Un grupo de estadounidenses residentes en Málaga han constituido una pequeña célula de 'Democrats Abroad' (Demócratas -del Partido Demócrata americano- en el extranjero) y, tomando prestada la sede que los socialistas españoles en la capital tienen en la calle Ollerías, han desarrollado su jornada de ... primarias más importante, el 'supermartes', calificado así porque es la fecha en la que más estados -también el de los que viven en el extranjero- votan por el candidato que prefieren que encabece las filas del Partido Republicano y del Partido Demócrata con vistas a los comicios presidenciales que tendrán lugar, como cada cuatro años, el primer martes después del primer lunes de noviembre, es decir, el día 5 de ese mes.
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Carey Ramos, alma mater y directora de los 'Democrats Abroad' de Málaga, explica que el grupo data de hace apenas cinco meses y que con la convocatoria de hoy Málaga se une a las cinco ciudades españolas en las que tiene lugar esa cita desde hace ya años: Madrid, Barcelona, Sevilla, Alicante y Valencia. Aunque con una diferencia: en Málaga aún el voto es en remoto. Los ciudadanos que se han acercado a la calle Ollerías rellenan la papeleta, pero tienen que hacerle una foto para remitirla a un correo electrónico, mientras que en las otras cinco sedes en las que se puede participar en las primarias demócratas lo hacen como si estuvieran en cualquier distrito estadounidense. Todo se andará. Piensan, para próximas convocatorias, ahondar en su implantación.
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Lo que les ha motivado congregarse para votar ha sido, en primer lugar, que están creciendo en número. Antes, comentan, los destinos españoles favoritos para los estadounidenses que llegaban a la edad de jubilación y querían un retiro tranquilo eran Valencia y Alicante. Pero ahora se está corriendo la voz sobre la popularidad de Málaga. Y la otra gran motivación es política y se sintetiza en una frase en la que coinciden la mayoría de las personas que han coincidido para votar a primera hora de la mañana de este martes: «Estamos en un momento que da miedo: la democracia americana está en riesgo». Y lo está, dicen, por la posible victoria de Donald Trump. Quienes hablan, claro está, son militantes o simpatizantes del Partido Demócrata, el de Joe Biden. Pero es que no hay organización similar a 'Democrats Abroad' en las filas republicanas.
La mayoría de quienes votan a las diez de la mañana -este singular colegio electoral estaba abierto desde esa hora y hasta las dos de la tarde- son jubilados y llevan muy poco tiempo en Málaga (unos pocos meses o algo más de un año). Susan y Steven Isacoff conforman un matrimonio que se ha instalado en Málaga después de haber estado viniendo casi todos los últimos años por temporadas porque él ha estado estudiando español en Salamanca, hasta que descubrieron, primero Marbella y luego la capital de la Costa del Sol. Así que cerraron su residencia de Massachusetts y la han abierto aquí. «Hemos venido para conocer gente, para votar y para dar nuestro apoyo a la democracia, que está en riesgo por Trump», explica Susan su presencia en ese improvisado centro de votación. «La verdad es que Trump me asusta», añade Steven. Y Terry Adams, de Virginia, abunda en los riesgos que ve en el que previsiblemente será candidato republicano y que podría enlazar su segundo mandato: no respeta las normas constitucionales ni las leyes y provoca que la gente pierda su confianza en las instituciones. De fondo, el golpe frustrado del 6 de enero de 2021, cuando Trump no aceptó el resultado electoral -algo que muchos ciudadanos estadounidenses siguen sosteniendo aún a día de hoy-.
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Pero Steven expresa un deseo muy compartido: preferiría que entre los demócratas hubiera una opción más joven que la que ofrece Biden, aunque a su favor afirma que cuenta con mucha experiencia institucional y, sobre todo, que «no va a hacer ninguna locura».
Además, Terry señala que le gustaría que hubiera más opciones, más partidos: «Necesitamos más voces». En la práctica, sólo republicanos y demócratas tienen posibilidades de ganar las elecciones presidenciales. Por eso, dice que él vota a Biden, porque es la mejor de las opciones presentes, pero no la mejor de las posibles.
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En la papeleta que se encuentran los estadounidenses que votan en Málaga sólo aparecen dos nombres: el de Biden, el actual presidente, y el de Marianne Williamson, rostro no sólo desconocido para los españoles, sino también para los propios simpatizantes democrátas asentados en la Costa del Sol. De hecho, nadie parece saber que hace casi un mes que ha tirado la toalla para luego regresar y volver a aspirar a la candidatura a la presidencia. Pero quizás hacer piña alrededor de un candidato lo fortalezca frente al que será su previsible adversario, Donald Trump.
Terry tiene la tez negra. Y cuando se le pregunta sobre si teme una victoria de Trump por su color de piel contesta que en realidad el republicano es un riesgo para todos, porque siente que un potencial gobierno encabezado por él sólo se preocupará del líder, «cuando un ejecutivo tiene que ser sobre la gente, para la gente».
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Myriam Juarbe, casada con un gallego e instalada en Málaga desde hace poco más de un año tras haber vivido 35 años en Nueva York, dice que su motivación para votar en las primarias es que tiene a sus nietas en Estados Unidos y quiere defender las conquistas de las mujeres: «No podemos volver al pasado y si Trump gana podemos perder muchos de nuestros derechos», clama. Alguien recuerda cómo el derecho al aborto está en riesgo en Estados Unidos. «Ningún Gobierno es perfecto, pero me gusta del de Biden que es más inclusivo, hay más diversidad, tiene muchas voces, mujeres, gente de color; y es decente», añade Juarbe.
«Cada voto cuenta. Hay que votar, es muy importante», clama, por su parte, Ethel Kurland, residente que fue de Florida. «Republicanos y demócratas están muy cerca en las encuestas. En realidad, las elecciones se deciden en media docena de estados, serán 100.000 votos los que inclinen la balanza hacia un lado o hacia el otro. De aquí a noviembre hay que trabajar mucho», añade Ramos.
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También salen las cuestiones internacionales en la conversación. Por ejemplo, la guerra de Gaza. Hay descontento entre la juventud respecto a la gestión de Biden, porque no se le ve lo suficientemente contundente contra los abusos de Israel. Pero Ethel plantea: «¿Qué se creen que hará Trump, que es antipalestino? No se dan cuenta de la importancia de proteger la democracia». Además, en materia de política exterior recriminan a los republicanos que, para no darle ninguna victoria a Biden, están abogando por recortar el apoyo presupuestario a Ucrania: «Al principio, todos los americanos, también los republicanos, respaldaban sin fisuras a los ucranianos, pero ahora están jugando con vidas humanas para hacer política contra Biden». También temen las alianzas internacionales que pueda construir Trump, que se ha mostrado afín a Putin o a Orban, políticos de perfiles autoritarios.
Pero, sobre todo, añade Jan Baskin, votar en las primarias «es una oportunidad de seguir conectados con nuestro país» y añade uno de los lemas de EE UU: «no taxation without representation» (no a los impuestos sin representación), que alude a que los ciudadanos estadounidenses, independientemente de dónde residan, tienen que seguir pagando impuestos en Estados Unidos. Y aquí deslizan que los demócratas deberían adoptar alguna medida que les alivie fiscalmente. Aunque las razones por las que dicen que tienen pesadillas o que no logran conciliar bien el sueño no tienen tanto que ver con esto como con cuestiones de mayor calado.
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«En España se tiene una visión más global de cuáles pueden ser las implicaciones de las elecciones estadounidenses, en EE UU estamos más centrados en nostros mismos», apunta Baskin: están la OTAN, las guerras que hay en el mundo, los derechos de las mujeres y las minorías. Añade que los medios de comunicación en España son más neutrales, más ecuánimes en cómo muestran la disputa electoral. Pero hay alguno que se queja de que los lapsus de Biden inmediatamente llenan los informativos en Estados Unidos, cosa que no sucede, denuncian, con los de Trump, que, dicen, son más y más graves. «A Biden se le ve más frágil físicamente, pero mentalmente está mejor que Trump, aunque éste aparente más fortaleza», añade Carey Ramos.
La participación de estos ciudadanos estadounidenses en Málaga no se limita a sus comicios. Se reúnen una vez al mes para idear cómo involucrarse en la vida pública en su nuevo lugar de residencia. Y ya planean sumarse a la marcha LGTBI de Torremolinos, organizar limpiezas en la playa y, por supuesto, participar en la manifestación del 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres.
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