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Clase de Dibujo Técnico en el Ben Gabirol, con siete alumnos. GERMÁN POZO
Los estudiantes malagueños son de 'letras'

Los estudiantes malagueños son de 'letras'

Son nativos digitales y están familiarizados con la tecnología, pero el porcentaje de alumnos en el Bachillerato Científico-Tecnológico es este curso menor que hace una década

Domingo, 31 de marzo 2019, 00:17

Han nacido y crecido en una sociedad tecnológica. Como 'nativos digitales' están familiarizados con móviles, ordenadores, wifis y todo tipo de tecnologías de vanguardia. Pero a la hora de los estudios, los jóvenes de hoy día dan la espaldas a las Ciencias y Tecnología y se inclinan por las Ciencias Sociales y Humanidades, las 'letras' en su terminología más coloquial. Y lo llamativo es que en una década, la que viene a coincidir con esta eclosión de la tecnología y la llegada de muchos de estos jóvenes a la adolescencia, los datos de alumnos que se inclinan por unas y otras disciplinas apenas hayan variado.

En este curso académico están matriculados en Bachillerato (sus dos cursos) 25.102 alumnos en la provincia. El 37,4%, es decir, 9.391, cursan la modalidad de Bachillerato de Ciencias (para carreras de ciencias, tecnología o ciencias de la salud). La modalidad de Humanidades y Ciencias Sociales es escogida por el 57,8% del alumnado, un total de 14.508 estudiantes, que pueden seguir el itinerario de Humanidades (con Latín y Griego) o el de Ciencias Sociales (en el que estudian Matemáticas Aplicadas, Economía o Psicología, por ejemplo). La tercera modalidad de Bachillerato, el de Arte, cuenta con 1.203 alumnos, el 4,8% del total. Los porcentajes son muy similares a los de hace una década, aunque entonces el número total de alumnos en Bachillerato era menor.

¿Por qué no se interesan?

No todos los institutos imparten las tres modalidades de Bachillerato. Solo en 16 se puede estudiar el de Artes. Ciencias lo imparten 131 y en 127 el de Humanidades. En la provincia hay 143 institutos públicos y otros 106 son privados (73 de ellos, concertados). Y lo normal es que haya más grupos de Sociales que de Ciencias. Por ejemplo, en el Ben Gabirol hay dos grupos de Sociales en primero (57 alumnos) y uno de Ciencias (29 alumnos). En segundo, ya queda un grupo y medio de Sociales (38 alumnos) y uno de Ciencias (22 estudiantes).

Si el futuro de la sociedad es tecnológico, y los empleos estarán relacionados en su mayor parte con las profesiones denominadas 'stem' (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, en sus siglas en inglés? ¿Por qué los jóvenes no se inclinan por estos estudios que les asegurarían un puesto de trabajo? El desconocimiento, el miedo a estas materias y la falta de una orientación adecuada se apuntan como causas que pueden explicar esta 'desafección' hacia los estudios científico-tecnológicos.

En casi todos los institutos de la provincia, las clases relacionadas con las materias de ciencias y, sobre todo, tecnología, están casi vacías. Un ejemplo puede ser el IES Ben Gabirol. En la clase de Dibujo Técnico solo hay siete estudiantes, dos de ellos chicas. Es la materia que eligen los alumnos que quieren estudiar Arquitectura o alguna ingeniería. Imparte la materia Almudena de Luis, catedrática de Bachillerato, quien asegura que, por su experiencia, siempre hay más chicos que chicas, y se muestra sorprendida de que, con el paso de los años, no se animen más mujeres a estudiar una carrera técnica. «Parece que les asuste la tecnología», afirma.

El director del Ben Gabirol es precisamente profesor de Tecnología. Ángel de Haro, que es licenciado en Física, indica que los estudiantes «entienden que hay una mayor dificultad en los estudios de ciencias y tecnología, que hay que realizar un mayor sacrificio, pero que el resultado de ese esfuerzo no les compensa». Esto supone que el alumno busca aquello «más cómodo para estudiar» y que suponga para ellos un mayor beneficio. De Haro considera que para poder cambiar esta tendencia hay que actuar en las etapas más tempranas, haciendo ver a los alumnos de Primaria las aplicaciones prácticas de la ciencia, la tecnología o la robótica. Y, desde el punto de vista empresarial, apunta que «deben tener el reconocimiento social y económico por el trabajo y el esfuerzo empleado».

Muchos jóvenes que no tienen claro qué serán de mayores, se inclinan por el Bachillerato de Sociales. Es más fácil, reconocen, y tienen muchas opciones profesionales. Solo los que lo tienen muy claro eligen Ciencias, señala Alejandro Vela, que estudia segundo en el Ben Gabirol. Reconocen la dificultad de las asignatura de ciencias, que en algunos casos les han hecho cambiar sus planes de futuro: «Pensaba estudiar Veterinaria, pero en cuanto tuve contacto con las ciencias y comprobé su dificultad, se me quitaron las ganas», confiesa Tatiana Antelo, que estudia en el Salvador Rueda.

Actuar en Primaria

Para el presidente de la Asociación Andalucía Stem, José Carlos Clavijo, la razón de esta 'desafección' hay que buscarla en las edades más tempranas, en la etapa de Primaria. «Los niños no tienen la oportunidad de conocer la utilidad social de la ciencia y la tecnología. Es en esas edades cuando se definen las vocaciones del futuro», apunta este profesor de Tecnología y actual director del centro Principia. Por esto considera necesario un «acercamiento atractivo y atrayente» a estas disciplinas. Y en esa línea se encuentran algunas de las iniciativas de la asociación que preside, como los talleres que organizaron el año pasado en el PTA sobre robótica, programación, ingeniería aeroespacial y arquitectura, que completaron todas sus plazas y que tendrán este próximo marzo una segunda edición. Los profesores de Tecnología han organizado también su primer congreso nacional este mes de febrero, en el que una de las cuestiones que se abordó fue precisamente el fomento de las vocaciones científicas.

Las empresas también son conscientes de las dificultades que tienen para encontrar profesionales bien formados y los problemas que les va a ocasionar a medio plazo. La Asociación de Empresas de Electrónica, Tecnologías de la Información, Telecomunicaciones y Contenidos Digitales, Ametic, junto con los sindicatos Comisiones Obreras y UGT, difundieron recientemente un manifiesto por el liderazgo de la transformación digital de la economía española mediante el desarrollo del talento, en el que señalan la necesidad de incorporar la formación en las disciplinas stem desde la Educación Primaria, así como un programa de sensibilización permanente sobre la seguridad y la confianza en lo digital y fomento de la cultura emprendedora. También consideran necesario promover el equipamiento y uso de tecnologías en el modelo educativo digital desde sus primeros niveles y actualizar y formar a los docentes.

Sin visión de futuro

En el instituto Jesús Marín enseña Lengua y Literatura Antonia Vallejo. La mayoría de los estudiantes se inclinan por el Bachillerato de Ciencias Sociales. Muy pocos eligen Humanidades (en el que se estudia Latín o Griego). Señala que los alumnos hacen el Bachillerato de Sociales porque «consideran que es más fácil de aprobar que el de Ciencias». Además, les proporciona un abanico de carreras muy amplio, desde Derecho a Ciencias de la Educación, los grados de Filosofía y Letras, Económicas o Trabajo Social. Su experiencia docente le lleva a asegurar que hacia ciencias se orientan los alumnos que lo tienen más claro y que se sienten con fuerzas de sacar adelante materias complejas, como Física, Química o las Matemáticas académicas. Y esto independientemente de que las carreras 'stem' tengan más demanda. «Ellos aún no tienen esa visión de futuro, su objetivo es terminar el Bachillerato y toman el camino más fácil, que también les abre las puertas a muchas titulaciones universitarias», afirma.

Una niña, en una de las actividades desarrolladas en las jornadas sobre Ciencia y Tecnología.

Orientar a los jóvenes para que desarrollen todas sus capacidades

El miedo a los desconocido y, sobre todo, no saber la utilidad que tienen determinadas disciplinas son algunas de las razones que explican el desinterés de los jóvenes por la ciencia y la tecnología. El PTA, como integrante de la Asociación de Parques Tecnológicos de España, participa en un proyecto que trata de dar a conocer entre las chicas la ciencia y la tecnología. Aunque el programa 'Ciencia y Tecnología en femenino' no es excluyente, y participan también chicos. Está dirigido a estudiantes de Secundaria y consiste en visita a exposiciones, mesas redondas y concursos.

Soledad Díaz es la directora gerente de APTE, asociación que preside el director gerente del PTA, Felipe Romera. «Nuestro objetivo es hacer ver a las chicas que la ciencia y la tecnología no es cosa solo de chicos, o de 'frikis', que ellas deben tener un papel activo y que si no participan quedarán excluidas de la actividad económica del futuro», señala Soledad Díaz. La responsable del proyecto, Lole Franco, explica que tras la jornada de trabajo se pasaba a los participantes una encuesta. Participaron en este programa 145 jóvenes (74 chicas y 71 chicos), con edades entre 13 y 15 años. Un 34% de chicas se inclinaban por estudios stem de ciencias (Medicina, Enfermería) y solo un 1,35% tecnológicos. Entre los chicos, los porcentajes eran de un 8,5 y un 26,7%, respectivamente. Tras la jornada informativa en el PTA, cambiaron de opinión respecto a su futuro profesional un 15% en el caso de las chicas, y un 4,2% los chicos.

«Es algo indicativo, cuando conocen qué son estas carreras y qué pueden hacer cambia su percepción. Es cuestión de seguir trabajando», afirma Lole Franco. De esta manera, este año se volverán a organizar estas jornadas, a comienzos del próximo curso (las primeras tuvieron lugar en octubre y noviembre de 2018), en 18 parques (tres más).

Guía de profesiones

APTE ha elaborado la guía ilustrada '¿Qué quiero ser de mayor?', con ejemplos de estudios científicos y tecnológicos y sus posibles salidas profesionales. «Cuando preguntas por qué no les interesan estas carreras, te responden que porque no saben qué salidas tienen y a qué se pueden dedicar si las estudian», señala Soledad Díaz. De ahí la conveniencia de este guía práctica, pues hay muchas profesiones «nuevas, fruto de la transformación digital, que ni los alumnos ni las familias conocen».

Otro aspecto que destaca la directora de APTE es la preocupación de las chicas por la implicación social de su futuro trabajo. «Tenemos que hacerles ver que ayudan a la sociedad siendo médico o maestra, pero también como ingeniera o informática pueden colaborar al avance de la sociedad. Este aspecto de la aplicación social de la tecnología es lo que no acaban de entender las chicas», afirma. «Nuestro mensaje –añade Soledad Díaz– es que la innovación y el futuro tecnológico que se nos avecina serán mejores si la mujer se incorpora a estas disciplinas; estamos perdiendo y desaprovechando la mitad del talento y las capacidades sin las mujeres se mantienen ajenas a la ciencia y la tecnología».

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