar la impresión de los exámenes, que se ha realizado en una imprenta externa. Aquí se han seguido «escrupulosos protocolos de seguridad», explica la vicerrectora. El espacio destinado a la impresión de los exámenes se convirtió en un 'búnker', con videovigilancia permanente y control de acceso y salida de la sala.

Ningún dato relacionado con la selectividad ha circulado por la red: los exámenes preparados por las ponencias se llevaban a la imprenta en lápices de memoria externa (no se ha utilizado tampoco correo electrónico). En la imprenta no quedaba ni un papel, incluso el que se desechaba por algún defecto también se llevaba al búnker de la Pablo de Olavide. Las planchas de impresión se retiraban cada noche y también están pendientes de su destrucción, como el papel, una vez terminado todo el proceso de selectividad.

En este búnker, de más de 130 metros cuadrados, han estado custodiados los exámenes repartido en 52 palets europeos. Se han impreso 531.000 exámenes, equivalentes a más de 1.590.000 copias en tamaño A4, distribuidos en 42.000 exámenes a color y casi 490.000 en blanco y negro; 53.500 en papel de 150 gramos y más de 478.000 en papel de 90 gramos. Todo este material impreso ocupa más de 300 cajas de archivo y hay casi 31.000 sobres que contienen los exámenes (con 50, 25 o 10 ejemplares). También se han preparado unos 400 lápices de memoria para el examen de Artes Escénicas.

Marian Morón explica también que este año se ha detectado un mayor número de adaptaciones cuurriculares, exámenes preparados para estudiantes con discapacidad o diversidad funcional. Se preparan en colaboración con la ONCE, con lenguaje Braille o incorporando las nuevas tecnologías, como los lectores de texto automáticos.