La falta de aceite de oliva en los almacenes frena la esperada caída de los precios en Málaga

Hay varias razones detrás de que el alto coste para el aceite se mantenga y que no se vislumbre el cambio de tendencia anunciado en marzo. La más importante, aseguran las mismas fuentes, es la poca existencia de «aceite de enlace». Un término que se utiliza para hacer mención a la cantidad de producto que hay guardado en los almacenes. Y este 'stock' está bajo mínimos.

Según datos del Ministerio de Agricultura referentes al mes de mayo, las existencias en envasadoras, operadores y refinerías apenas superan las 147.000 toneladas. En este dato entra la suma de aceite virgen extra, aceite virgen, aceite de oliva y aceite refinado. Una cantidad «insuficiente» para atender toda la demanda.

El secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Francisco Moscoso, resume la actual situación del mercado en pocas palabras. «Es que no hay aceite para el mercado. Ya sea porque se ha agotado en las cooperativas o porque a algunos les interese retener algo para seguir vendiendo a un precio alto», comenta.

El presidente de la Cooperativa de Campillos, una de las más importantes de la provincia, también alerta de la falta de 'stock' y achaca los altos precios a un desequilibrio entre la demanda y la oferta que existe de aceite. «En abril hubo mucha venta de aceite. Salidas muy considerables. Ahora ha vuelto la calor y se prevé muy poco 'stock' de enlace. Hablamos de estar por debajo de las 200.000 toneladas, algo nunca visto», señala.

Un análisis de la evolución del precio del aceite en los últimos años dibuja un producto que se ha encarecido hasta niveles inimaginables. «Pagar cinco euros por el litro de aceite equivalía a que te tacharan de loco», recuerda Avilés, el presidente de la cooperativa de Campillos.

Los datos que ofrece el Ministerio de Agricultura sobre el precio en origen del aceite permiten constatar una explosión a partir de 2023, coincidiendo con los efectos que dejó la sequía sobre el rendimiento de la aceituna en el campo. En 2019, por cada 100 kilos de aceite de oliva virgen extra todavía se pagaban 227,53 euros. En 2023, ese coste se elevó hasta los 762,68 euros. Actualmente, en 2024, el precio ha seguido creciendo, hasta alcanzar los 784,70 euros.

A pesar de este incremento, el tiempo está demostrando que el ciudadano español no quiere o no puede prescindir del aceite de oliva. Un producto tan arraigado en la cultura, que mantiene el tirón en los supermercados. Después de unas caídas iniciales, el consumo se mantiene estable. «Al principio, registramos caídas de hasta un 35%. Pero ahora podemos hablar de un consumo estabilizado. Intentamos siempre tener alguna oferta en la que el litro esté por debajo de los nueve euros, pero lo hacemos a costa de los márgenes», explica Sergio Cuberos, el presidente de Maskom.

El cabreo del consumidor por tener que desembolsar bastante dinero señala muchas veces a la distribución. Cuberos asegura que los supermercados se ven obligados a vender el aceite a los precios actuales porque están comprando a un precio elevado. «Los que tienen el control de los precios son los grandes productores y los almacenistas», destaca.

El presidente de Asaja, Baldomero Bellido, habla de un mercado en tensión por esa falta de aceite. «Ahora mismo, la situación es crítica. Después de varias campañas malas, apenas queda stock. Si a eso le sumamos que las salidas están siendo altas, en el mercado interior como para la exportación, estamos como estamos», dice.

Bellido, incluso, vaticina subidas de precios por encima de los diez euros. «Nos acercamos a los ocho euros en origen para el productor. Eso significa que apenas hay margen para los supermercados. Así que lo más probable es que siga subiendo», estima.

Mientras tanto, la pregunta que se hace el consumidor apunta de nuevo al bolsillo propio: ¿cuándo va a caer el precio del aceite? Las diferentes fuentes consultadas del sector coinciden en que no antes del mes de noviembre, en el mejor de los casos. Las previsiones para la cosecha 2024/2025 se manejan dentro de un optimismo moderado.

«El fruto está cuajando bien en estos momentos. Siempre que no ocurra una desgracia, habrá cosecha, que ya es decir. La recogida de la aceituna empieza en octubre, pero hasta noviembre no esperamos que se refleje en el precio del aceite», insiste Bellido. Hasta entonces, el aceite seguirá a precio de objeto de lujo si se compara con hace tan solo tres años.