Cinco años ha costado hacer realidad un sueño. El de un grupo de jóvenes que, enamorados de Senegal, decidieron trabajar en un proyecto de cooperación en este país. Conscientes de la falta de equipamientos educativos, y de que es precisamente la formación el camino hacia ... el bienestar personal y colectivo, decidieron emplear sus esfuerzos en levantar una escuela. Este empeño, que comenzó hace cinco años, se ha hecho realidad este pasado mes de octubre, con la inauguración de la escuela de secundaria CEM Kamanar, en el pueblo de Thionck Essyl, en la zona rural de Casamance, al sur de Senegal.
Publicidad
Andrés Altamirano es uno de los malagueños que han participado en este proyecto solidario. Es técnico en una empresa de software de impresión en Berlín, y ha colaborado tomando las imágenes de todo el desarrollo del proyecto con un dron y la realización de los vídeos. Por motivos laborales coincidió con David García, fundador del estudio de arquitectura Daw y de Foundawtion, la organización sin ánimo de lucro que ha desarrollado este proyecto, con el apoyo del mecenas Lluís Morón. Con muchos más amigos, colaboradores y socios de la organización, han hecho realidad este proyecto de colaboración.
Altamirano asegura que ha sido un proceso de «aprendizaje mutuo», y un ejemplo de colaboración e implicación de todos, pero buscando fundamentalmente que los habitantes sintieran suyo el proyecto. «Construir en África no es como hacerlo en Europa. Todo lleva su tiempo, tienen su idiosincrasia y hay que respetarlo», señala. Han trabajado con materiales locales y la mano de obra también ha sido del pueblo. «Ha sido un proceso muy bonito; ha habido una simbiosos entre los que íbamos de fuera y los vecinos del pueblo; hemos aprendido de ellos y ellos con nosotros», afirma. Han utilizado la arcilla y arena para fabricar los bloques de tierra comprimida (no necesitaban cocción y se fabricaban cerca de la obra), carpinteros, electricistas o fontaneros locales han trabajado y aprendido con la construcción de este edificio mediante técnicas sostenibles, con materiales y mano de obra del lugar.
Ha sido «una locura colectiva», un proyecto que se ha hecho grande con el paso del tiempo y conforme comprobaban que su sueño se podía hacer realidad. De 16 aulas con las que comenzó el proyecto, al final han construido 23. Tendrá capacidad para unos 500 estudiantes de Secundaria y mejorará mucho las condiciones en las que se imparten las clases: ahora había hasta 70 estudiantes por aula, y hasta cuatro de ellos tenían que compartir el mismo pupitre.
Pero terminada la escuela, los proyectos de Foundawtion en Senegal no terminan. Seguirán involucrados con CEM Kamanar, tanto en el mantenimiento de la escuela como en proyectos formativos que arrancarán en enero de 2020.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.